Flashback 5 años atrás....
Voy saliéndo de clases, cada vez falta menos para graduarme, había decidido estudiar arquitectura ya que empresas son lo que sobran en la cuidad, esperaba poder conseguir un buen puesto, con un gran salario y así de esa manera ayudar a mis padres con los gastos, para ya no ser una carga.Veo a lo lejos a un grupo de chicos, entre ellos Jair... no pude evitar suspirar, es un chico muy apuesto sus ojos color miel combinan con su cabello dorado, tenía unos rasgos finos que lo hacían ver tan atractivo, era alto con un cuerpo delgado pero tonificado, sentía que me sonrojaba de solo pensar en aquella vez que lo miré sin camiseta cuando salía de las duchas de hombres después de su partido de baloncesto.— Cierra la boca se te va a caer la baba de tanto ver a Jair— ¡Cristina!Mi mejor amiga apareció colgándose de mi cuello pensando su brazo por detrás, y golpeando mi barbilla ligeramente, no tenía la boca abierta, ella soltaba grandes carcajadas su risa era tan contagiosa que no podía evitar reír con ella.— ¿Lista para irnos?... Me topé a tu madre ayer en la tarde me invitó a comer ahora con ustedes, no te había dicho porque no me había topado contigo en todo el día.— Bueno entonces vámonos... – solo habíamos dado unos cuantos pasos cuando una voz masculina se escuchó tras nuestras espaldas.— Ey Cristina podemos hablar solo un minuto será rápido.– Era Jair llegó corriendo para alcanzarnos.— Claro... espérame aquí Valeria no tardo.Cristina se alejó un poco con él, yo me senté en una banca sin ser capaz de quitarles los ojos de encima, se sonreían el uno al otro como si una gran felicidad los albergara al estar juntos, después el saco una pequeña flor amarilla que coloco en el cabello cobrizo de Cristina, ella se llevó la mano a la cabeza y comenzó a reír.La escena era dolorosa para mí, me causaba una opresión extraña en el cuerpo y unas enormes ganas de llorar, aunque no tenía porque hacerlo, Jair no era nada mío, de echo ni siquiera se percataba de mi existencia, pedir que tan siquiera me notara o mirara en mi dirección era mucho pedir, un sueño imposible.Se despidieron dándose un beso en la mejilla, me volteé a otro lado ya que no quería que Cristina me viera que los estaba observando, pase mis dedos por la banca hasta que ella llegó al frente.— Listo vámonos— Si.Al levantarme no pude evitar mirar su cabeza, y admirar esa pequeña florecilla que puso él sobre sus cabellos; Cristina tenía una sonrisa radiante y perfecta, que se fue borrando poco a poco al notar la dirección de mi mirada, ella se quitó la flor del cabello y la apretó en su mano para después tirarla en un bote de basura mientras me tomaba de la espalda empujandome ligeramente para que comenzara a caminar.— Valy quita esa mirada de corderito al matadero, yo se que estas enamorada de Jair entre nosotros no hay ni abra nada para mi es un tonto, quita esas ideas de tu cabecita, pon una sonrisa y caminemos rápido que muero de hambre.Le sonreí traté de hacer a un lado el dolor e ignorar el amargo sabor de boca, no tenía razones para sentirme así, Cristina era mi mejor amiga, ella sabía que Jair me gustaba ella no haría nada para lastimarme, después de todo fue él quien le hablo no ella quién se le acercó.Al llegar a mi casa, mi madre estaba poniendo la mesa, en cuanto Cristina llegó una gran sonrisa se dibujó en el rostro de mi madre.— Cristi bienvenida.— Señora, hola.– Desde lejos mire como se daban un afectuoso abrazo, Cristina corrió hacía mi madre como una pequeña emocionada mientras mi mamá la esperaba con los brazos abiertos.— Valeria termina de poner la mesa.Mi madre cambió su tono de voz para ordenarme, después se fue con Cristina a la sala mientras conversaban muy animadas, no tenía porque sentirme mal por ello, sería exagerado, ellas se llevaban muy bien y tenían tiempo que no se veían...Cuando llegó mi padre ya todo estaba listo, mamá había preparado pollo frito con ensalada de col y puré de papas la comida favorita de Cristina, cuando mi madre puso los platos sobre la mesa note que mi padre tenía al rededor de 9 piezas, mi madre 6, Cristina 4 ya que le dijo a mi madre que estaba a dieta y yo 1... la pieza de pechuga más pequeña, y mucho menos ensalada y puré que los demás, me deshice de esos pensamientos ya que estaba siendo demasiado fijada con la comida y eso no se hace.Mi madre tomó la jarra de agua, había preparado una limonada, le sirvió a todos y cuando llegó a mi solo dejó la jarra al frente mío.— Aquí esta tu agua Valeria.– me dijo mientras se sentaba, estaba a punto de tomar la jarra cuando mi padre habló.— Tu toma agua natural Valeria, yo siempre me sirvo más, además no deberías de tomar tanta azúcar, te pondrás más gorda.– Ese comentario me dolió no iba a decir que no.— Si padre...Me levanté y me serví mi agua en la cocina al regresar estaban en medio de una plática muy animada con Cristina, ellos reían de una manera que jamás lo habían echo conmigo, ya que yo no estaba hablando me concentré al 100% en comer ocasionando que terminara antes que todos, aún tenía hambre.— Ayudas a tu madre con su estética en las tardes, eso me parece muy bien, que aprendas un oficio extra. – mi padre le decía a Cristina.— Así es señor, de echo se podría decir que es mi trabajo de medio tiempo, así consigo dinero para mis cosas y ayudo a mis padres.— Eso es excelente, ojalá Valeria ayudará en algo en esta casa asi como tu con un empleo de medio tiempo pero no hace más que ser estar de holgazána.– Mire a mi madre, luego a Cristina que se estaba ahogando una risita pero al verme se quedo sería, el chillido de mi madre me hizo poner mí atención nuevamente en ella.— ¡Dios mío Valeria! Es que acaso tu no masticas, comes como si nunca hubieras visto comida en tu vida... pero bueno aprovechando que ya terminaste ve avanzando en limpiar la cocina.— Si mamá.Me levanté de la mesa y me metí en la cocina, había una montaña de cosas por lavar; después de unos minutos mi padre entró a dejarme todos los demás platos de ellos y salió.La risa de Cristina llamó mi atención, haciendo que levantara la vista, estaban ella y mi madre sentadas en la mesa del patio, mi mamá estaba haciendo una trenza en su cabello.— Ay Cristiana tienes un cabello hermoso y unos ojos verdes tan bonitos, eres toda una muñequita, es una lástima que no seas mi hija, si tan siquiera Valeria fuera la mitad que tu.— No todas las mujeres son femeninas y la belleza es una virtud que no todas alcanzaron, pero usted y yo sí, hay que sentirnos afortunadas.— Claro, claro tienes razón.Ambas comenzaron a reír felicies, me dolía el pecho mi corazón se desmoronaba con cada palpitar, yo anhelaba un momento así con mi madre, unas palabras bellas de ella para mi, pero eso siempre fue mucho pedir, parecían odiarme por alguna razón, terminé de limpiar la cocina y me fui a encerrar a mi cuarto tenía tarea por hacer.Escuché cuando Cristina se fue, ni siquiera se despidió de mi, a las horas después la casa quedó en un silencio total, mis padres se había ido a dormir, me hubiera gustado un buenas noches aunque sea, pero en mi familia y en la vida yo no era la favorita.Tiempo actual... Después de estrechar su mano sentí como algo cálido brotaba de su palma a la mía que poco después recorrió mi cuerpo, fue algo tan liberador y agradable, podía sentir como la debilidad y el dolor abandonaban mi cuerpo, cuando nuestras manos se separaron podía respirar con normalidad, ese dolor agonizante desapareció. — ¡No puedo creerlo! Dije llena de emoción, podía mover mis brazos con total libertad como hace varios meses dejé de poder hacerlo, aparté las cobijas de una patada, se sentia tan bien el poder mover las piernas, la emoción me gano y me puse de pie, pero estas comenzaron a sentirse como gelatina y se doblaron. — Ey tranquila.– El me tomó de la cintura para evitar que cayera, apoye mis manos en su brazo desnudo, tenía unos músculos tan firmes, nuestras miradas se unieron y sentí algo extraño que me recorrió completa.— Tienes mucho sin caminar, tus piernas necesitan acostumbrarse, déjame ayudarte. Paso mi brazo por detrás de su cuello, comenzamos a cam
4 años atras... Después de graduarme de la universidad las cosas se pusieron un tanto más difíciles, encontrar un trabajo no me resultaba sencillo, me gradué con excelentes calificaciones fui el mejor promedio del lugar pero mi falta de experiencia era un gran obstáculo para mi, nada alentador para las empresas por ende el trabajo siempre me lo ganaba alguien que si la tenía. El conseguir empleo se convirtió en una misión difícil que duró varios meses, al cabo de 3 meses que nomas nada mis padres me echaron de la casa, si antes pensaban que era una carga por enfocarme en mis estudios ahora más, aunque no se porque pensaban eso de mi, ellos no ponían ningún peso para mi educación, tenía una beca completa que me costó mucho conseguir y conservar, pero ya no tiene caso pensar en el pasado. Conseguí un empleo de mesera, claramente no era lo que quería, mi deseo era poder ejercer mi carrera, me hubiera gustado ser una gran arquitecta, pero para mi mala suerte y como marchaba mi realidad
Tiempo actual...Después de una noche de tormenta el cielo amaneció cubierto de nubes y gris, el aire era tan fresco que te erizaba la piel con tan solo un ligero roce.Estoy sentada en la cama de mi habitación, con la muerte frente a mi observándome, algo que jamás imaginé decir en una oración, no sé qué pensar, que decir o que hacer, después de ver a mi mejor amiga con mi esposo anoche no me siento nada bien, me duele, aunque diga que no es así, las traiciones matan por dentro más al descubrir que vienen de personas tan importantes para ti.De repente se empezaron a escuchar pisadas por el pasillo, venían directamente a mi habitación, me invadió el pánico y miré al atractivo hombre frente a mí con miedo, aún no estoy lista para ser descubierta.— Tranquila, haré algo para que ella te vea, así como estabas antes, tu solo acuéstate en la cama y no te muevas tanto.— ¿Qué hay de ti? – le pregunto ya que se puso cómodo en un sillón que estaba a mi lado izquierdo.— No pueden verme.Ante
3 años y medio atrás....Ya habían pasado 6 meses desde que paso el incidente con aquel hombre, la señora Consuelo la mujer que en tan solo unos meses se convirtió como en mi madre que me brindó techo y ayuda, me aconsejo ir a visitar a aquel hombre al hospital, pero yo no sentía que fuera lo correcto, no era un familiar mío yo era una simple desconocida, así que con el simple hecho de saber que sobrevivió yo me daba por satisfecha, aunque en el fondo no dejaba de pensar si verdaderamente estaba bien.Ya había llegado la hora de salida del trabajo, tomé mis cosas y salí del local con la intención de irme a casa, cuando una voz extraña me llamó a mis espaldas.— Valeria Palacios...– no había dudas que me llamaba a mí, después de todo dijo mi nombre completo.Me giré para ver al extraño, la sorpresa en mi rostro era tan grande al darme cuenta de quién se trataba, era aquel hombre que logré salvar al brindarle primeros auxilios.Un hombre ya un tanto mayor pero lleno de energía y fuerzas
Tiempo actual...Mort y yo estamos sentados en el piso del balcón, hace tanto que no sentía el calor del sol en mi cuerpo, la suave caricia del viento sobre mi piel tenía los ojos cerrados disfrutando del sonido de las hojas de los árboles bailar, las aves cantar al volar y el sonido del agua proveniente de una fuente que estaba en el jardín de abajo; cuando abro los ojos me doy cuenta de que Mort me mira fijamente, parece estar muy entretenido.— ¿Qué pasa? .– le pregunto ya que su mirada perece perdida, y si lo estaba ya que parpadea varias veces y se voltea a otro lado.— Nada... solo que no entiendo porque estamos en el suelo. – risas provenientes de la parte baja desmoronan mi buen humor.— No quiero que me vean... – digo en voz baja— Puedo hacer algo para que sea así— Bueno digamos que un 40% es por eso y un 60% porque no estoy lista para verles la cara a todos ellos aún.— Tienes que agarra valor, no puedes estar encerrada aquí en esta habitación para siempre por miedo.— Los
El silencio empezó a tornarse incómodo, no para mí en absoluto, estoy disfrutando todo esto, pero a juzgar por sus caras nadie en este lugar lo hace como yo.Ninguno ha tocado su plato de comida, mis padres y Cristina se miran unos a otros o agachan simplemente la mirada, Jair esta absorto a mi lado picoteando la comida de su plato, estoy disfrutando este silencio porque estoy segura de que en cuanto cualquiera de ellos abra la boca se empezará a desatar una discusión y francamente lo espero con ansías.— ¿Desde cuándo estas bien? ¿Acaso fingiste estar enferma para preocuparnos?No puedo creer lo que acabo de escuchar, ¿¡Es enserio Jair?! Dejo los cubiertos al lado de mi plato, la comida se había terminado para mí, ahora comienza lo bueno, apoyo mis codos sobre la mesa y entrelazo mis manos para ver directamente a los ojos a Jair.Esta molesto, me mira con desaprobación, ¡Por dios! Como puede ser tan cínico, como puede hacerse el indignado quién debería estar así soy yo, no ninguno d
3 años atrás...Mi abuelo murió 3 meses después de mi reencuentro con Jair, el día que él sabía que tarde o temprano llegaría y el que yo tanto temía nos alcanzó.Llore su pérdida más que nadie, el velorio estaba repleto de extraños, solo Consuelo mi segunda madre y Jair eran mis únicos conocidos en el lugar y Roberto el abogado y mano derecha de mi abuelo, pero no éramos cercanos, nos habíamos saludado un par de veces, pero de eso no pasaba.Me tomé una semana en el trabajo, no tenía ánimos para ir, me dolía tanto haber perdido a ese extraño que se convirtió en familia para mí en cuestión de pocos meses.— Arriba ese ánimo princesa no me gusta verte así...Jair acaricia mi cabeza con ternura, estábamos en sillón de mi casa, tenía mi cabeza sobre sus piernas, desde que nos topamos aquella vez en el ascensor empezó a buscarme, me llevaba detalles como chocolates y flores; era tan atento y tierno que en cuestión de un mes comenzamos a salir.Al salir del trabajo siempre pasaba a mi casa
Tiempo actual...Manejo con total calma, concentrándome en las cosas que tengo planeadas hacer hoy, comprar un auto nuevo, ropa nueva, bolsos, accesorios, me encantaría quemar todo de solo recordar que en este tiempo Cristina estuvo usando mis cosas, pero sería un completo desperdicio así que las donaría a la caridad, con que no estén en manos de Cristina me doy por bien servida.Llego a la parte más elegante y un poco aislada del resto de la ciudad, me adentró entre los hermosos árboles para llegar al frente de un gran edificio de escasos 3 pisos, pero muy elegante, bajo de mi auto y uno de los Valet parking se acerca para tomar mis llaves al verme su rostro de sorpresa no tiene precio.— ¡Señorita Palacios! Que gusto verla, escuché que estaba enferma, me da gusto que esté mejor.— Gracias Damián, y dime Valeria por favor... ¿Se encuentra el director del Club?— Sí, está de suerte, justo acaba de llegar...— Me puedes hacer un favor muy grande... puedes llamarlo para que salga, es qu