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|| Capítulo 04: Tristeza Disimulada... ||

La mente de Katherine se encontraba intranquila con cada escalón que bajaba, se preguntaba que había sucedido para que los chicos volvieran temprano. Claro que antes que la vieran se arregló un poco y se colocó sus tacones para estar más presentable, cuando ya estuvo abajo miro hacia la sala de estar y allí estaba la presencia de tres personas. Uno de ellos era un hombre alto, cabello castaño claro y ojos oscuros, la de cabello rizado supuso que era el profesor por lo que se acercó dándole una mirada seria a los chicos que al verla solo bajaron sus cabezas.

― Mi Luna… Es un honor poder estar en su presencia. ― El tono de voz del hombre era grave y hablaba un poco rápido, Katherine pudo apreciar que se encontraba un tanto nervioso, pero únicamente mostró una leve sonrisa levantando su mano para estrecharla con la de él, pero este la tomo con delicadeza y le deposito un suave beso. Karl no pudo evitar soltar un gruñido de molestia ante el gesto de su profesor hacia su madre.

― Oh, por favor… dejemos de lado esa formalidad. Me ha dicho una de mis empleadas que usted es el profesor de los chicos y ha ocurrido algo. ― Como si Katherine dijera palabras mágicas, el rostro sereno del hombre se transformó en uno molesto, pero intentaba disimularlo. ― Tomemos asiento, por favor… ― Katherine tomo asiento justo en el medio de los chicos, ya que se encontraban en el sofá más grande, el profesor se sienta al frente de ellos y mira a cada uno de los chicos.

― Vera hubo un pequeño receso en la clase de gimnasia porque teníamos que dividir la cancha en dos porque eran dos clases diferentes, y resulta que era la de Karl y Harry. El problema se dio cuando el joven Ocean le ha tirado un balón a uno de sus compañeros y le ha roto la nariz… ― Katherine por inercia voltea a mirar a su ahijado el cual miraba hacia otro lado. ― En nuestra academia los niños de la edad de Harry o mayor, tienen prohibido transformarse, pero el joven lo ha hecho provocando una pelea con su compañero en su forma de lobo. ― Katherine quería soltar un suspiro de frustración, pero se aguantó.

― Entiendo la gravedad del asunto, ¿Y Karl que ha hecho?... 

― Se ha metido en la pelea, pero por suerte ninguno de los dos salió lastimado... Solo el joven con quién hubo el enfrentamiento. — La de cabello rizado no lo podía notar, pero entre una columna de la mansión se encontraban las empleadas escuchando y mirando todo lo que ocurría.

— Comprendo, ¿Cómo podemos solucionar el problema?… — El profesor de ambos chicos hace una mueca con disimulo, sabía por qué había pasado la pelea, pero no quería que su Luna pensará mal de él.

— Mi señora, yo a usted le tengo un gran respecto, pero el problema inicio fue por qué el joven le dijo a Harry que no se podía transformar en su lobo interior y esto al joven Ocean no lo tomo bien… entiendo que se haya molestado, pero la acción que tomo no debió de hacerlo. Yo quisiera hablar con su espos... — El hombre fue interrumpido por el pequeño moreno que se encontraba molesto.

— ¡Me dijo que era un mestizo y que no podía hacerlo!... ¡Yo solo le demostré que si podía y así lo hice! — Katherine frunció su ceño ante el comentario que dijo su ahijado.

— Harry, entiendo que te pudo haber afectado el comentario. Pero la acción que has tomado no fue la correcta.

— ¡Tú no entiendes sobre nosotros! ¡No sabes nada de nuestra raza! — Katherine se encontraba sorprendida por el comentario que había hecho Harry, pero las empleadas, el profesor y Karl sabían que tenían razón. Ella era humana, no podía entender el sentimiento de ellos y mucho más de Harry que se había transformado por primera vez hoy. — ¡El único que entiende sobre nosotros es Dominik! ¡Tú no!… — Harry después de decir aquello salió corriendo hacia su habitación dejándolos a ellos allí.

— Karl, a tu habitación. — La orden que le dio Katherine a su hijo había sonado seca, y es que no quería tratarlo mal, pero no podía negar el hecho de que le había molestado las palabras de Harry hacia ella. El joven Karl solo asiente con la cabeza sin muchas ganas retirándose del lugar, la mirada de Katherine se dirige hacia el profesor. — Veo que quiere hablar con mi esposo, ¿No es así?… — Katherine no era nada idiota, había escuchado a la perfección que el profesor le iba a pedir hablar con su esposo en vez de a ella. El hombre un poco avergonzado asiente con la cabeza, no quería que ella pensará mal, pero la expresión de su rostro lo decía todo.

— No quiero que me malinterprete, mi señora. Lo que pasa es que... — Katherine ni lo dejo de hablar porque se levantó del asiento.

— Oh, tranquilo. Lo entiendo a la perfección, no tiene que disculparse. Mi esposo en este momento no se encuentra, pero le avisaré sobre lo que ha pasado para que se pase por la escuela. — El hombre asiente levantándose. 

— Nuevamente, discúlpeme, ya me retiro... Permiso. — El profesor se retira de la mansión dejándola sola, la mandíbula de Katherine se aprieta con fuerza con lo que pasó. 

(…)

El pasillo hacia las habitaciones se encontraba medio abierta por lo que Katherine decidió escuchar lo que estaban diciendo, pudo diferenciar la voz de Karl junto con la de Harry.

— No debiste de gritarle... Mamá está molesta. — La voz de su hijo Karl se escuchaba lejana, pero la escuchaba a la perfección. — Ella nos ama, Harry. Y... — La voz de Harry lo interrumpe.

— ¡Ella no nos entiende, Karl!… ¡Es humana! ¡No puede entender lo que nos pasa! 

— Harry, pero... — La voz de Karl se escuchaba apagada y el estado de ánimo de Katherine bajaba cada vez más. 

— Sé que estás allí... — Katherine sabía que el joven moreno se lo estaba diciendo a ella. — No soy tonto, puedo olerte. — La pálida mano de Katherine solo se movió para cerrar la puerta y retirarse de allí, no quería hablar con nadie.… Todos la estaban tratando de lado por ser humana y eso le estaba molestando. Al llegar a su habitación su teléfono comenzó a sonar, por lo que al agarrarlo noto que era una llamada de Dominik, sabía que alguna de sus empleadas le había mencionado lo que había pasado y que por esa razón la estaba llamando. La intención de Katherine era solo decirle cuando llegara y estaba segura de que sería en la noche por lo ocupado que se encontraría en la empresa.

«“— Hola, cariño... — Le dijo con un tono de voz calmada para que no sospechara de su estado de ánimo. 

— Me dijeron lo que pasó en la mansión, ¿Estás bien?… — Katherine frunció su ceño.

— Si, el profesor de los chicos quiere hablar contigo. Así que cuando vuelvas agarra el camino hacia la escuela. — Nadie lo podía notar, pero aquellas palabras le había molestado a Katherine. Ella quería ser la persona que solucionará los problemas y no su esposo por ser un Alfa. 

— Está bien, pasaré por allí. Pero... — Katherine no lo dejo de terminar de hablar.

— Estoy bien, si te fueron con el chisme las empleadas no quiero saberlo, Dominik. No estoy de humor.”» — La llamada se había acabado justo después de decir eso, tiro su teléfono a un costado del sofá que estaba en la habitación y se salió de la misma... 

Nuevamente, se sentía asfixiada y necesitaba calmarse.

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