*—Sebastián:
—¿De qué color eran las bragas? —soltó Dante ni bien Sebastián terminó de relatarle sobre todo lo acontecido en su vida desde el día anterior hasta la mañana de hoy.
Las cejas de Sebastián se arquearon.
De todo lo que dijo, ¿eso fue lo único que se le quedó y que pareció interesarle? ¿Hablaba en serio? Sebastián extendió una mano hacia la copa con agua para aventársela a Dante y observó como este alzaba las manos.
—Espera, Sebastián —dijo viéndolo con temor.
—Te digo que cruce la línea con Callen, que casi la tengo entre mis brazos, que me rechazó mandándome a comer mierda, que su hermano me leyó la carta con ella y lo único que preguntas es: ¿de qué color son las bragas que me robe? &mdas
*—Sebastián:No podía dejar de pensar en la idea de Dante sobre sugerirle a Callen que salieran con planes de matrimonio. No era mala, sin embargo, dudaba que Callen aceptaría de esa forma a estar con él.—Hay muchas personas que salen de esa manera —explicó Dante ante el silencio de Sebastián—. Salen para una relación más que seria, para algo duradero que puede terminar en matrimonio —continuó con su explicación y Sebastián asintió.Había escuchado de este tipo de relaciones, pero siempre las había ignorado, pues después de Orlidy solo se había enfocado en relaciones físicas, no le había interesado ponerse serio con ninguna de estas mujeres.—Puede ser —solo dijo y vio que Dante sonreía.—Además, dijiste que tu padre desea que te cases, ¿n
*—Callen:La mañana iba bien, tuvieron varias ventas, pero aún seguían teniendo sobre la mesa más de la mitad de la mercancía que trajeron. Chloe decía que mientras pasará el día, irían vendiendo más, pero Callen comenzaba a creer que quizás no le iría tan bien como habían creído.No quería pensar negativamente, pero tampoco quería hacerse ilusiones. Quería mantenerse sin pensar mucho, solo por si las moscas.Estaban teniendo un descanso, era la hora del almuerzo. Kellan se apareció junto a Nathaniel con la comida que Callen le había pedido esta mañana y como a su hermano le gustaba cocinar, no se había negado. Callen había sido la primera en degustarla y luego de ello, se apartó del pequeño comedor improvisado del lugar para cambiar de turno con Anabelle y Kamille.A
*—Callen:¿Por qué Sebastián estaba allí?Callen observó como el hombre que había rondado en sus pensamientos se acercaba con otro, a quien reconoció como el amigo de este, caminando como si fueran dos modelos de pasarela, con las miradas de las mujeres que estaban a los alrededores, puestas en ellos. Vio cómo algunas se acercaban para cuchichear, seguramente para comentar lo guapo que estos eran y tenían el derecho de hacerlo. Sebastián y su amigo eran hombres muy atractivos y no todos los días se veían hombres como ellos.Cuando estos se detuvieron al otro lado de las mesas, Callen trató de respirar y tragar. Había perdido el aire y se le había secado la boca. Sintió las manos húmedas y trató de mantener la compostura mientras miraba a Sebastián a la cara.Chloe salió de atrás de la mes
*—Callen:Chloe seguía en silencio después que Callen le había preguntado con insistencia porque trataba de ayudarlos. Había personas que los habían ayudado desde la muerte de su madre, pero lo que hacía Chloe quizás era demasiado, incluso había traído a su padre y padrino para que ayudaran a vender como si fuera una obligación de estos. Ahora más que nunca quería tener esa respuesta, antes no le había importado, pero viendo todo lo que Chloe hacía por ellos, quería saber con más ahínco la razón de ello.—Me gusta ayudar —murmuró la chica para luego volverse hacia ella. Sonrió y se encogió de hombros, pero Callen no era estúpida. Sabía que algo había detrás. La gente nunca hacía nada gratis, siempre había una razón detrás de cada acci&
*—Callen:Había pasado tiempo desde la última vez que se sintió tan feliz.El día de hoy fue el más fructífero desde que tomó las riendas de la tienda. Participar en el bazar y ser recompensados por ello, la había llenado de regocijo. La mercancía que habían llevado para vender en el bazar se había terminado pronto y tuvieron que retirarse antes de la hora pautada del fin de la actividad.Luego de que recogieron las vacías cajas y bolsas de ropa, Callen había ido a la tienda para hacer a contabilidad y se llevó la sorpresa de que, no tan solo una deuda podía pagar con el dinero, sino que podía pagar otras por igual. Además de esto, los organizadores del evento los invitaron a un próximo bazar que sería celebrado el siguiente fin de semana.Estaba que explotaba de la alegría y todo se debí
*—Callen:Estaba en una situación vergonzosa y no sabía dónde poner la cara. Quería ocultar su vergüenza de aquel guapo hombre frente a ella, pero Dante la tenía clavada allí con su presencia. Además, ¿hacia dónde podría escapar? También, seria de muy mal gusto dejarlo allí solo. Tenía que aguantarse su vergüenza.—A Sebastián le interesas más de lo que crees, Callen.Callen arrugó los labios. Sabía que le interesaba, a ella también Sebastián le gustaba, pero…—Pero no puede suceder —susurró Callen en voz alta—. Por más que nos gustemos, es imposible.—¿Qué te detiene? —preguntó Dante mirándola fijamente.Muchas cosas la detenían, pero la principal era la promesa que le había hecho
*—Callen:Besar a Sebastián era como estar en el cielo y a diferencia de la primera vez, su beso fue suave.Sus labios tentaron los suyos con suaves toques y cuando un gemido salió de lo más profundo de Callen, esta sintió como Sebastián apretaba la mano en su nuca y profundizaba el beso, presionando su lengua con la suya e iniciando un baile con esta.Callen alzó su mano libre y la apretó contra el jersey de Sebastián, tirando hacia ella mientras le correspondía el beso con el mismo ardor con el que la besaba. Sebastián dejó ir su otra mano y Callen aprovechó para cruzar los brazos por el cuello del hombre, inclinándolo hacia ella que era más bajita para besarlo mejor.Sintió las manos de Sebastián rodear sus caderas y luego deslizándose hacia tras. Otro gemido salió de su ser al sentir como este abarcaba su
*—Callen:Estaba sintiendo como una oleada de ira le recorría al cuerpo al notar los indicios de amenazas que Sebastián estaba tocando con sus palabras.Al darse cuenta de cómo Callen había reaccionado, la expresión de Sebastián se suavizó y el hombre frio que había mostrado antes, desapareció.—Solo deseo ayudarte —balbuceó, pero la amenaza de antes seguía allí. Sebastián podía hacer lo que quiera con tal de tenerla, incluso llegar hacia los límites y eso sí que era un límite. No podía permitirlo.—No quiero tu ayuda —le dijo Callen deseando que esto terminara ya—. Quiero que me sueltes —pidió con calma.—Callen…—¡Suéltame! —volvió a gritar.Callen forcejeó por librarse de su agarre, pero las