Mi nombre es Valeria Palacios, tengo 26 años y hasta hace unos meses podía decir que era la mujer más feliz y afortunada del mundo, había logrado tener una buena relación con mis padres y que se sintieran orgullosos de mi, me casé con el hombre de mis sueños y tenía la mejor amiga de todas, hasta que de repente enfermé.
Al principio todos se preocuparon por mi todo empezó como debilidad y mucho sueño, después el cansancio hacía de las suyas tomando posesión de mi cuerpo sin autorización ocasionando que me desmayara repentinamente varias veces al día, ahí fue cuando nos dimos cuenta que algo no andaba bien.Pero en mis exámenes médicos no había nada inusual, pero mi salud iba decayendo cada día más, pensé que todos me querían, que estaban preocupados por mi, pero todo eso cambió hace unos meses...4 meses atrás...Cada ves me cuesta más mantenerme despierta, según los médicos solo eran secuelas por estrés pero no parecía tener mejora, me sentía triste y sola, desde hace bastante tiempo mis padres y esposo no se paraban por mi habitación ni siquiera para preguntar como seguía, de quién más me dolía era mi esposo, viviendo en el mismo techo pero ni siquiera venía a decirme buenos días o darme las buenas noches...La puerta de mi habitación se abrió, me llené de emoción y alegría de imaginar a mi esposo entrando por esa puerta pero me llevé una gran decepción al ver a mi socio.— Veleria ¿Cómo sigues?— Hola Roberto, la pregunta se contesta sola ¿no crees?, Cada vez peor...Para ese entonces a penas empezaba a caerse mi cabello y a notarse con más intensidad las bolsas negras de mis ojeras.Él me miraba con pesar, se sentó en la silla frente a mi cama, no quería verlo... su mirada de dolor y lástima me molestaba, tenía la mirada fija en las puertas de cristal del balcón que tenía al frente.— Lo lamento, en verdad y más porque te tengo malas noticias...— ¿Sucede algo con las empresas? ¿Jair no está haciendo las cosa bien?— Esto no tiene que ver con tus empresas pero si con tu marido y familia.– Me volteé rápidamente a verlo, su mirada me inquietaba bastante llenándome de incertidumbre.— ¿Que sucede con ellos?— Los escuche hablando en la oficina, tus padres y Jair, habían hablado con el médico quién dijo que tu salud no era buena y lamentablemente no hacía más que empeorar y no encontraban una manera de mejorarte si no encontraban una cura o tratamiento rápido...— Seria cuestión de tiempo para que muera, lose el doctor me lo dijo personalmente a mi...– No iba a decir que no me sorprendió que mis padres y esposo hablaran sobre ello, ya que le pedí al doctor que no les dijera nada aún, quería evitar que sufrieran, pero a lo que va de la historia nadie parece estar llorando por mi.— Pues ellos estaban hablando de como dividirán todo lo que tienes entre ellos cuando mueras.— ¿¡Que?!Empecé a toser con fuerza, sintiendo como mis pulmones se desgarraban causandome un dolor fuerte en el pecho, Roberto se levantó rápidamente, me dio un vaso de agua y comenzó a palmear mi espalda, no podía creer lo que acababa de escuchar aún no moría y ellos ya estaban pensando en todo lo que se quedarían cuando ya no estuviera.– ¿Roberto estas totalmente seguro de lo que me dices?– Totalmente, aún sigues con vida y ellos ya están planeado dividirse la madera de el árbol que aún no cae, se que debe de ser difícil para ti pero ahorita que no estas tan mal de salud es un buen momento para estipular tu testamento, dejar todo en orden para que después no se estén peleando entre ellos por tus vienes.— Ellos después no van a pelear por nada porque no pienso dejarles absolutamente nada de los que es mío.Roberto me miró impresionado al principio pero después me miró con orgullo y admiración, a pesar de estar ahogada de rabia, llena de tristeza y con un sin fin de sentimientos y emociones encontradas no era idiota.Tuve la suerte de ganar la lotería prácticamente, ayude a un hombre que estaba casi al borde de la muerte cuando nadie más se molestó en hacerlo, gracias al cielo el señor se salvó y me buscó al poco tiempo, el era un empresario con un negocio prospero, en ese entonces yo no era más que un estorbo para mis padres, ese hombre fue lo más cercano que tuve al amor de una familia le decía abuelo, pero él murió unos cuantos meses después, para ese entonces ya trabajaba en su empresa fue grande mi sorpresa cuando me enteré que ese hombre me había heredado todo su imperio.Después de eso cuando la noticia aún no se hacía oficial, pero los rumores eran fuertes, todo mundo mágicamente cambió conmigo, en especial mis padres que para ellos ahora si era un orgullo y el hombre de mis sueños que en algún momento fui invisible para él, me notó.Hasta ese momento pude ver lo estupida que fui para no darme cuenta que no me querían a mi, si no lo que poseía y les podía ofrecer, lo que podían conseguir de mi, me cegue por la felicidad de tener lo que siempre había deseado, unos padres amorosos, el amor de mi vida pero todo fue una cortina de humo donde detrás de ella escondían sus malas intenciones, pero se les había caído la máscara y no permitiría que se beneficiaran de mi sufrimiento.— Me doy cuenta que al fin lo ves, las verdaderas intenciones de todos ellos.— Recuerdo que me lo dijiste hace tiempo y se me hizo algo imposible de creer, ¿Cómo fui tan estupida?— No te ofendas de esa manera pequeña Valery, estabas tan emocionada y feliz que no eras capaz de notar eso.— Tu jefe se equivocó al decir que era inteligente.— No, él no lo hizo porque a pesar de todo no te estas dejando llevar por tus emociones y estas aquí firme en tomar la decisión correcta sin dudar y eso pequeña es de fuertes e inteligentes.Roberto era el hombre de confianza del señor que me dejó toda su fortuna, el señor Uriel... desde entonces se convirtió en el mío, guiandome y enseñándome todo para convertirme en una gran empresaria como su señor lo fue.— Roberto, quiero que tomes el control total de todas mis empresas, cuando muera serán tuyas.– Él abrió mucho los ojos y levanto ambas cejas sorprendido.– Mis propiedades que sean vendidas el dinero recaudado junto con el que tengo ahorrado en el banco quiero que se utilice para mejorar escuelas, hospitales, orfanatos, donarlo a más fundaciones.— ¿Estas segura de todo esto pequeñaValery?— Si, muy segura... encárgate de que nadie se entere del contenido de ese testamento, no quiero que mis padres y Jair aprovechen para comprar cosas a su nombre, quiero que tengan la seguridad que todo lo que tengo será suyo, lo único que lamento es no poder ver sus caras cuando muera y se enteren que no les deje nada... ni un solo centavo...Mi cuerpo duele cada día más, hasta el respirar se empieza a dificultar, mis extremidades parecen de plomo necesito hacer un esfuerzo sobrehumano para moverme aunque sea un centímetro en esta incomoda cama. A pesar de tener 26 años tengo el aspecto de alguien mucho más mayor como una mujer que camina por el final del sendero de la tercera edad hacía la muerte, mi piel se torno algo flácida, seca y pálida, tengo un rostro acabado por el cansancio lleno de ojeras y arrugas, mi cabello que antes era brilloso y abundante se tornó opaco y quebradizo, además de que empezó a caerse considerablemente. No entendía la razón de este castigo, la vida no hacía más que torturarme, nunca fui una mala persona a pesar de que todos a mi al alrededor lo fueran conmigo. Y ahora todas esas personas eran felicies mientras yo moría lentamente en el olvido entre las paredes de esta solitaria habitación, sin nadie que se preocupara por mi, a pesar de que en algún momento hize todo por ellos. Era un día he
Flashback 5 años atrás.... Voy saliéndo de clases, cada vez falta menos para graduarme, había decidido estudiar arquitectura ya que empresas son lo que sobran en la cuidad, esperaba poder conseguir un buen puesto, con un gran salario y así de esa manera ayudar a mis padres con los gastos, para ya no ser una carga. Veo a lo lejos a un grupo de chicos, entre ellos Jair... no pude evitar suspirar, es un chico muy apuesto sus ojos color miel combinan con su cabello dorado, tenía unos rasgos finos que lo hacían ver tan atractivo, era alto con un cuerpo delgado pero tonificado, sentía que me sonrojaba de solo pensar en aquella vez que lo miré sin camiseta cuando salía de las duchas de hombres después de su partido de baloncesto. — Cierra la boca se te va a caer la baba de tanto ver a Jair — ¡Cristina! Mi mejor amiga apareció colgándose de mi cuello pensando su brazo por detrás, y golpeando mi barbilla ligeramente, no tenía la boca abierta, ella soltaba grandes carcajadas su risa era ta
Tiempo actual... Después de estrechar su mano sentí como algo cálido brotaba de su palma a la mía que poco después recorrió mi cuerpo, fue algo tan liberador y agradable, podía sentir como la debilidad y el dolor abandonaban mi cuerpo, cuando nuestras manos se separaron podía respirar con normalidad, ese dolor agonizante desapareció. — ¡No puedo creerlo! Dije llena de emoción, podía mover mis brazos con total libertad como hace varios meses dejé de poder hacerlo, aparté las cobijas de una patada, se sentia tan bien el poder mover las piernas, la emoción me gano y me puse de pie, pero estas comenzaron a sentirse como gelatina y se doblaron. — Ey tranquila.– El me tomó de la cintura para evitar que cayera, apoye mis manos en su brazo desnudo, tenía unos músculos tan firmes, nuestras miradas se unieron y sentí algo extraño que me recorrió completa.— Tienes mucho sin caminar, tus piernas necesitan acostumbrarse, déjame ayudarte. Paso mi brazo por detrás de su cuello, comenzamos a cam
4 años atras... Después de graduarme de la universidad las cosas se pusieron un tanto más difíciles, encontrar un trabajo no me resultaba sencillo, me gradué con excelentes calificaciones fui el mejor promedio del lugar pero mi falta de experiencia era un gran obstáculo para mi, nada alentador para las empresas por ende el trabajo siempre me lo ganaba alguien que si la tenía. El conseguir empleo se convirtió en una misión difícil que duró varios meses, al cabo de 3 meses que nomas nada mis padres me echaron de la casa, si antes pensaban que era una carga por enfocarme en mis estudios ahora más, aunque no se porque pensaban eso de mi, ellos no ponían ningún peso para mi educación, tenía una beca completa que me costó mucho conseguir y conservar, pero ya no tiene caso pensar en el pasado. Conseguí un empleo de mesera, claramente no era lo que quería, mi deseo era poder ejercer mi carrera, me hubiera gustado ser una gran arquitecta, pero para mi mala suerte y como marchaba mi realidad
Tiempo actual...Después de una noche de tormenta el cielo amaneció cubierto de nubes y gris, el aire era tan fresco que te erizaba la piel con tan solo un ligero roce.Estoy sentada en la cama de mi habitación, con la muerte frente a mi observándome, algo que jamás imaginé decir en una oración, no sé qué pensar, que decir o que hacer, después de ver a mi mejor amiga con mi esposo anoche no me siento nada bien, me duele, aunque diga que no es así, las traiciones matan por dentro más al descubrir que vienen de personas tan importantes para ti.De repente se empezaron a escuchar pisadas por el pasillo, venían directamente a mi habitación, me invadió el pánico y miré al atractivo hombre frente a mí con miedo, aún no estoy lista para ser descubierta.— Tranquila, haré algo para que ella te vea, así como estabas antes, tu solo acuéstate en la cama y no te muevas tanto.— ¿Qué hay de ti? – le pregunto ya que se puso cómodo en un sillón que estaba a mi lado izquierdo.— No pueden verme.Ante
3 años y medio atrás....Ya habían pasado 6 meses desde que paso el incidente con aquel hombre, la señora Consuelo la mujer que en tan solo unos meses se convirtió como en mi madre que me brindó techo y ayuda, me aconsejo ir a visitar a aquel hombre al hospital, pero yo no sentía que fuera lo correcto, no era un familiar mío yo era una simple desconocida, así que con el simple hecho de saber que sobrevivió yo me daba por satisfecha, aunque en el fondo no dejaba de pensar si verdaderamente estaba bien.Ya había llegado la hora de salida del trabajo, tomé mis cosas y salí del local con la intención de irme a casa, cuando una voz extraña me llamó a mis espaldas.— Valeria Palacios...– no había dudas que me llamaba a mí, después de todo dijo mi nombre completo.Me giré para ver al extraño, la sorpresa en mi rostro era tan grande al darme cuenta de quién se trataba, era aquel hombre que logré salvar al brindarle primeros auxilios.Un hombre ya un tanto mayor pero lleno de energía y fuerzas
Tiempo actual...Mort y yo estamos sentados en el piso del balcón, hace tanto que no sentía el calor del sol en mi cuerpo, la suave caricia del viento sobre mi piel tenía los ojos cerrados disfrutando del sonido de las hojas de los árboles bailar, las aves cantar al volar y el sonido del agua proveniente de una fuente que estaba en el jardín de abajo; cuando abro los ojos me doy cuenta de que Mort me mira fijamente, parece estar muy entretenido.— ¿Qué pasa? .– le pregunto ya que su mirada perece perdida, y si lo estaba ya que parpadea varias veces y se voltea a otro lado.— Nada... solo que no entiendo porque estamos en el suelo. – risas provenientes de la parte baja desmoronan mi buen humor.— No quiero que me vean... – digo en voz baja— Puedo hacer algo para que sea así— Bueno digamos que un 40% es por eso y un 60% porque no estoy lista para verles la cara a todos ellos aún.— Tienes que agarra valor, no puedes estar encerrada aquí en esta habitación para siempre por miedo.— Los
El silencio empezó a tornarse incómodo, no para mí en absoluto, estoy disfrutando todo esto, pero a juzgar por sus caras nadie en este lugar lo hace como yo.Ninguno ha tocado su plato de comida, mis padres y Cristina se miran unos a otros o agachan simplemente la mirada, Jair esta absorto a mi lado picoteando la comida de su plato, estoy disfrutando este silencio porque estoy segura de que en cuanto cualquiera de ellos abra la boca se empezará a desatar una discusión y francamente lo espero con ansías.— ¿Desde cuándo estas bien? ¿Acaso fingiste estar enferma para preocuparnos?No puedo creer lo que acabo de escuchar, ¿¡Es enserio Jair?! Dejo los cubiertos al lado de mi plato, la comida se había terminado para mí, ahora comienza lo bueno, apoyo mis codos sobre la mesa y entrelazo mis manos para ver directamente a los ojos a Jair.Esta molesto, me mira con desaprobación, ¡Por dios! Como puede ser tan cínico, como puede hacerse el indignado quién debería estar así soy yo, no ninguno d