[MATÍAS]
La observo detenidamente desde abajo del arco que divide la cocina de la sala. Está llenando la mesa de la sala con comida de esos que le encantan a los niños; pizza, hamburguesas, patatas fritas y demás. En lo único que yo puedo centrarme es de lo increíble que luce y en los recuerdos del beso que le he dado hace tan solo unos cuantos minutos. Los niños comienzan a correr alrededor de la mesa mientras buscan su comida y regresan al jardín, donde hay un área de juegos preparada, cada sonrisa que le da a cada uno de esos niños es otro flechazo directo al corazón. Creo que Cupido ha hecho de las suyas... tengo la sensación de que me enamorado y en tiempo record. No sé porque me sorprendo; es tan perfecta. Es prácticamente imposible no enamorarse de una mujer así y si bien tengo miedo de muchas cosas, no me perderé la oportunidad de tener una historia con ella. Sus palabras me han dejado saber que también siente cosas por mí y si cuando hable con ella con más calma me da la oportunidad; la conquistare e internare que construyamos algo juntos.
—¡¿Matías?! — Me interrumpe su voz, y al verla una de sus manos se pasa por delante de mi rostro.
—¿Estás aquí? — Me pregunta entre risas.
—No, lo siento... me he quedado en la puerta de entrada prendido a tus labios. — Le admito y me da una sonrisa que hace temblar mi mundo.
—¿Me podrías hacer un favor? — Me pregunta.
—El que tú quieras. — Respondo inmediatamente.
—En mi estudio ha quedado la tijera y la necesito para abrir un paquete, ¿Me la traes por favor? — Me pide y asiento.
—Por supuesto, ¿Qué cuarto es? — Averiguo.
—La tercera puerta a la izquierda. — Dice y luego sale al jardín a supervisar a los niños.
Voy hacia el estudio, enciendo la luz al entrar al cuarto y comienzo a buscar la tijera en su escritorio. De repente una foto que tiene enmarcada allí llama mi atención. Es ella junto a otra mujer que yo conocí, la mujer es rubia y de ojos verdes al igual que Aitana. 《No puede ser... ella no puede ser su hermana.》 La Carla que yo conocí no puede ser la misma que es hermana de Aitana... Los recuerdos de aquella noche después de aquella firma de libros regresan a mi mente y creo que me estoy sintiendo muy mal.
Me siento en la silla aun con la foto en mi mano y comienzo a revivir aquella noche de hace poco más de cinco casi seis años atrás. La manera que me beso en aquel bar a la salida de aquella firma de libros, la manera que perdimos el control y terminamos en mi habitación de hotel... 《no puede ser.》 Mi corazón late más fuerte que nunca y mi mente no deja de dar vueltas entre el pasado y el presente. 《¿Y si Daniel es mi hijo? 》 Hago cuentas en mi cabeza y las probabilidades son muy grandes. Ese niño está por cumplir cinco años, le encanta mis libros, el piano... su cabello es del mismo color que el mío cuando era pequeño... 《No... esto no me puede estar pasando.》
Necesito saber si él es mi hijo o no... pero, tampoco quiero que Aitana se aleje de mi. No puedo decirle que estuve con su hermana y si ese niño es mío seguramente me odiara por dejarla embarazada ya que a causa de ese embarazo ella falleció... 《¿Qué rayos se supone que deba hacer en este momento?》
—¿La encontraste? — Me interrumpe su voz entrando al estudio y automáticamente dejo la foto sobre su escritorio.
—Perdón, me llamo la atención la fotografía. — Le digo poniéndome de pie como puedo.
—¿Era muy guapa? ¿No? — Me pregunta tomando la foto entre sus manos.
—¿Ella es tu hermana? — Le pregunto casi con hilo de voz.
—Sí, ella era Carla. — Responde con melancolía y mis peores miedos se hacen realidad.
Más que nunca necesito saber si Daniel es mi hijo o no... pero 《¿cómo hacerlo sin decirle nada a ella?》
[…]
Después de haber encontrado la dichosa tijera que hizo que todo mi mundo comience a temblar, regreso a la sala y solo puedo sentir esta enorme necesidad de salir al jardín y verlo. Me paro a un costado de la puerta que divide el jardín de la casa y lo observo jugar con sus amiguitos. Una sensación completamente extraña se apodera de mí al verlo, el solo hecho de imaginarme que ese niño sea mi hijo me provoca muchísimas ganas de ir y abrazarlo, conocerlo, y protegerlo, pero ni siquiera sé si es realmente así. 《¡Matías, cálmate! 》Me grita mi subconsciente. No puedo ir y confundir a este niño sin información certera.
—¿Qué haces aquí tan solo? — Me pregunta es voz que a pesar de todo esto se sigue apoderando de mi.
—Observaba a los niños. — Respondo intentando no demostrar la preocupación que hay en mí.
—¿Vienes adentro conmigo? — Me propone de una manera a la que no puedo negarme.
—Sí, claro. — Accedo y entro con ella.
—¿Te encuentras bien? — Consulta y me sorprende colocando sus brazos por encima de mis hombros.
—Si haces esto, todo mejora. — Le confieso y es la verdad, su presencia me da calma.
—¿Acaso estás mal por algo? — Indaga.
—No, no te preocupes... Solo quisiera volver a probar el sabor de tus labios. — Murmuro y rozo su labio con mi dedo pulgar.
Sé que esto no está bien, pero es inevitable; lo que me sucede con ella está siendo más fuerte que yo. Solo espero que, si mis sospechas llegan a ser ciertas, ella pueda perdonarme por esto, pero necesito besarla. Acerco mis labios a los suyos y sin poder contener esta necesidad la beso. Es como si sus besos estuviesen siendo mi salvación en este momento. Me alivia, me calma, no sé como lo hace, pero me da la paz que tanto necesito en este instante.
—Matías... no estamos solos. — Me dice en un susurro.
—Lo siento, no sé cómo controlar lo que me está sucediendo contigo y créeme que debería hacerlo. — Le digo y es como si le estuviese advirtiendo tanto a ella como a mí mismo.
—¿De qué hablas? — Me pregunta muy confundida, pero su mano acaricia mi rostro haciendo que cierre mis ojos para absorber la sensación de sus manos sobre mi mejilla.
—No me hagas caso, solo estoy un poco agobiado por algunas cosas, pero junto a ti me olvido de todo. — Explico y acomodo un mechón de cabello detrás de su oreja. —Dr. Di Luna, ¿Ira a darle clases a Danko mañana? — Indago.
—Si, claro. — Responde con una enorme sonrisa.
—Perfecto, si quieres lleva a Daniel; yo lo cuido mientras estas con Danko. — Le propongo.
—No, no te quiero molestar. —
—No lo haces... llévalo contigo. — Insisto y es que debo aclarar estas dudas lo antes posible, pero mientras lo hago siento que debo estar cerca de él.
—De acuerdo, lo hare. — Accede finalmente.
—Sabes, yo debo irme ahora, pero nos vemos mañana, ¿si? — Le dejo saber.
—Por supuesto. —
—¿Te puedo pedir algo? — Le pregunto y acariciando su rostro.
—Dime. —
—Cuídate y cuida mucho a Daniel, es un niño muy especial. — Comento y otra vez esta sensación dentro de mí me hace sentir el ser más vulnerable del mundo.
—Siempre cuide de él. — Me responde entrecerrando sus ojos.
—Lo sé, solo quería que supieras que me preocupo por ustedes. — Me defiendo.
—Gracias por hacerlo. — Dice con esa sonrisa que nuevamente me cautiva.
—Hasta mañana. —Digo despidiéndome y mis labios se despiden de los de ella con un corto beso. Necesito hablar con alguien de esto, debo desahogarme e intentar buscar una manera para seguir adelante sin lastimar a nadie. Necesito saber la verdad, pero también siento que a cada día que pasa la necesito a ella.
[MATÍAS]Llego a mi casa con mi cabeza y corazón hechos un lio, son miles los pensamientos y sentimientos que me invaden. Tengo la sensación de que me he parado en medio de un campo de batalla y me estuvieran atacando por todos los rangos posibles. Por un lado, el amor me ha atacado disparándome justo al corazón hasta hacerme sentir que no puedo respirar cuando la veo, y por el otro la posibilidad de ser padre de un niño increíble me ataca sin piedad hiriéndome en todos mis puntos débiles. El solo hecho de pensar que podría estar enamorado de la tía de mi hijo, me provoca ansiedad; es como si en estos momentos me estuviera dando un ataque de pánico.—Matías, ¿Qué te sucede? — Me pregunta mi hermana, quien acaba de entrar a la casa y se sienta en el sofá frente a mi.—Cintia, necesito hablar contigo por favor... creo que me dará
[MATÍAS]Está vez ella ha venido a la casa correcta y soy yo quien abre la puerta para recibirla y tal como me sucede desde que la vi por primera vez, me quedo mudo ante su belleza. Me decepciona un poco que no haya venido con Daniel, realmente quería verlo. —Buenos días. — Me acerco para saludarla y aquí es donde está el dilema, 《¿Cómo la saludo?》—Buenos días. — Me responde y con una de sus manos acomoda un mechón de pelo detrás de su oreja y esa es mi señal.—Discúlpame, pero debo hacerlo. — Le digo y la tomo por la cintura atrayendo su cuerpo al mío. Con mi mirada clavada en la suya acaricio su mejilla y acerco mis labios a los suyos hasta rozarlos. Sus labios saben a caramelo y me encantan. Tengo miedo de que después de que esta noche hable con ella todo se eche a perder, pero al menos debo intentar dejarle saber que r
[MATÍAS]Aquí estoy parado frente a su puerta con ansias y muchos nervios de lo que pueda suceder esta noche. Esta mañana solo pude perderme mirándola a la distancia y pensando en las diferentes posibilidades de lo que podría ocurrir en esta velada. Unos cuantos minutos después de que tocara el timbre, ella abre la puerta y me quedo hipnotizado con su belleza. Se ha colocado un vestido color champagne corto, pegado a su silueta y con un escote que seguramente me distraerá toda la noche —Buenas noches. — Dice sonriente al ver que me he quedado hecho un idiota enfrente de ella.—Buenas noches... no sé muy bien que decir, te ves deslumbrante. — Consigo decir con nervios.—Muchas gracias, tú también te ves muy pero muy bien. — Dice.—¿Lista? — Pregunto y le ofrezco mi brazo para que se sostenga de él.—Sí
[MATÍAS]Aquí estoy con su mirada fija en mí mientras espera que yo comience a hablar, pero 《¿Cómo le digo que tuve una noche de pasión con su hermana? Mucho peor... ¿Qué su sobrino podría ser mi hijo?》—Te estoy esperando. — Dice presionándome.—No es fácil lo que debo decirte. — Le explico sin siquiera poder mirarla.—Matías, por favor. Di lo que tengas que decir, pero hazlo de una vez. — Me pide y noto la desesperación en su voz.—Vale... que sea lo que deba ser. — Digo en voz alta y tomo valor. —Verás, hace como cinco... casi seis años atrás yo salí de una de mis firmas de libros y con mis amigos fuimos a un bar que había cerca del recinto a celebrar por el nuevo libro. En aquel momento yo no era tan famoso aun, pero tenía un grupo de lectores que eran fans que
[AITANA]Camino por mi estudio sin dejar de mirar la fotografía que Matías sostuvo entre sus manos ayer; son tantos los sentimientos que me invaden que no se cómo seguir. Mi hermana y él... es que aun no lo creo y mucho menos puedo creer que él pueda ser el padre de Daniel. Pensar que me estaba enamorando de él, pero 《¿Cómo seguir adelante con esto cuando estuvo con mi hermana?》Si esa prueba de ADN diera positivo y yo mantuviera una especie de relación con Matías estaría involucrándome con el padre de mi sobrino... es todo tan extraño. Mi hermana falleció por tener a Daniel, y Matías ni siquiera amaba a Carla. Mi mente es un caos. Sé que fue una decisión de mi hermana tener a su hijo y así como lo fue acostarse con Matías, pero yo sé lo mucho que lo admiraba y hasta me atrevería a decir que estaba enamorada de él. Si
[MATÍAS]La luz del sol pegando en mi rostro hace que deba abrir los ojos; he dormido pocas horas, pero no es para menos. Hoy es un día que puede determinar muchas cosas en mi vida. Las únicas personas que están al tanto de todo lo que me sucede, son mi hermana y mi buen amigo y doctor Martin, por ahora creo que lo mejor es que se mantenga de esta manera. Miro mi móvil con la esperanza de que ella me haya escrito al menos un mensaje, pero después de lo que me ha confesado ayer no creo que lo haga. Desbloqueo la pantalla del móvil y decido enviarle un mensaje con la excusa de darle la dirección de la clínica de Martin.Matías: Buenos días, ¿Cómo te encuentras? solo quería darte la dirección de la clínica. Te veo allí a las 10:00AM.Envió el mensaje y acto seguido le envió in pantallazo con la dirección de la clínica. A
Entramos al café y caminamos hacia una de las mesas que están al fondo del lugar. Daniel claramente se adelanta y ansiosamente corre hacia la mesa que hemos elegido. —Vaya que tiene energía ¿eh? — Comento mientras lo veo correr.—No te das idea cuanta, nunca se cansa. — Dice sonriente y mirándolo con orgullo.Realmente creo que la que más está sufriendo con todo esto es ella. No quiero que crea que si ese resultado da positivo yo intentare quitarle al niño. —Aitana, antes que nos sentemos y Daniel pueda escucharnos. — Hablo sujetándola por su brazo y haciendo que me mire. — Quiero decirte desde el fondo de mi corazón que, si yo soy el padre de Daniel, no tengo ninguna intención de alejarte de él. — Le explico.Sus tan profundos y hermosos ojos se clavan en los míos haciendo que me pierda en ellos. —Matías, seamos
Siento como su mirada sigue clavada en mi mientras que yo tomo el bolígrafo y hago dibujos con Daniel. Hago algunos garabatos intentando no reírme ante su expresión hasta que ella deja su taza de café sobre la mesa —Daniel, debemos irnos. — Le dice haciendo que levante mi mirada.—¿Tan pronto? — Le pregunto con melancolía.—Si, debo dejarlo en casa de la niñera y luego ir a trabajar. — Explica mirando su reloj.—Entiendo... ¿Será que tú y yo podemos hablar a solas más tarde? — Inquiero casi en un susurro intentando que Daniel no me escuche.—Matías... creo que será mejor que no nos veamos hasta tener los resultados. — Me explica y se pone de pie.《¿Qué? ¿No verla por todos estos días? No... yo no puedo.》—Por favor, Aitana, necesito verte antes de eso. &