Katherine no podía evitar sentir como los días habían pasado con lentitud, cada día intentaba mostrar una mejor cara, pero no lo lograba. Cada vez que se miraba en el espejo no podía evitar recordar lo que había sucedido, aquello la atormentaba cada día, y en cada madrugada caminaba hacia las flores que había plantado en honor a su hijo no nacido. Ella se quedaba sentada, mirándolo fijamente, esperando que así pudiera sentirse mejor, pero nada funcionaba.El colocarse una máscara para fingir que ahora se encontraba bien, se derrumbaba al sentir como Dominik la abrazaba mientras dormía, las manos del Alfa siempre acariciaban su vientre y sabía que él quería un hijo más que nada. Iris les había informado que podían volver a intentarlo, los exámenes de Katherine habían dado positivos, pero ella tenía miedo de que volviera a suceder.¿Y si ella era la del problema?... Se decía mentalmente desviando su mirada del libro que estaba leyendo para mirar como Dominik jugaba con Karl y Harry, sol
4 meses después…La mirada de Katherine se dirigió hacia el espejo, notando su barriga abultada por su embarazo, le alegraba que todo estaba yendo bien con el bebé. Sus manos acariciaron con delicadeza su barriga sonriendo en el proceso, esta vez todos estaban pendientes de su estado, el tiempo de sus vitaminas y sus comidas junto con sus antojos. En el fondo querían evitar que nuevamente pasara lo mismo de hace varios meses, y aunque Katherine ya se encontraba feliz por su nuevo embarazo, no se había olvidado del que perdió.Todas las noches cuando ella sabía que todos estaban durmiendo, se iba hacia el jardín para cuidar a la flor que crecía con intensidad ante sus cuidados, pero no pudo evitar sentir cierta molestia cada vez que Jessi, la pareja del padre de Dominik le decía que debía de pedirle una bendición a la Diosa Blanca. De solo recodar a aquella Diosa, Katherine se sentía disgustada y decepcionada, ella podía ver como todos pedían por su salud y que el embarazo estuviera bi
Dos meses después…La felicidad que Katherine transmitía era contagiosa, en su mirada se podía apreciar cómo estaba contenta con que su embrazo saliera bien. Por fin había cumplido seis meses, Dominik y ella no podían estar más ansiosos de que naciera el pequeño, aún no tenían un nombre, sabían que aún faltaba para que naciera, por lo que algunas cosas la tomaban con calma.Pero, aunque ella sintiera toda esa alegría, había algo que la estaba preocupando, al principio no quería tomarle mucha importancia, pero a donde quiera que fuera le decían lo mismo. Los empleados, los habitantes e incluso Jessi le habían dicho que pedían por ella a la Diosa Blanca, pedían que todo saliera bien con ella. Katherine solo sonreía y agradecía ante el hermoso gesto que tenían por ella, pero sentía un gran rechazo a aquella deidad que en ningún momento había cumplido con sus plegarias.Dominik al igual que Katherine habían recibido regalos por parte de varias personas, pero el Alfa no dejaba que Katherin
La deidad blanca miraba con satisfacción como Katherine estaba sufriendo por la pérdida de su segundo hijo, su cometido de no dejar que ella tuviera un bebé con König se estaba cumpliendo. Y vaya que le estaba dando placer observar como los días habían pasado luego de esa tragedia y la distancia entre la pareja aumentaba.Pero entre el medio de su satisfacción observó como una de sus estrellas favoritas se destruía entre el medio de la oscuridad, lentamente otras también lo hacían, y con ello se terminó destruyendo uno de los templos más importantes de la Diosa Blanca. Escucho los gritos de agonía de sus seguidores y el cómo pedían piedad entre un intenso fuego rojo, fue allí que observo con horror la sombra roja de su hermana sonreír.— Te advertí de interferir en su vida, y esto es solo un poco de lo que haré... — La voz de la Diosa Roja se escuchó molesta, llena de ira y con ganas de destruir todo lo que tenía que ver con la deidad blanca, pero ella sabía que algunas cosas podían e
La respuesta tan anhelada que estaba buscando Katherine la había conseguido, el querer cambiar su genética a la de su esposo no era imposible, pero si difícil. Aquello conllevaba en tener que salir de la mansión por un tiempo solo para conseguir uno de los templos más antiguo de la Diosa Blanca, a Katherine le desagradaba la idea de tener que pedir nuevamente algo a la diosa que odiaba, pero había leído que ella tenía el poder suficiente para eso.Al principio Katherine se negó a tan siquiera pedirle algo a la Diosa Blanca, pero quizás si le ofrecía una gran ofrenda todo cambiaría. Katherine en su mente tenía la idea de que lo peor que le pudiera pasar con la deidad blanca era que la matara, pero eso a ella no le importaba. Quería volver a sentirse querida y útil para su familia y que ahora se alejaban de ella.Aunque Katherine tuviera poderes y estaba aprendiendo mucho más sobre ellos, no tenía el poder suficiente para hacer algo tan grande como aquello, Katherine en el fondo solo qu
Katherine había tomado la decisión de tomar sus pertenencias en la habitación que compartía con Dominik para irse a una que estaba en el piso superior, quería mantenerse tan alejada de ellos que lo había logrado, tampoco había hecho mucho esfuerzo, ya que su supuesta familia le había dado la espalda y se quedaron con Dominik. La única persona que la cuidaba era Noah, quien al final también se quedó en una de las habitaciones de la mansión, la relación de los niños había caído por completo, ya no querían saber nada de ella y eso en el fondo a Katherine le dolía. Dominik tampoco había hecho algo para que su esposa volviera hablar con él y mucho menos se disculparía porque sentía que no hizo nada malo, pero ya habían pasado dos semanas y media de lo ocurrido, y tenía que hablar con ella de algo importante. Ese mismo día llegaría la mujer a la cual le alquilo el vientre, viviría en la mansión para estar pendiente de su proceso, ya que ella ya se encontraba embarazada. Dominik soltó un su
El ambiente en la mansión durante esa semana había sido tenso, pero Hannah no podía evitar sentirse cómoda ante la amabilidad y la atención de todos. En ningún momento llegó hablar con Katherine, y esta última tampoco se había detenido para hablar con aquella mujer. Emily y Dominik hacían lo imposible para que Hannah no se acercara a Katherine, no quería que esta última llegará hacer algo. Pero aun así Katherine se encontraba confusa sobre su decisión de convertirse en mujer lobo, muy en el fondo se los quería demostrar y decirle a Dominik que lo que había hecho fue un error.— ¿En qué piensas?… — La voz de Noah detrás de ella hizo que lo mirara a través del espejo, el Beta había decidido peinarle el cabello aquella mañana, después de todo Katherine ya no realizaba tareas de Luna porque Dominik lo quería mantener de esa forma.— ¿Si tuvieras la oportunidad de cambiarme lo harías?… — Noah fijo sus ojos en los de ella a través del espejo, ambos se miraban con curiosidad. — Me refiero a
Katherine durante varios días no había podido dormir bien ante su ansiedad, quería que todo saliera como había planeado y más cuando Noah había decidido irse con ella. Esa noche por fin se escaparía con el Beta, tenían todo listo y solo tenían que esperar que la madrugada llegara y que todos se encontrarán dormidos. Aunque ella quisiera irse, sintió que debía de despedirse de todos, no sabía cuándo volvería a verlos o tan siquiera si saldría viva en la búsqueda de la Diosa que detestaba para que le cumpliera su deseo.¿Acaso debía de hablar con Dominik por última vez?…Se preguntó guardando los libros de hechicería en su maleta, lamentablemente no podía llevarse muchas cosas de la biblioteca secreta, pero lo más importante si se iría con ella. Katherine había hecho un hechizo para que nadie entrara allí y si lo llegaban hacer que se viera como una simple habitación vacía, quizás cuando ella volviera se podría llevar todo. De sus labios soltó un suspiro nostálgico y simplemente escondi