Una vieja falsa. 🤨AitianaEl momento en que Dorotea me vio, su rostro se tensó y, aunque intentó disimularlo, el miedo en sus ojos era evidente.—Él es mi padre… Es papá… — Exclamó Laria con evidente entusiasmo, y yo me quede sin saber muy bien qué decir más al ver que ese señor venía con mi madre.Me limité a observarla en silencio, sin ninguna intención de suavizar la tensión del encuentro.—Muy buenas tardes. Usted, ¿quién es, señorita? —preguntó el hombre de porte serio, pero con una expresión cordial y un parecido a Xavier.—Es la futura esposa de mi hermano Xavier —mencionó Laria con entusiasmo—. Además, está esperando un bebé.El hombre me sonrió con cortesía, se acercó y me tendió la mano. Apreté la suya con firmeza.—Mucho gusto.—El gusto es mio señor.—Bien. Disculpa, vine a ver a mi hija —dijo el hombre, refiriéndose a Laria— Quisiera hablar con Xavier.—El no se encuentra en este momento —respondi mirandolo.—Está bien, voy a esperar.Dorotea parecía cada vez más inquie
XavierGolpeé suavemente la yema de mis dedos contra el escritorio de mi despacho, tratando de contener la frustración que me invadía. Lo que mi padre quería hablar conmigo, no era otro más que de Eros.Aparentemente, hace algunos años, mi padre había puesto una gran cantidad de dinero a nombre de mi hermano. Y yo pensé que jamas lo apoyo. Ahora que necesitaba recuperarlo, Eros se negaba a devolverlo, argumentando que me lo había prestado a mí. Según él, no había necesidad de preguntarme porque él mismo se encargaría de pagarle poco a poco.Mentiras. Todo era una farsa.¿Por qué usaba mi nombre para cubrirse las espaldas? ¿Por qué hacía este tipo de cosas? ¿Se le habían cruzado los cables o simplemente era un sinvergüenza?Suspiré y me levanté de la silla, dispuesto a salir del despacho para despejar mi mente. Sin embargo, al pasar por el pasillo que conducía al salón de estudio de las pequeñas, me detuve al escuchar un sollozo. Claudia estaba llorando.Fruncí el ceño y me acerqué con
No dejaré que nadie te humille 😍AitianaLas manos me sudaban por los nervios. Sentía cómo la ansiedad trepaba por mi pecho, oprimiéndolo, haciéndome consciente de cada latido acelerado. Sabía que debía mantenerme alerta. Después de lo que había sucedido, esos dos no tardarían en ir tras de mí. Xavier había prometido protegerme, pero la duda seguía presente.Sacudí la cabeza, espantando aquellos pensamientos. No importaba cómo, debía librarme de quienes intentaban interponerse en mi camino.Pero, cuando más vulnerable me sentía, cuando el miedo me envolvía como un manto pesado, él apareció. Como un ángel protector, aunque, irónicamente, al principio su rabia lo llevó a querer verme mal. El dolor de la traición lo cegó, lo convirtió en un hombre frío y calculador. El habia amado y confiado en alguien que terminó siendo su peor enemigo. Sin embargo, entre el caos y el resentimiento, nació un sentimiento intenso, profundo, casi obsesivo. Algo que, aunque me aterraba, terminé disfrutando
Todo esta más que claro. 👍 Xavier.La felicidad me embargaba por completo. Estaba más que feliz con la mujer que amaba y con la que pronto me casare, ella llevara mi apellido, y nada ni nadie podría opacar este momento. Sentí las miradas de todos sobre Aitiana, pero no me importó. Ella era mi futuro, y lo único que importaba era que estaba a mi lado.Eros, en cambio, permanecía apartado, inmóvil, sin atreverse a acercarse. Josean se había esfumado, lo cual era lo mejor. No quería su presencia contaminando este día. Mientras los concejales se acercaban a felicitarme, extendiendo sus saludos también hacia Aitiana, algunas mujeres de la junta se aproximaron a ella con entusiasmo. Parecía haber caído bien entre ellas, lo que era un alivio.Me acerqué a Demián y le di instrucciones en voz baja.—Ya sabes, entrégale este mensaje a Josean. Seguramente está en el vestíbulo, a punto de arrancarse los cabellos. Y a mi hermano… dile que después de la fiesta me reuniré con ellos. Necesito habl
Venganza😒Josean—¡Púdrete, maldita humillación! —grité, arrojando todo lo que tenía a mi alcance en la habitación. La rabia se acumulaba en mi pecho como un veneno ardiendo, consumiéndome por dentro. Mis manos temblaban de pura furia mientras respiraba entrecortadamente.Todo esto era culpa de esa desgraciada. No iba a permitirlo, no iba a dejar que su vida siguiera adelante como si nada... Oh, no, ella lo pagaría caro. Haría que ese hijo que llevaba en su vientre muriera antes de nacer. Antes muerta que permitir que la burla de todos cayera sobre mí.Seguramente ella fue corriendo a contarle todo. Por eso él se engatusó con ella. Se enamoró. Descubrió nuestra traición. Y ahora, la humillada soy yo. No se quedará así.Caminé de un lado a otro, aferrando mi propio cabello como si así pudiera calmar el torbellino de pensamientos en mi mente. Todo pudo haber sido perfecto. Si Eros no hubiera cometido esta estupidez, yo estaría embarazada y casada con Xavier, disfrutando de la vida que
DESILUSIONADA 🤦♂️ Aitiana. —¡Eres una aburrida, ya me hartaste! — Gritó Marcos a un metro de mi rostro. Esta mañana había venido muy contento, quería lo atendiera y sobre todo acostarse conmigo, sin embargo yo no está lista aún. —¡¿Estás loco que te sucede?!— Replique cansada, él me sujetó del brazo con fuerzas, luego me empujó contra la pared. Apreté los puños intentando contener el torbellino de emociones que Marcos acababa de desatar en mí. ¿Cómo era posible que tuviera la desfachatez de pararse frente a mí y decirme esas cosas? Un años de relación, un años de intentarlo todo para complacerlo, y ahora me venía con esto. —Estoy harto, Aitiana —vociferó él, cruzándose de brazos como si tuviera algún derecho a estar molesto—. Siempre con lo mismo: "Soy virgen, no puedo perder mi virginidad". ¿Para qué iba a seguir esperando? Llevo más del año siendo tu novio, solo de besitos y abrazos. Ni siquiera me dejas tocarte. ¡Estás loca si crees que te seguiré esperando! Sus palabr
CÁNCER DE HÍGADO 😔Aitiana.Salí del elevador y no pude evitar soltar una exhalación larga y cargada. Hoy no tenía idea de qué me esperaba, pero estaba segura de que nada bueno. Caminé hasta el escritorio de la secretaria, intentando parecer tranquila, aunque mi interior era un desastre.—¿Puedo pasar al despacho del señor Eros? —pregunté, con la voz más firme que pude reunir. Ella levantó la mirada, arqueó las cejas, y con un gesto rápido me indicó que sí. Claro que podía pasar, después de todo, era su asistente personal, ¿no? —Gracias—, murmuré antes de empujar la puerta. Apenas crucé el umbral, lo vi. Estaba molesto, más que molesto, furioso. Golpeaba el escritorio con un lapicero, y su ceño fruncido dejaba claro que ese no era un buen día para errores. Tragué saliva y saludé.—Buenos días, señor Eros. —Buenos días, señorita. Por favor, empiece a hablar, desembuche ya. —Su tono era seco, cortante.—Sí, señor. Por favor, discúlpeme. Lo que pasa es que… —tragué saliva— tuve un p
COMETI EL PEOR ERROR.😑Aitiana.Mi corazón parecía estar a punto de estallar dentro de mi pecho mientras releía aquel papel en mis manos, intentando procesar lo que significaba. Las palabras eran claras, pero mi mente se negaba a aceptarlas: debía acostarme con el hermano del Señor Eros, actuar como su prometida después que la noche de compromiso se acabara. Y para eso debía usar una mascara. ¿Cómo era esto posible? ¿Cómo se suponía que debía llevar una máscara, que estafa tan vil? Mi dignidad estaba siendo pisoteada y mi vida se reducía a cumplir un papel en un plan que ni siquiera entendía.—Si cumples, tendrás un mejor salario—, había dicho mi jefe con una frialdad que me heló los huesos.—Y sobre todo, podrás contratar un buen médico para tu hermana. ¿No te parece justo?Solté el papel y levanté la vista hacia él. Su voz, cargada de autoridad y amenaza, resonaba en mi cabeza. Todo se sentía como un mal sueño. —Esto es muy delicado, Señor Eros. No puedo hacerlo... no puedo...— mur