Un momento agradable 🥰AitianaXavier ya había llegado por mí, y ahora me encontraba en su coche, sentada en el asiento del copiloto. La brisa del atardecer se filtraba por la ventanilla abierta, acariciando mi rostro con su aire fresco y apacible. El cielo teñido de tonos anaranjados y rosados reflejaba la calma del momento, aunque en mi interior todo era un torbellino de emociones. Sentí su mano buscar la mía, entrelazando nuestros dedos con firmeza. Apreté ligeramente, nerviosa, y él lo notó. —¿Estás bien? —me preguntó en voz baja, con una leve sonrisa. Dudé un momento antes de responder, pero finalmente exhalé y murmuré: —Es la primera vez que voy a salir con usted… con tantas personas mirándonos. Xavier dejó escapar una risa suave y negó con la cabeza. —No tienes que preocuparte por eso, Aitana. —Su tono era tranquilizador—. Ya no eres una cautiva, vas a ser mi esposa. Y eso es lo que más anhelaba. Su seguridad al decirlo me estremeció. Era un sentimiento extraño, emocion
Tanta felicidad 💖Aitiana —Mira lo que te compré—dijo, abriendo la caja y mostrando un delicado collar de plata con un pequeño dije en forma de corazón.—¡Es hermoso, Xavier!—exclamé, llevándome una mano al pecho.—Quiero que lo uses ahora mismo.Tomó con suavidad el collar y lo abrochó alrededor de mi cuello. Su cercanía me estremeció. Luego, besó mi mejilla con dulzura y susurró:—Me encanta cómo hueles. Te ves hermosa, y aún más con tu vientre.Me sonrojé por sus palabras, sintiendo una mezcla de emoción y gratitud.—Gracias, Xavier. De verdad, gracias por tu sinceridad y por haberte enamorado de mí.—Me obsesioné contigo, Aitiana. No lo voy a negar. Al principio quise vengarme de ti, pero esa obsesión se convirtió en algo más profundo. Mi corazón terminó por rendirse ante ti.Sus palabras eran tan sinceras que no pude evitar emocionarme. Su preocupación por nuestro futuro y por el bebé era evidente.—Voy a empezar a preparar la habitación para nuestro hijo. Quiero saber el sexo
Todo de Xavier tenía que ser mío. 🙂↕️JoseanEsto es una m*****a desgracia.La rabia me consume, me ahoga. No lo pienso dos veces antes de empezar a lanzar todo lo que encuentro en mi habitación. Ropa, maquillaje, todo lo que esté a mi alcance termina en el suelo. No puedo más, no puedo más.Eros prometió que nos veríamos esta noche, pero ni eso. Ni una llamada, ni un mensaje. Nada. Seguramente está con su supuesta novia, disfrutando de su vida perfecta mientras yo me derrumbo aquí. Y para colmo, mi tía no deja de echarme en cara lo inservible que soy como mujer. Según ella, tiene pruebas de quién es la amante de Xavir, pero no me las dará. ¿Y mis pruebas? ¿Las que tiene de mí con el maldito de Eros? Tampoco me las dará.Estoy metida hasta el cuello en esto y no sé qué demonios voy a hacer. Era la prometida, la futura esposa, y ahora no soy nada. Nada. Todo por mi estupidez.Pero hay algo más. Lo sé. Aitana, ella, quizas le dijo la verdad a Xavier. Puede que él, sabe cosas y quizas
Ya queria saber el sexo del bebé. 🤰Xavier. Despertar al lado de Aitiana es lo más gratificante que he experimentado. Ahora no había duda: pronto nos casaríamos, y eso era lo que más deseaba. Tenerla a mi lado, convertirme en su esposo y darle todo lo que poseo. Nuestro hijo será afortunado. Mi hermanita y la suya nos acompañarán en un viaje lejos de aquí, donde celebraremos nuestra boda. No quiero casarme cerca de personas tan repugnantes. Esta tarde la llevaré al médico. Quiero que la ginecóloga revise el estado de nuestro bebé y, sobre todo, saber su sexo. Así podré comenzar a decorar su habitación y preparar todo lo necesario. Estoy emocionado; cada día que pasa mi entusiasmo crece. Pronto sabré cómo está mi hijo y cuánto falta para conocerlo. Sin embargo, aún no he asimilado la traición de mi hermano. Lo que haga con su vida no me interesa, pero jamás imaginé que él, a pesar de ser de distinta madre, me traicionaría de esa manera. Siempre pensé que compartíamos la misma visión
AitianaAl entrar a la farmacéutica, sentí demasiado cansancio, Xavier me había dado permiso de descansar, y lo había aprovechado, pero la noche anterior había sido agotadora, jamás había pensado que mi vida sexual fuera tan buena, sin embargo el embarazo me tiene agotada, no pegué un ojo anoche. Apenas di unos pasos dentro del edificio cuando vi a Josean acercarse a toda prisa con el rostro desfigurado por la furia. Antes de que pudiera reaccionar, me agarró bruscamente del brazo.—¡Eres una maldita, Aitiana! —espetó con veneno en la voz.Me solté de su agarre con fuerza, mirándola con incredulidad.—¿Pero qué demonios te pasa? —repliqué con firmeza.—¡Tu hijo es una desgracia! —bramó—. ¡Ese bebé en tu vientre no debe existir! ¿Dime la verdad es de Xavier?Mi pecho se contrajo de ira, pero mantuve la compostura.—¿Y qué tiene que ver contigo? Es mi hijo, no el tuyo. Y si es de él.—¡Porque llevas en el vientre el hijo de mi prometido!Solté una carcajada sarcástica, cruzándome de bra
Un futuro con Xavier.🥰AitianaAl salir del restaurante, Xavier y yo decidimos dar un paseo por la plaza. Sin embargo, él, con su manía de querer sorprenderme siempre, me llevó directo a una de las boutiques más grandes del centro comercial. Al entrar, no tardé en darme cuenta de su verdadera intención: comprar ropa y accesorios para nuestro bebé. Emocionada, pero aún sin asimilar completamente la magnitud de lo que estaba sucediendo, comencé a recorrer los pasillos llenos de diminutas prendas. Trajecitos, mamelucos, calcetines, biberones… Todo se veía tan tierno y perfecto que mi corazón se aceleraba con cada cosa que tomaba entre mis manos. Pero lo que más me conmovió fue ver a Xavier escogiendo todo con tanto entusiasmo, como si cada prenda fuera un regalo unico para nuestro hijo. Mientras yo observaba con fascinación una sección de pañaleras y cochecitos, Xavier se detuvo frente a unos pósters de decoración para habitaciones infantiles. Lo vi preguntar los precios y analizar la
Mi padre aparecido. 😬XavierObservaba con entusiasmo algunas fotografías de la decoración para el cuarto de nuestro bebé. Ya había contactado a uno de los mejores tapiceros y a una decoradora para que se encargaran de todo el trabajo. No me importaba cuánto tiempo tomara ni cuánto costara; solo quería que estuviera listo antes de su nacimiento.Dejé los papeles sobre la mesa y, al revisar mi teléfono, noté varias llamadas perdidas. Fruncí el ceño al ver que eran de mi padre. Hacía tiempo que no sabía de él, y ahora de repente me llamaba.Suspiré con fastidio antes de devolver la llamada. Apenas dio el primer tono cuando su voz sonó al otro lado de la línea.—Dígame.—Cuánto tiempo sin saber de ti… —su tono sonaba relajado, como si la distancia entre nosotros nunca hubiera existido.—Lo mismo digo, Padre.—Hijo mío. Estuve de viaje por mucho tiempo, pero quise avisarte que iré a tu mansión. Quiero ver a Laria, más que todo la quiero llevar unos meses conmigo.Entrecerré los ojos. Así
Una vieja falsa. 🤨AitianaEl momento en que Dorotea me vio, su rostro se tensó y, aunque intentó disimularlo, el miedo en sus ojos era evidente.—Él es mi padre… Es papá… — Exclamó Laria con evidente entusiasmo, y yo me quede sin saber muy bien qué decir más al ver que ese señor venía con mi madre.Me limité a observarla en silencio, sin ninguna intención de suavizar la tensión del encuentro.—Muy buenas tardes. Usted, ¿quién es, señorita? —preguntó el hombre de porte serio, pero con una expresión cordial y un parecido a Xavier.—Es la futura esposa de mi hermano Xavier —mencionó Laria con entusiasmo—. Además, está esperando un bebé.El hombre me sonrió con cortesía, se acercó y me tendió la mano. Apreté la suya con firmeza.—Mucho gusto.—El gusto es mio señor.—Bien. Disculpa, vine a ver a mi hija —dijo el hombre, refiriéndose a Laria— Quisiera hablar con Xavier.—El no se encuentra en este momento —respondi mirandolo.—Está bien, voy a esperar.Dorotea parecía cada vez más inquie