Pandora – recuerdos:
¡Uff!, que intenso había sido el viaje, nunca me sentí tan avergonzada en mi vida. A pesar de ser personas muy dulces y amables, eran muy intensos, y Apolo aprovechaba la ocasión para divertirse conmigo. De todas formas nada logró empañar la alegría que sentía con el hecho de poder ver a Ramiro una vez más. Iba absorta en mis pensamientos cuando Apolo me interrumpió.− Mira, Pan, ya llegamos ese es el estadio – dijo pasando sobre mí y señalándolo con el dedoSimplemente mi corazón brincó, casi sale de mi pecho para ir corriendo a su encuentro.v Es bien bello – suspiré, pero en realidad me refería a RamiroJoaquín rodeó el estadio y se dirigió al estacionamiento, allí un hombre de lo más amable le preguntó suPandora – recuerdos:El partido había terminado y el único gol anotado había sido por Ramiro. Lo vi abandonar el campo siendo agasajado por sus compañeros y Cuerpo Técnico. Me sentí muy feliz. Estaba orgullosa de él. Mi corazón latía sin control alguno. Quería correr hacia él y poder abrazarlo. Pero tendría que esperar. Di vueltas en el palco, parecía un león enjaulado, empezó a faltarme al aire, así que le dije a Apolo que iría a comprar, ya ni me acuerdo que, y salí. Como una autómata fui hasta el puesto de bebidas, no tenía sed, pero de todas formas fui. Pero empecé a hacer la cola. Solo pensaba en él lanzadme ese beso y mi piel se erizaba. Quería verlo, pero velo ya. Me tomé el pelo de la coleta y lo puse a un costado. De pronto sentí su dedo, porqu
Ramiro – recuerdos:Alejandro se había acercado a Pandora, conociéndolo, ninguna buena intención llevaría. Pero no puedo culparlo, si yo viera a una chica tan hermosa parada sola, seguro me acercaría.Le presenté a todo el grupo, me encantaba alardear de ella. Pues era la chica más hermosa que he conocido. Claro que Saúl tuvo que dejarme en evidencia, diciendo que me pasaba hablando de ella. Menos mal que es una chica muy inteligente y no me hizo quedar mal diciendo que le había hablado mucho de él, con eso desvió la atención.La tomé de la mano y salimos rumbo al estacionamiento. Me encantaba esa libertad que me había dado de cogerla de la mano o de abrazarla. Al salir y pasar por debajo del puente de desnivel, aproveché la poca luz y la puse contra la pared. Le acaricié el cuello y luego se lo tom&eacut
Narrador – recuerdos:Andrea cumplía sus 18 años y había hecho una gran fiesta, para eso sus padres habían alquilado el lago.Valeria se había vuelto a ir y esta vez definitivamente con su madre a lo de su abuela. Su hermano Marcos quiso quedarse con su padre.− María, algún día vamos a tener que terminar la conversación que empezamos en el lago, bajo el viejo árbol – ella rió− Anda, Marcos, no creí que te acordaras, ibas muy borracho –− No creas, no iba tan borracho, pues lo recuerdo muy bien− Yo creo que mejor lo dejamos allí donde quedó –− Me parece bien, pero baila conmigo –− Sí, ¿por qué no?Marcos la tomó con una mano en la cintura, la otra en su nuca y la aprisionó contra sí. E
Pandora – recuerdos:Habían pasado unas semanas luego del cumpleaños de Andrea y no había vuelto a ver a Marcos, él había ido a buscarme varias veces a casa y al colegio, pero yo me había negado a verlo, haciendo que le dijeran que no estaba o me había ido ya. Realmente me había gustado lo que pasó en el cumpleaños de mi amiga, pero no quería una relación con él, pues con el único que quería una relación era con Ramiro, cosa que estaba por demás difícil; pero decidí que si no era con él no era con nadie.Ese día llegué por demás cansada a casa, sabía que estaría sola, pues mis padres habían ido a lo de mi tía, y Apolo con Florencia. Me di un largo baño y luego me recosté en la cama a estudiar. Eran días difí
Ramiro – recuerdos:− Ramiro, hay una joven en el salón que pregunta por ti – dijo Saúl al irme a buscar al gimnasio− ¡Pandora! – y solté las mancuernas− No, no es Pandora, me dijo que era Valeria –− ¿Valeria?− Si, así me dijo que se llamaba− ¡Mierda!, lo había olvidado, el examen de ADN− ¡Ah!, ¿esta es la chica?− Si, solo reza para que yo no sea el padre –Salí corriendo para el salón principal. Al acercarme pude verla sentada en uno de los sofá. Parecía muy diferente a la Valeria que conocía. Esa chica desinhibida que se llevaba a todo el mundo por delante y que tomaba lo que quería, estaba muy lejos de ese salón, la chica que estaba sentada allí era tímida y llena de miedos. Me
Pandora – recuerdos:Aquella experiencia sexual con Marcos había trastocado toda mi vida, todos mis principios. Ramiro había sido mi objetivo principal, hasta aquel nefasto día…Otra vez el timbre me sacaba de mis estudios, parecía que todo el mundo sabía cuándo estaba sola en casa y le gustaba venir.Al abrir la puerta casi me desmayo− Ramiro, ¿qué haces aquí? – dije sin salir de mi asombro ante su presencia en el pórtico de mi casa− Pandora, ¿puedo entrar?, necesito hablar contigo− Sí, por supuesto, entra – me aparté de la puerta y le dejé entrarCerré la puerta y al darme vuelta lo primero que hizo fue abrazarme con fuerza. Enterró sus labios en mi cuello y lo besó. Yo no atinaba a hacer nada, ni siquiera abrazarlo. Creí escuchar
Pandora – recuerdos:Luego de hablar durante varias horas con Ramiro, logramos tranquilizarnos y llegamos a la conclusión que, ya que debía casarse con ella, al menos no nos haríamos más daño y seríamos − Debo irme –− Ok – Se acercó tanto a mí que podía sentir su respiración en mis labios – Ramiro, no… -− ¡No, claro que no! – entonces besó la punta de mi nariz, tomó mi mano y, otra vez, besó el dorso de mi muñeca− Vas a tener que decirme porque tienes esa fascinación por el dorso de mi muñeca− Algún día – y sonrió por primera vez desde que lo encontré en la puerta de mi casa. Me abrazó con fuerza y olió mi cabello – nunca voy a olvidar este olor− Espero que no lo hag
Narrador – recuerdos:Desde la boda de Ramiro y Valeria habían pasado unos meses. Lautaro había nacido, pero Ramiro no había estado presente como prometió. Es que el futbol español no era tan flexible como el nacional. Así que tuvo que esperar al final del torneo para poder viajar.− Joder, Apolo, de verdad no quiero llevarme a Valeria, pero debo hacerlo, así que ya no me mires con esa cara…− ¿Esa cara?, ¿me lo dices a mí?, recuerda que soy el que te aguanté todo este tiempo llorando al teléfono por haberte casado con ella y haber dejado pasar la oportunidad con mi hermana – respondió mientras cargaba las valijas en el baúl de su auto – me arrastras en la madrugada para que te venga a buscar al aeropuerto para que no se enteren en casa de tu esposa que has llegado aún – cerr