El ambiente en la mansión durante esa semana había sido tenso, pero Hannah no podía evitar sentirse cómoda ante la amabilidad y la atención de todos. En ningún momento llegó hablar con Katherine, y esta última tampoco se había detenido para hablar con aquella mujer. Emily y Dominik hacían lo imposible para que Hannah no se acercara a Katherine, no quería que esta última llegará hacer algo. Pero aun así Katherine se encontraba confusa sobre su decisión de convertirse en mujer lobo, muy en el fondo se los quería demostrar y decirle a Dominik que lo que había hecho fue un error.— ¿En qué piensas?… — La voz de Noah detrás de ella hizo que lo mirara a través del espejo, el Beta había decidido peinarle el cabello aquella mañana, después de todo Katherine ya no realizaba tareas de Luna porque Dominik lo quería mantener de esa forma.— ¿Si tuvieras la oportunidad de cambiarme lo harías?… — Noah fijo sus ojos en los de ella a través del espejo, ambos se miraban con curiosidad. — Me refiero a
Katherine durante varios días no había podido dormir bien ante su ansiedad, quería que todo saliera como había planeado y más cuando Noah había decidido irse con ella. Esa noche por fin se escaparía con el Beta, tenían todo listo y solo tenían que esperar que la madrugada llegara y que todos se encontrarán dormidos. Aunque ella quisiera irse, sintió que debía de despedirse de todos, no sabía cuándo volvería a verlos o tan siquiera si saldría viva en la búsqueda de la Diosa que detestaba para que le cumpliera su deseo.¿Acaso debía de hablar con Dominik por última vez?…Se preguntó guardando los libros de hechicería en su maleta, lamentablemente no podía llevarse muchas cosas de la biblioteca secreta, pero lo más importante si se iría con ella. Katherine había hecho un hechizo para que nadie entrara allí y si lo llegaban hacer que se viera como una simple habitación vacía, quizás cuando ella volviera se podría llevar todo. De sus labios soltó un suspiro nostálgico y simplemente escondi
Dominik durante dos días llego a extrañarse al no sentir la presencia de Katherine en la mansión, el olor aún se mantenía en mansión, pero en ningún momento la había visto caminar por los alrededores y aunque lo quisiera negar también estuvo pendiente de Noah, y también había notado su ausencia. El Alfa se llegó a preguntar que quizás se encontraba nuevamente enferma o que esta vez sí se había aislado por completo junto con el Beta.No podía negar que en el fondo la cercanía que tenía aquellos dos le llegaba a molestar, sentía que Noah tenía intenciones con Katherine, aun cuando hace meses le había dicho que no sentía nada por ella. Era karma lo que estaba sintiendo el Alfa, él se había acercado demasiado a Hannah, al punto de olvidarse que tenía una esposa, y ahora se encontraba confundido por los sentimientos que tenía por la mujer que estaba esperando un hijo de él.Dominik ya no era el mismo, había cambiado por completo y para las personas que estaban a su lado era como ver una nu
Aunque fuera de día la habitación de Katherine se encontraba a oscuras, las cortinas desgastadas y de color negro no dejaban entrar ni un rayo de luz. Desde que habían llegado a ese lugar, ella se mantuvo encerrada, aunque Noah entraba para ordenar el desastre que ella causaba y que no quería limpiar.Katherine por primera vez se sintió libre en dejar salir sus sentimientos en ese lugar, nadie la estaría juzgando y sobre todo no podía sentir el ambiente tan cargado de la mansión. Por primera vez en los años de relación con Dominik se sintió libre, pero aquella libertad la estaba pagando al recordar cada momento tormentoso que paso en la mansión.No importaba la hora, sus recuerdos la estaban atormentando al punto de corromperla. Katherine abrazó la almohada dejando que la sabana la tapara por completo, quería seguir llorando en silencio, pero la puerta se abrió con cuidado y luego se cerró. Katherine no tenía que preguntar quién era, Noah tenía la llave de su habitación y había estado
El trato indirecto que la Diosa Roja le tenía a Katherine era un tanto especial, en mucho tiempo no se había acercado a ninguno de sus seguidores como lo había hecho con aquella humana. Además, que muy en el fondo le tenía cierto afecto por todo el sufrimiento que en cierta parte la Diosa Blanca le había ocasionado, algunos pensarían que en lo único que tenían en común sería su odio hacia la deidad Blanca, pero en realidad no era así.Solo la antigua generación de Katherine había conocido la verdadera faceta de la Diosa Roja y por esa razón la adoraban con su propia vida, ella no era del todo mala. Pero Katherine, que había leído un montón de historias de aquella deidad, no se sentía capaz de tan siquiera ir a su tembló, la Diosa Roja podía cumplir el deseo más oscuro que su seguidor tenga, pero tendría que pagar un precio muy alto.Algunos decían que tenían que pagar con la vida de la persona que más amaban, otros que tenían que matar a toda su familia o simplemente pagar con algo de
El único sentimiento que sentía en ese momento Katherine era el miedo, ver aquella estatua con vida caminando hacia ella le causaba temor y más cuando se trataba de una de las tres deidades más poderosas. Con cada paso que daba la Diosa, Katherine daba dos pasos hacia atrás, queriendo tener una distancia prudente con ella. La Diosa Roja mostraba una sonrisa cínica, observando a Katherine como si fuera un juguete.― Yo no te he invocado a ti… ― La osadía que mostraba Katherine le gustaba a la deidad, sabía que la humana sentía miedo, pero aun así no lo mostraba directamente. ― Le pedí un deseo puro a tu hermana, la Diosa Blanca. ― Lo último ocasiono que la deidad roja soltara una carcajada, aquella risa había hecho eco en todo el lugar.― Oh, cariño… No me hagas reír, tu corazón no es puro y tampoco tu deseo. ― Katherine se relamió sus labios, en su mirada ahora se encontraba la molestia. ― Quieres venganza… Quieres destruir a cada uno de los que te humillaron y te abandonaron como un
En las manos del Beta se encontraba una taza de café junto con unas galletas, aquella mañana Noah quería hablar con Katherine sobre lo que harían ahora, ya que se habían quedado en el motel ya varios días. En su mente aún pasaba el recuerdo del incidente que hubo en la cafetería con aquel sujeto desconocido, el que Katherine solo haya susurrado algo y que este se fuera con miedo, le llego a sorprender.Katherine ocultaba algo mucho más grande, y aunque confiaba en ella, quería saber lo que estaba pasando para poder ayudarla en algo. Noah tocó con suavidad la puerta de la habitación de Katherine, pero no se sorprendió al no escuchar ningún movimiento del otro lado, saco del bolsillo de su pantalón la llave de repuesto que le había pedido al dueño y cuando entro todo se encontraba en silencio.En ese momento Noah no sentía que algo estuviera mal, desde que estaban allí Katherine se mantenía en silencio en su habitación y lo que menos quería hacer era salir, por lo que dejo la taza de ca
Solo bastaron dos meses y medio para que Katherine se sintiera como una diosa en la tierra, las palabras de la Diosa Roja sobre darle su propia manada se habían cumplido. Hombres y mujeres lobos llegaban ante el llamado de Katherine en sus sueños, aquellos que fueron exiliados por sus manadas o que estaban buscando una, ella les daba la oportunidad de unirse. Solo elegía a quienes en verdad sintiera que les daría una lealtad y morirían en una guerra solo por permanecer a su lado, durante esos dos meses varias personas se les unieron y Vivian en el enorme castillo ayudando en los deberes.Katherine se había convertido en su Luna y a ellos no les importaba que no tuviera un Alfa al lado que la acompañara, todos estaban de acuerdo que gobernaba mucho mejor que un Alfa. Detrás de Katherine siempre se encontraban tres sombras que la seguían sin titubear, eran las personas en quien más confía ella, pero también había una cuarta sombra que solo Katherine podía ver, y esa era la Diosa Roja.L