Una ventisca gélida provocó que los cuerpos de varios se encogieran entre ellos buscando un poco de calidez, el cambio tan repentino de ambiente había provocado que todos fruncieran sus ceños. La mayoría de ellos se encontraban aún mojados por lo ocurrido con Gaganaris, por lo que aquel ambiente frío no les favorecía en nada. El cielo se encontraba de un tono apagado, era de un color gris que ni los rayos del sol podían atravesar.Las miradas de todos mostraban curiosidad del nuevo lugar en que se encontraban, Noah al caminar un poco por el alrededor se dio cuenta de que se encontraban en la cima de una montaña, esta era acompañada de otras montañas que se encontraban alrededor formando un círculo. Esto para muchos era simplemente extraño, pero justo en el medio del círculo se encontraba un gran laberinto que conectaba con las montañas.― ¿Deberíamos de bajar de una vez?... ― Pregunta Noah sin voltear para mirar a los demás, Katherine comienza caminar hacia su pareja y observa el mism
Todos observaron como a tan solo tres metros de distancia se encontraba el inicio del laberinto, solo tenían que dar unos pocos pasos y ya entrarían todos. Katherine en media bajada de las escaleras había intentado seguir un camino del laberinto hacia la casa que se encontraba en el medio, sin embargo, no podía descifrar el camino porque creía que el camino cambiaba entre más lo mirabas.La Antig volteo su rostro para mirar a los demás, los cuales también miraban la entrada del laberinto, todos entrarían y estarían en grupo, sin embargo, nadie confianza en tener a Dominik. Al primer paso que Katherine dio esta tuvo que agachar su rostro al sentir una fuerte ventisca gélida, esta había provocado que su ropa junto con su cabello bailara ante el movimiento del aire, y tal como había llegado de la nada se detuvo.― No sé qué encontraremos o nos enfrentemos allá dentro, pero no quiero que ninguno se separe… ― Todos respondieron ante el comentario de Katherine y comenzaron a adentrarse haci
Noah no entendía el sentimiento tan abrumador que poseía en su pecho, era un sentimiento que reconocía a la perfección, pero había vuelto tan intenso que no podía comprender el porqué de eso. Aquel sentimiento era la ansiedad de lo que podía pasar en cualquier, algunos pensarían que estaría pensando en el mismo o en su familia, sin embargo, no era lo era así. El Beta solo tenía aquel sentimiento cuando por su mente pasaba el nombre de Katherine, y aunque sabía que debía de buscar una salida para encontrarla, este se dedicaba a buscarla entre los confusos pasillos del laberinto.Cada pasillo que cruzaba, Noah esperaba con todo su corazón ver la silueta de Katherine aunque fuera por un breve momento, y es que tenerla lejos sin saber cómo se encontraba lo estaba atormenta de gran manera. Por un momento el Beta creyó en que aquella preocupación que sentía y aquel sentimiento eran los que producción aquellos malos pensamientos y escenarios ficticios que llegaban a su mente de manera precip
Sus piernas le dolían, sentía como su respiración se encontraba tan acelerada que ni podía tomar una buena bocanada de aire, Katherine se sentía ahogada, pero no podía parar de correr. Su sudor se mezclaban con las lágrimas que bajaban de sus rojos ojos, su garganta se ardía y cada vez que soltaba alguna palabra se podía escuchar como se había quedado ronca de tanto haber gritado. Su brazo no se encontraba en las mejores condiciones, este aún le seguía doliendo, además de dejar un rastro de sangre cada vez que accidentalmente se golpeaba con las paredes intentando huir. Katherine quería descansar, pero el su instinto de supervivencia le obligaba a seguir corriendo para escapar de aquella criatura que había vuelto de la nada. Ella por un momento pensó en rendirse, aquella idea pasaba tanto en su cabeza que creía que estaba segura, de que era la mejor opción.Katherine había pensado en sus posibilidades de sobrevivir de aquella situación, y cada una de ellas era nula. No tenía armas co
Todos miraron sorprendidos como el laberinto había cambiado, sus inmensas paredes llenas de ilusiones y mentiras ya no se encontraban. Ahora todos podían verse en la distancia mientras que el suelo estaba lleno de flores de cristal, pero eran tan ligeras que la leve brisa del lugar la movía de manera delicada. Todos mantenían un aspecto de miedo, tristeza y cansancio. Ellos habían visto sus peores pesadillas y miedo, y ahora todo había terminado. Algunos incluso pensaban que lo todo eso era otra ilusión más por lo que no se movían de su sitio.Cada uno de ellos miraban a los demás, en el fondo sentían una enorme tranquilidad al darse cuenta de que todos estaban bien. Sin embargo, Noah había sido quien estuvo buscando a Katherine con la mirada, necesitaba verla para saber que todo estaba bien, además de querer sentirla entre sus brazos para sentir aquella calidez que ella transmitía.Sin embargo, justo en el medio de lo que antes era el laberinto se encontraba un charco de sangre, y el
El ambiente se encontraba desolador, las casas de la manada König se encontraban destrozadas. Los escombros estaban esparcidos por todos lados, sin embargo, las personas se encontraban en la mansión de Dominik intentando salvar a los heridos, mientras que los demás resguardaban el lugar por si llegaban a atacar nuevamente.Aquel desastre había sido producto de las criaturas de la Diosa Blanca, algunos tuvieron la idea de rezar por ella pidiendo protección, pero lo único que recibieron fue sufrimiento y dolor. Bianca no les importaba en absoluto las personas que creían en ella, esta sabía que si mostraba su apariencia amable y bondadosa con ellos, todos volverían a creer en ella.Sin embargo, poco a poco todos aquellos que creían en ella comenzaban a dudar, ¿Por qué Phoenix y Gaganaris estaban en la manada?, ¿Por qué los ayudaba en las peleas que hubieron con los monstruos?… ¿Por qué ellas estaban allí y no Bianca?…Pregunta tras pregunta rondaban en sus mentes, Phoenix había llevado a
“Su respiración se encontraba tranquila, ningún peligro la acechaba porque se encontraba en su hogar siendo protegida por su Alfa y por su manada. Para ella la noche era su momento favorito, podía estar con su esposo siendo abrazada por él mientras acariciaba con delicadeza al bebé que ambos hicieron con tanto amor y el cual estaban esperando con ansias. Dominik se había vuelto mucho más protector ante su embarazo, pero sabía que su esposa se encontraba bien.Ningún peligro estaba al acecho…Katherine durante esos meses había sufrido de gran manera, haber perdido anteriores embarazos ocasionaron que su depresión aumentara. Le dolía al solo recordar como había perdido sus embarazos en un aborto instantáneo, se preguntaba el por qué había sucedido, pero no había respuesta. Pero ella ya no quería pensar en e
Desde que Dominik y Katherine se habían casado ambos sentían un sentimiento de felicidad tan grande que toda la manada podía observar, cada vez que sus miradas se conectaban sus pupilas se dilataban rápidamente. Cada mañana antes que Katherine se levantara su esposo tomaba unos largos momentos para acariciar el rostro dormido de Katherine, la respiración de Dominik en esos momentos se volvía suave, pero profunda. Le encantaba acariciar la pálida piel de su esposa mientras que el dulce aroma que expulsaba inundaba toda la habitación.Katherine era un tan diferente, cada noche que ambos se iban a dormir ella acariciaba el pecho de su esposo mientras este la abrazaba. En muchas ocasiones Dominik se había quedado dormido ante las suaves caricias de su mujer y mientras se encontraba dormido sentía una leve presión en sus labios y sabía que era su esposa depositándole un