Capítulo cuarenta y dos
Salgo de la cama con cuidado de no despertar a mi señora madre y estiro mi cuerpo entumecido después de horas esperando que se me pasara la medicación.
Aún no me siento del todo bien, pero el pequeño dolor que tengo en ciertas partes es soportable.
Dirijo mis pies al baño y al llegar observo mi aspecto en el gran espejo de cuerpo completo —estoy hecha un lío —mi cabello es un desastre, no tengo casi cejas, mis pestañas largas están chamuscadas, hay zonas rojas por mi cuello y pecho, los pelitos de mis brazos desaparecieron y dejaron pequeñas bolitas de agua por las quemadas...
Podría seguir mencionando muchas más cosas, pero la verdad es que no tengo ganas de verme más en el espejo.
Giro y me despojo de la bata que cargo, entro a la ducha y p
Capítulo cuarenta y tresMe gustaría decir que él me siguió y me acorralo contra la puerta del auto para explicarme como realmente fueron las cosas, pero desgraciadamente no fue así, lo único que obtuve de ver eso es saber definitivamente que Len no me quiere ni siente algo por mí en lo absoluto.Justo en este momento la brisa fría que pega en todo mi cuerpo sobre el acantilado es más que suficiente para calmar mis lágrimas, para calmar mi corazón destrozado por un interesado que solo necesitaba de dinero para ser feliz, y, el simple hecho de pensar en eso hace que mi corazón se apachurre y se haga una bolita en mi pecho.Sorbo una vez más mi nariz. Cómo es que aún con todo lo que me había hecho, con todo lo que le había hecho a Lorena, aún así, yo siguiese de ingenua pensando e
Capítulo cuarenta y cuatroPov LenLaia baja sus manos formando un escudo contra mí —Len... —dice, pero yo solo veo los movimientos de Zuani cerca de los de ella.No te acerques tanto, no seas tonta.—Ya no hay Len que te salve de tu desgracia —mueve sus pestañas dramática y decidida camina hasta mí pasado al lado de Abigail quien yace muerta en el suelo —pues mira lo que hago con tu Len —me toma de la camiseta con fuerza y sus ojos grises brillan con intensidad, llevo la mirada a Laia quien deja caer las manos a sus costados y vuelvo a Zuani quien se impulsa hacia adelante para pegar sus labios con los míos.Sonrío internamente, ¿así es como odia a las personas?Realmente no la entiendo.Mis manos bajan a su ci
Capítulo cuarenta y cinco—Detente —su voz suave se mezcla con el silencio y la brisa hace que los árboles se muevan de un lado a otro.Bajo mi pie al suelo y giro lentamente para confrontarlo cuál niña sin saber que decir o que hacer. Mi corazón empieza a sentirse nervioso y junto mis cejas ante la pequeña angustia en mi pecho —¿estás?... —bajo la mirada —¿estás bien?Con paso lento lo escucho acercarse a mí y mis ojos ven como sus pies se posan delante mío, una de sus manos va a mi mejilla y mi cuerpo se eriza por completo ante su tacto.¿QUÉ MIERDA ME PASA?¿POR QUÉ REACCIONO ASÍ?Su mano levanta mi rostro hacia el suyo —que lindos colmillos —su pulgar pasa por mi labio supe
Capítulo cuarenta y seisEsta es una de esas situaciones en las que los protagonistas corren riesgo de muerte, pero al final siempre salen ganadores.O quiero creer que es así por la cantidad de libros que he leído.El viejo se da vuelta para desaparecer de nuestro perímetro, pero de la nada caen guerreros rodeandonos a todos y dejándonos sin escapatoria alguna —¿Qué te hace creer que puedes meterte en tierras ajenas y mandar a matar a diestra y siniestra? Tu primer error —la voz de mi padre me hace buscarlo por todos lados al igual que mis acompañantes, pero no encuentro ni la sombra de él —fue meterte con nosotros —un vampiro enemigo cae tendido muerto en el suelo y entonces entiendo lo que está pasando, está haciendo tiempo con su forma demoníaca —tu segundo error, meterte con mi familia —otro
Capítulo cuarenta y sieteFelicidad.Esa simple palabra define todo mi estado de ánimo justo ahora.¿Por qué?Porque por fin puedo decir que esto va a acabar, además lo hará de una buena forma. Con mi pelirrojo en la manada.Con él junto a mí.Doy un gran suspiro antes de adentrarnos en el campo de batalla donde lobos y vampiros pelean. Al fin puedo decir que tengo las dos cosas que quería desde un principio.Ser inmortal, pero sobre todo, encontrar a mi otro yo.—Niña linda —me llama y presto atención a su mandato —somos un equipo, —aprieta mi mano —si tú caes, yo caigo; si yo caigo, tú caes; pero siempre juntos.Asiento —siempre juntos.Voltea hacia
Capítulo cuarenta y ocho—No sé porque no me sorprende que hayas mandado a tu propio hijo a una muerte segura —Len avanza considerablemente hacia ella y Laia retrocede —Eres tan miserable.—Si te acercas un poco más haré que la maten —dos vampiros se acercan con una chica de piel morena atrapada con ellos al mismo tiempo que veo como mi hermano Yannick ni lucha con estos para garantizar la seguridad de ella —ni siquiera su mate ha hecho un movimiento en falso, creo que ustedes deberían hacer lo mismo y entregarse.Muerdo mis labios aguantando la risa seca que quiero soltar. Miro hacia arriba y me cruzo de brazos —Len —lo llamo y él gira levemente sin darle la espalda al enemigo —mi amor, ¿tu crees que deberíamos entregarnos?—No lo sé, mi niña linda, &iqu
Capítulo cuarenta y nueve—¿Len? —susurro sintiendo como mi corazón empieza a doler poco a poco.Él retrocede dos pasos chocando conmigo y gira su cabeza hacia un lado de su hombro, sus ojos rojos cambian drásticamente a negros y sus labios se curvan ligeramente hacia arriba.Te quiero.Su voz se escucha como un eco en mi cabeza y lentamente veo como cae al suelo con una daga de plata clavada en su pecho.Mi corazón deja de latir al instante que su cuerpo da un largo suspiro y poco a poco empieza a cerrar los ojos.No.No... No...No, no, no...Esto no puede estar pasando.Me tiro a su lado y lo atraigo a mi cuerpo con cuidado, veo la daga y vuelvo a sus ojos negros que lucen apagados. Mis labios emp
Capítulo dedicado a todas las personas que leyeron la novela de principio a fin.SGLOUDCapítulo cincuentaPov LenLa gran mayoría de personas, a menudo, le tienen miedo al silencio, miedo a estar solos, miedo a todo lo que involucre quedar sin alguien en la vida.Y debo decir que, yo era una de esas personas, pero, a medida que esperaba su llegada sentía mi corazón llenarse de felicidad y al mismo tiempo de dolor, ya que sabía, por una parte, que la volvería a ver, pero por otra, sabía que ella ya no estaría más con sus seres queridos y aunque ella desease estar conmigo, cada vez que pensaba en lo tanto que le haría falta a sus personas queridas... a su familia, no podía evitar pensar en el dolor que ella estaría pasando.Cada día que pasaba, cada no