*—Callen:
Estaba sintiendo como una oleada de ira le recorría al cuerpo al notar los indicios de amenazas que Sebastián estaba tocando con sus palabras.
Al darse cuenta de cómo Callen había reaccionado, la expresión de Sebastián se suavizó y el hombre frio que había mostrado antes, desapareció.
—Solo deseo ayudarte —balbuceó, pero la amenaza de antes seguía allí. Sebastián podía hacer lo que quiera con tal de tenerla, incluso llegar hacia los límites y eso sí que era un límite. No podía permitirlo.
—No quiero tu ayuda —le dijo Callen deseando que esto terminara ya—. Quiero que me sueltes —pidió con calma.
—Callen…
—¡Suéltame! —volvió a gritar.
Callen forcejeó por librarse de su agarre, pero las
*—Sebastián: Estaba cansado. Era una de esas personas que iban con todo cuando tenían algo en la mente, cuando tenían un propósito que cumplir. Esta perseverancia suya era quien lo había llevado a tener un nombre reconocido y tener el éxito con el que gozaba al día de hoy, pero ya no estaba funcionando y ya no podía más. Callen lo había rechazado una vez más, pero era diferente a la vez anterior. Fue en serio. Después de dos rechazos, Sebastián dijo que no podía más, que debía tirar la toalla. Callen no podía ser suya, ni por más que se desearan y se gustaran. Simplemente lo de ellos no podía ser y debía de tatuárselo entre ceja y ceja. ¡Maldita sea! Su rechazo le dolía, más porque pensó que Callen sería la mujer indicada. Sebastián solo quería volver a tratar de ser feliz con alguien. Después del engaño de Orlidy no había pensado en tener una relación seria con nadie y cuando conoció a Callen, algo en él se movió, algo que ha
*—Chloe:Se inclinó preocupada hacia su padre, quien yacía en el suelo borracho. No lo había visto así desde que su madre los abandonó.—¿Qué haces ahí tirado? —le preguntó.Había visto a su padre beber antes, sí, pero después de los espectáculos que dio luego de que su madre se fue y ver las represalias de los mismos, su padre volvió en sí y prometió no tomar de esta manera, pero parece ser que olvidó su promesa, como siempre.—Yo... —su padre bajó la cabeza y soltó un pesado suspiro—. Lo siento —se disculpó el hombre que le dio en parte la vida y Chloe lo miró confundida.¿Por qué se disculpaba esta vez?Chloe suspiró. Tenía que llevar a su padre al primer piso. Debería llamar a Dante para que la ayudar
*—Sebastián:Al menos algo bueno había venido de su corazón roto.Sebastián alzó la vista y la posó en su hija del otro lado de la pequeña mesa que compartían en aquel acogedor restaurante donde iban a tomar la cena.Su pequeña Chloe le hacía su pedido al mesero, quizás siendo demasiado exigente con la comida, pero podía exigir y pedir todo lo que quisiera, él pagaría lo que sea para que su pequeña estuviera feliz.Sintiéndose a punto de explotar de la felicidad, apoyó la barbilla entre sus manos cruzadas mientras veía con una sonrisa a su pequeña.El domingo fue un día fatal para él. Luego de haber sido rechazado por Callen, había decidido ahogar sus penas en alcohol. Había tomado tanto que se había emborrachado, pero, aun así, no había perdido e
*—Sebastián:El silencio reinó en la estancia luego de que Sebastián hiciera tal pregunta. Nunca se la había hecho a su hija porque no había querido tocar el tema, pero ahora que estaban hablando de ello, sentía que era el momento ideal para saber su respuesta.Vio como su hija soltaba un suspiro y como movía su cabeza con lentitud, asintiendo.Sebastián sintió una opresión en el pecho. Así que la extrañaba…El silencio reinó entre ellos otra vez mientras Sebastián pensaba que era entendible que Chloe la extrañara, pues era su madre después de todo y la misma los había abandonado cuando Chloe tenía casi cinco años.Sebastián comenzó a recordar tal fatídico día.Había sido un día que pensaba que sería especial para todos, pero este te
*—Sebastián: El día estaba para sacar algunas preguntas de su ser y tener las respuestas de estas. Al hacerle la pregunta a su hija sobre que pensaba esta sobre Sebastián contrayendo nupcias con otra mujer, había creído que la misma se sorprendería y haría un berrinche, pero su hija no lo miró como si hubiera dicho algún gran secreto, solo la confusión cubrió el rostro de esta y luego lo señaló, como si estuviese preguntando si hablaba de él. Sebastián asintió. —Sé qué hace unos días estaba sufriendo por el rechazó de Callen y pensé que no era tan bueno en este juego, pero… —comenzó diciendo y sonrió—. La verdad es que quiero intentarlo con otra persona. Quiero ser feliz, quiero que tengamos una familia y que esta sea numerosa, quiero sentirme bien y plenamente feliz con alguien —terminó diciendo y su hija lo miró con felicidad. —Después de mamá y de todo lo que has sufrido, creo que te mereces a una mujer que te ame por lo qu
*—Sebastián:Unos intensos toques en la puerta hicieron que Sebastián saltara en la cama, completamente asustado.Con una mano se quitó el antifaz con el que dormía y luego pasó la mirada de una esquina a otra por la habitación mientras trataba de pensar qué diablos era lo que pasaba.Los toques volvieron y la vista de Sebastián fue hacia las ventanas de su habitación cubiertas por gruesas cortinas de color azul marino. Se veía claro, por lo cual deducía que ya había amanecido. Aun así, era temprano. Era domingo por la mañana y la única que podía estar en su casa era Chloe, pero se supone que esta debía de estar en casa de Callen.Se bajó de la cama cuando volvieron a tocar con más intensidad. Debía de ser Chloe, era la única que tocaba de esa forma. Si fuera Dante, entraría como p
*—Sebastián: Estaba cansado, pero el sueño se le había ido por la noticia que Chloe le había soltado. No dejaba de pensar en lo que le paso a Callen. Debería ir al gimnasio para desviar sus pensamientos lejos de esta, aunque no le tocaba hoy, pero esto le ayudaría a liberar un poco su mente. No quería pensar en Callen ni en su tienda. Tenía cosas más importantes en las que repasar, como en sus citas, las cuales no habían dado frutos todavía. Iba a tener la tercera cita y podía decir que las últimas dos no fueron un desastre, pero no había conectado con estas. Esto comenzaba a ser tedioso, pero había aceptado salir con cada una de las prospectas hasta que encontrara la ideal. Debía de haber una de estas que moviera la tierra bajo sus pies, así como Callen había hecho. Se puso de pie para alistarse y vio su teléfono encendido con una llamada. Se acercó para ver quién era. Era Dante y Sebastián suspiró cansado. Sabía para qué quería habl
*—Sebastián:—¿Qué vas a hacer? —la pregunta salió tan rápidamente que Sebastián no podía dejar de mirar con sorpresa a Dante, quien estaba sentado al otro lado de la pequeña mesa del café en el que estaban tomando el almuerzo. Ni bien llegó y se sentó, Dante le soltó la pregunta así sin más, sin ni siquiera saludarlo.Un suspiró pesado salió de Sebastián mientras se acomodaba en la silla de hierro. Lo ignoró y tomó la carta para pedir algo de su gusto.—Pedí por ti —escuchó que Dante decía.—Eres un hijo de… —Sebastián no terminó la frase y maldijo en voz baja.Dante se encogió de hombros.Los ojos de Sebastián rodaron y dejó la carta en la mesa para luego cruzar los brazos desnudos por su