Abri mis ojos, observe mi alrededor y me di cuenta que no era un sueño. Era la pura realidad.
Suspire relajado y acaricie los enredados y rebeldes cabellos de mi acompañante. Su respiración era calmada y a través del reflejo de los ventanales pude observar su expresión dormida.
Disfrutaba su compañía, a pesar que todo había sido muy rápido y nada preparado, me gustaba estar con ella. Era algo totalmente nuevo entrar a mi departamento y encontrarme con su presencia que a veces reia, a veces lloraba o hasta veces la encontraba muy frustrada.Nuestras discusiones hicieron abrir mi mente, estaba acostumbrado al hecho de dar órdenes y que sean acatadas sin rechistar. Sin embargo, su tempestuosa actitud me había demostrado que en esta vida no solo podía dirigir sino que también debía aceptar y escuchar sus propias decisiones. Tambi
El tic tac del reloj y el sepulcral silencio lograban colocarme nervioso, observe nuevamente la hora y ya habían pasado veinte minutos de lo acordado. Suspire cansado, me levanté colocando las manos en mis bolsillos y ,antes de que pudiera pisar una vez fuera de la sala, una cabellera roja se interpuso en medio del camino. Sus mejillas coloradas y sus ojos claros me llamaron la atención al instante. Aquellos labios rosados, que estaban mordidos por si solos, y su intensa mirada, me desorientaron. -¿Eres Evans?- asentí y sonrió inspeccionandome.- Es un gusto verte, estaba esperándote. -Llega tarde, no tengo mucha paciencia para esperar. -Entonces será lo primero que tendremos que
El agua comenzó a hervir, eche los largos y secos espaguetis del paquete y pronto se hundieron. Corrí las oscuras cortinas, ya que la intensa luz comenzaba a acentuar más mi jaqueca. Rebusque entre el mueble blanco el control remoto de la televisión y una caja cayó a mis pies, rápidamente junte los papeles de diferentes colores y deje todo exactamente como estaba, lo encendí y pronto comenzó un programa de chismentos. Rebusque entre las bolsas del supermercado y encontré una caja de salsa de tomate lista, solamente faltaba calentarla y colocarla junto a los fideos. Una gran salvación "Se terminó el esperado regreso de la empresaria Kelly." Al escuchar aquel nombre, no tarde en darme vuelta y escuchar aten
El humor me cambio, el tormento paso.Aquellas palabras, aquella película, absolutamente todo relacionado a Kelly era todo un pesar para mi.Sali de la habitación y escuche la televisión encendida, camine directamente hacia la cocina, que estaba completamente limpia y ordenada.Con un vaso de agua fría, me encamine hacia el sofá y los ronquidos de Rachael era más escuchables a medida que me acercaba. Su cuerpo estaba completamente tapada por la frazada y su mano caía sobre el piso dejando a unos lejos centímetros el control remoto.Sonrei y deje el vaso sobre la mesa ratona y poco a poco, intentado que no se despertara, logre acomodarme detrás de ella, dudaba entre detener
Tamboreo mis dedos sobre mi pecho y seguí observando por el ventanal como la furiosa tormenta iba calmandose de a poco, las velas ya estaban terminando por derretirse asique prendi el velador de mi lado. Rei al escuchar como algunas ollas caían al piso y Evans murmuraba por lo bajo, estaba intentado hacer algo comestible para los dos. Con semejante clima afuera, estaba más que olvidado la opcion de pedir comida, debíamos arreglarnos nosotros solos. -¡¿Quieres que te ayude?! - pregunte mientras pasaba las manos por el edredón. -¡No! ¡Quiero hacerlo yo solo!- grito desde la cocina y me encogi de hombros, permitiéndome envolver más en la frazada. -¡Trata de no quemar la casa!- sonrei por que podía imaginar que estaría rodeando sus oj
Gire mi cabeza hacia la puerta, desde la sala se escucha una vibración seguida del comienzo de la melodía. Podía sentir mi cara arder al sentir como la melodiosa voz de Julia Michaels comenzaba a entonar la estrofa.- Adivino... ¿Heaven?- levante a penas mi mirada encontrándome con su sonrisa ladina. - No sabia que te gustaban las 50 sombras.Mordi mi lengua y me desenrolle de las frazadas para dirigirse hacia el pasillo, sin duda, a penas la vea, mataría a Dolores por cambiar el tono de teléfono la otra noche.Llegue a la desordenada sala y no lo encontre a simple vista, rebusque primero por la cocina pero no había más que cajones abiertos y paquetes de velas esparcidas por los mármoles de la mesa.Me acerqu&ea
Sentí unas suaves cosquillas sobre mi brazo, gruñi y tome más fuertemente de la tela grisácea. Pude escuchar mi nombres dicho muy despacio en mi oído, abri mis ojos encontrándome con los suyos y detrás de él, la cortina estaba corrida dejando ver el oscuro cielo.- Debemos irnos, ahora. - mencionó Evans y se sentó a mi lado cabizbajo.-¿Sucedió algo? - pregunte y me reincorpore sobre el colchón. - ¿Por qué estás así? Algo pasó.-No ha pasado, solo debo volver rápido a la empresa. - sonrió a penas y suspiró profundamente perdiendo su mirada en alguna parte de la habitación.Eran las 5
Termine por tirar el décimo quinto bollo de papel en el cesto de la basura, tome de mis cabellos y me deje caer sobre los otros cientos de bocetos debajo de mi.- Tranquila,Rachael.- levante mi vista encontrándome su apacible sonrisa.- No debes frustrarte.Lys se levantó del sofá y caminó hacia mi, apoyo sus manos sobre mis hombros descubiertos y comenzó a frotarlos.-Bueno en fin... este no está tan mal. - dijo pero podía notar su poco entusiasmo.Llevábamos más de tres horas y media tratando de encontrarnos, de que ella me dijera lo que quería en su colección y otro tiempo más tratando de que yo captara la idea. Sin duda, esto no estaba yendo
Bajamos del vehículo y nos encaminamos hacia la entrada, me mantuve en silencio hasta que el bullicio del restaurante me hizo prestar atencion. Caminamos junto hasta una mesa libre del lugar, en el transcurso me encontre con unos rostros conocidos y levante mi mano saludandolos, pero mi intento fue en vano.Doblaron sus cabezas como si no me conocieran, como si fuera un ente en sus vidas. Deje de repetir la accion y baje mi mano, que pronto fue tomada por Evans y la llevo hacia sus labios besandola.- Todo bien ¿no?- pregunto y asenti mientras dirigía mi mirada en el largo menú.Suspire y deje el papel de lado, me cruce de brazos y pasee mi vista por el salon hasta dar con aquella mesa. Mi sangre parecio hervir al verlos hablar mirando hacia aqui, sus risota