El trato indirecto que la Diosa Roja le tenía a Katherine era un tanto especial, en mucho tiempo no se había acercado a ninguno de sus seguidores como lo había hecho con aquella humana. Además, que muy en el fondo le tenía cierto afecto por todo el sufrimiento que en cierta parte la Diosa Blanca le había ocasionado, algunos pensarían que en lo único que tenían en común sería su odio hacia la deidad Blanca, pero en realidad no era así.Solo la antigua generación de Katherine había conocido la verdadera faceta de la Diosa Roja y por esa razón la adoraban con su propia vida, ella no era del todo mala. Pero Katherine, que había leído un montón de historias de aquella deidad, no se sentía capaz de tan siquiera ir a su tembló, la Diosa Roja podía cumplir el deseo más oscuro que su seguidor tenga, pero tendría que pagar un precio muy alto.Algunos decían que tenían que pagar con la vida de la persona que más amaban, otros que tenían que matar a toda su familia o simplemente pagar con algo de
El único sentimiento que sentía en ese momento Katherine era el miedo, ver aquella estatua con vida caminando hacia ella le causaba temor y más cuando se trataba de una de las tres deidades más poderosas. Con cada paso que daba la Diosa, Katherine daba dos pasos hacia atrás, queriendo tener una distancia prudente con ella. La Diosa Roja mostraba una sonrisa cínica, observando a Katherine como si fuera un juguete.― Yo no te he invocado a ti… ― La osadía que mostraba Katherine le gustaba a la deidad, sabía que la humana sentía miedo, pero aun así no lo mostraba directamente. ― Le pedí un deseo puro a tu hermana, la Diosa Blanca. ― Lo último ocasiono que la deidad roja soltara una carcajada, aquella risa había hecho eco en todo el lugar.― Oh, cariño… No me hagas reír, tu corazón no es puro y tampoco tu deseo. ― Katherine se relamió sus labios, en su mirada ahora se encontraba la molestia. ― Quieres venganza… Quieres destruir a cada uno de los que te humillaron y te abandonaron como un
En las manos del Beta se encontraba una taza de café junto con unas galletas, aquella mañana Noah quería hablar con Katherine sobre lo que harían ahora, ya que se habían quedado en el motel ya varios días. En su mente aún pasaba el recuerdo del incidente que hubo en la cafetería con aquel sujeto desconocido, el que Katherine solo haya susurrado algo y que este se fuera con miedo, le llego a sorprender.Katherine ocultaba algo mucho más grande, y aunque confiaba en ella, quería saber lo que estaba pasando para poder ayudarla en algo. Noah tocó con suavidad la puerta de la habitación de Katherine, pero no se sorprendió al no escuchar ningún movimiento del otro lado, saco del bolsillo de su pantalón la llave de repuesto que le había pedido al dueño y cuando entro todo se encontraba en silencio.En ese momento Noah no sentía que algo estuviera mal, desde que estaban allí Katherine se mantenía en silencio en su habitación y lo que menos quería hacer era salir, por lo que dejo la taza de ca
Solo bastaron dos meses y medio para que Katherine se sintiera como una diosa en la tierra, las palabras de la Diosa Roja sobre darle su propia manada se habían cumplido. Hombres y mujeres lobos llegaban ante el llamado de Katherine en sus sueños, aquellos que fueron exiliados por sus manadas o que estaban buscando una, ella les daba la oportunidad de unirse. Solo elegía a quienes en verdad sintiera que les daría una lealtad y morirían en una guerra solo por permanecer a su lado, durante esos dos meses varias personas se les unieron y Vivian en el enorme castillo ayudando en los deberes.Katherine se había convertido en su Luna y a ellos no les importaba que no tuviera un Alfa al lado que la acompañara, todos estaban de acuerdo que gobernaba mucho mejor que un Alfa. Detrás de Katherine siempre se encontraban tres sombras que la seguían sin titubear, eran las personas en quien más confía ella, pero también había una cuarta sombra que solo Katherine podía ver, y esa era la Diosa Roja.L
“Dominik se sintió como si se encontrara en el vacío, no podía ver nada de lo que estaba a su alrededor, pero sabía que tenía sus ojos abiertos. Intento con su olfato buscar un aroma conocido que pudiera guiarlo, pero el único que encontró fue el de Katherine. El dulce aroma de Katherine comenzó a guiarlo al frente de él, Dominik dudo por un momento en caminar, ya que no sentía algo sólido debajo de él.― Dominik… ― El nombre del Alfa se escuchó en la lejanía, aquella voz era la de su esposa. Dominik estaba seguro de eso, su corazón comenzó a latir con fuerza al recordar que durante esos meses había intentado buscarla, pero no había rastro.― ¡Katherine!... ― En la voz de Dominik se escuchó la desesperación, su respiración se volvía cada vez más agitada al escuchar como la voz de ella lo seguía llamado. Dominik esta vez intento avanzar para buscarla, pero no pudo. Unas cadenas de plata rodeaban sus brazos y piernas al punto de dejarlo arrodillado, el ardor en su piel se hizo presente
Katherine se había enterado por parte de Noah que este había rechazado a Aarón como su alma gemela, y en cierta parte no se sorprendió, ella podía sentir el gran amor que el Beta sentía por ella y era mucho más fuerte que el amor que Dominik sentía por ella. Y es por eso que Katherine desde un principio no creyó en las almas gemelas, sentía que aquello era una total falsa que la propia Diosa Blanca había creado, porque entre su investigación supo que había sido ella quien creo las almas gemelas.En realidad, las almas gemelas pueden llegan hacer tu compañera de vida, como si fueran amigos de toda la vida. No tenían que romanizarlas al punto de considerar que estaban destinadas a crear una vida juntos como pareja, y Katherine les enseñaría eso a todos los que estaban en su manada junto con el crecimiento de sus hijos. Dominik podía ser su alma gemela o su verdadero amor, pero no importaba si la otra persona no sentía el mismo sentimiento.Algunas veces Katherine prefería estar sola en
Los meses para Katherine habían pasado con rapidez, estar ocupada con su manada ayudando a cada persona casi no le daba tiempo de muchas cosas, pero su venganza aún seguía presente. Algunas veces ella misma dejaba que su espíritu visitara aquella mansión que una vez la rechazo, podía notar como el comportamiento de Dominik se volvía peor al igual que su salud. Aquel Alfa apenas podía dormir ante las constantes pesadillas que tenía sobre su esposa, al principio solo fueron pesadillas, pero Katherine había aumento su venganza al punto de que el Alfa tuviera apariciones de ella en cualquier lugar.Aquel ser que había invocado con anterioridad estaba haciendo un buen trabajo, Dominik apenas podía dormir y algunos les decían que solo estaba alucinado, ya que no podían ver a la aparición de Katherine. El Alfa estaba cansado, y al principio Hannah lo trato de consolar diciéndole que tenía que mirar al futuro, y pensar más en el hijo que estaba a punto de nacer. Pero aquella mujer se cansó al
Las contestes palabras que las Omegas le estaban diciendo a Katherine hacían que esta frunciera su ceño al escucharlas en la lejanía, su visión se encontraba borrosa y apenas podía visualizar las personas que estaban al frente de ella. Pero el dolor que sentía en su vientre ocasionaba que de sus labios soltaran gritos de agonía, sentía como algo la apretaba y quisiera salir. El rostro pálido de Katherine se encontraba húmedo de su propio sudor y lágrimas, que en ningún momento se detuvieron.Brunilda al ver el estado de la mujer no podía evitar sentirse mal, podía notar como esta estaba sufriendo y no podía ayudarla. Las Omegas le gritaban a su Luna que debía de pujar para que saliera el bebé, pero Katherine apenas tenía fuerza. El rostro de su Luna comenzó a colocarse de un color rojizo ante la presión que estaba haciendo al pujar, su respiración se había detenido por un momento y luego de unos minutos volvió a dejar caer su cabeza en la almohada.El llanto de un bebé inundo toda la