Violeta durante esa tarde, llamó a Danielle y estuvo conversando algunos minutos con su padre; al escucharlo hablar con tanto dolor y tristeza, se llenó de una profunda angustia. Eliot era excesivamente sentimental, necesitaba encontrar algo que lo sacara de aquel estado depresivo.Para poder llevarlo a la ciudad, no sólo tenía que tener dinero sino un lugar para vivir junto a él. Tomó la decisión de aceptar la propuesta de Camelia, como lo dijo la empleada, era en la misma cuadra donde quedaba la mansión O’Brien. Las probabilidades de toparse con él, no eran tan remotas pero sí, posibles. —No puedes dejar que tu mundo gire en torno de Nolan, Violeta —se increpa a sí misma— También basta de llorar y pensar en él, no vale la pena. Su yo racional trata de mostrarle otra realidad a pesar de que en su corazón, sólo vive una realidad, amaba a Nolan.Cuando Dan regresó de la clínica, mientras cesaban, ella le comentó que iría a una entrevista de trabajo. El hombre se sorprendió de ello,
La duda de si es Violeta o no, se mantiene en él. ¿Estaba alucinando? O realmente la había visto ¿y si era ella, que hacía en la mansión de los Pascuoloto? Verla y pensar en ella remueve dentro de Nolan, sensaciones únicas que sólo había logrado sentir con la pelicastaña. Violeta, al igual que Nolan, revive cada uno de los momentos que vivió junto a él, sus encuentros sexuales, sus besos, aquel Nolan del que ella se enamoró. Hubiese querido detener al chofer y correr a sus brazos, pero eso no tendría sentido, pues el CEO se había encargado personalmente de sacarla de su vida, de humillarla y sobre todo de herirla. Minutos después llega a la casa. Dan la recibe con un rostro de pocos amigos, esa noche tiene guardia por lo que ya está listo para salir. —Por fin llegas, Violeta. —Logré conseguir el empleo —dice sonriendo, mas el gesto de Dan no es el más alegre, muy por el contrario, está visiblemente enojado.— ¿Estás molesto? —¿Qué esperabas? Sales sin avisarme, te compré el b
Violeta llega puntualmente a su segundo día de trabajo, se sentía entusiasmada con el trato especial de Vilma. Era una mujer realmente admirable. Esa mañana ya es un poco más leve las tareas que le quedan por hacer. Entra a la gigantesca biblioteca y comienza a sacudir los libros que reposan en cada uno de los estantes. Grandes clásicos de la literatura, incluso algunos de colección, nuevamente se topa con el libro de Lawrence “El amante de Lady Chatterley” lo ojea lentamente con cuidado de no arrugar las delicadas hojas de aquel texto. Es inevitable no recordar su segundo encuentro con Nolan, la pasión y la entrega desbordada con la que se amaron aquella noche en su habitación.¿Cómo algo tan intenso puede esfumarse en la nada? Había sido todo tan intempestivo como efímero para ambos, aunque ella no podía sacarlo de su piel y su alma.Vilma que es bastante observadora, detalla los gestos y comportamientos poco femeninos de la joven y siendo como es de emprendedora, se propone la
—Señora le estamos avisando que el Sr Daniel Thompson acaba de tener un accidente. —¿Cómo está él? —pregunta con voz trémula y sus manos temblorosas.—Estamos llevándolo a la clínica Health & Life. Violeta finaliza la llamada, sube a la habitación para cambiarse de ropa, se coloca un jeans, tenis y toma su bolso. Baja precipitadamente la escaleras, afuera ya está el taxi aguardando. Minutos después llega a la clínica. Pregunta en la recepción y la mujer le indica que acaba de ingresar a emergencia para ser atendido con urgencia. Violeta siente un sobresalto en el pecho y justo en ese momento, Danielle la está llamando. El instinto maternal no se equívoca.Atiende nerviosa, sin saber que decirle sobre el estado de salud de Dan, porque ella misma no lo sabe.—¿Violeta, qué le pasó a mi hijo? —pregunta consternada la mujer.—No lo sé, Danielle. Apenas acabo de llegar a la clínica donde lo ingresaron. Tubo un accidente y lo están atendiendo.El grito desgarrador de Danielle se
—Aguarde un momento Layla —le ordena a sus asistente.—Están llamando al familiar del Dr Daniel Thompson. —Violeta se incorpora del sofá rápidamente y se apresura a salir, pero Nolan la detiene, tomándola del brazo.—Espera un momento. —susurra. —Debo estar con Dan —murmura ella. —Ya la Srta Wesler va para allá Layla. —responde Nolan para que su asistente se retire de la puerta.— No puedes salir sin que hablemos Violeta.—Te equivocas Nolan, si puedo. Dan estuvo cuando tú me diste la espalda y ahora no pienso dejarlo solo. —Nolan queda perplejo ante la manera que Violeta le responde.—¿Y lo que acaba de pasar entre nosotros, qué? —pregunta en tono hostil.—No debió pasar, como tampoco debió pasar otras veces. —se zafa de la mano de Nolan, se arregla el suéter cubriendo la humedad que aún queda en su pelvis y sale de la oficina. Nolan está confundido, las acciones y palabras de Violeta eran totalmente contrarias, no podía creer que ella lo hubiese considerado un error, aunqu
La recuperación de Dan fue notable al reconocer la voz de su madre, Eliot se encontraba un poco agotado del viaje y Violeta no había dormido mucho, por no decir casi nada. Por indicaciones médicas sólo era necesaria la presencia de un familiar directo, por lo que Violeta y Eliot no tenían mucho que hacer allí. —Vayan a la casa de mi hijo, Violeta. Eliot necesita descansar y tú también. —Gracias, Danielle. Prometo que mañana veré donde buscar algo para mí y mi padre, sé que necesitarás quedarte con Dan y es lógico que estés a su lado.—No es necesario Violeta, allí vemos como nos acomodamos. Mi padre decía donde cabe uno, caben dos y hasta tres. En el buen sentido de la palabra —bromea Danielle. —Está bien, nos vemos luego.Violeta salió con Eliot de la clínica, no quería permanecer mucho tiempo allí y volver a toparse con Nolan. Subieron al taxi que ya esperaba por ellos, Violeta se recostó del hombre de su padre, quien conocía perfectamente a la chica a pesar de no ser su ver
—¡Samantha, viniste a verme y trajiste a Honey! —sonríe emocionada Vilma, mientras toma a su cachorro en brazos.—Sí, pero no se llama Honey, se llama Chispita —responde la niña cruzándose de brazos y haciendo pucheros. —Sami, recuerda que puede tener ambos nombres, sí —murmura Violeta y la pequeña asiente, mostrando su sonrisa más amplia al ver a su niñera. —¿Por qué no has ido a casa, Violeta? —pregunta ahora con evidente melancolía.—Mi amor, es algo complicado de explicar. Pero digamos que fue un cambio, tú cuidas a Chispita y yo, cuido a Doña Vilma. ¿O prefieres que ella se quede con tu mascota? Sin pensarlo mucho, la niña niega con su cabeza rápidamente. Era feliz con su mascota pero no podía entender por qué Violeta ya no estaba con ella. Como suele ocurrir con los niños cuyo pasado no existe, Samantha se dedica a disfrutar con Violeta.—Conoce a mi padre, él es Eliot. —La pelicastaña se aproxima a su padre con la niña, quien al ver al hombre un tanto mayor se sorprend
La puerta principal se abre y entra la hermosa rubia con su habitual estilo. —Nolan, por fin te encuentro —la presencia de Esther es un alivio para Camelia— ¿Nos dejas a solas, sirvienta? Nolan respira profundamente, habia estado evitando toparse con ella, pero esta vez no tiene escapatoria. —Con su permiso, señor —dice Camelia y se retira de la sala con paso apurado. —¿Cómo estás Esther? —se gira hacia ella para darle la cara. —Realmente decepcionada de la manera en que me estás tratando, Nolan —se aproxima a él y acaricia con su dedo el contorno del rostro de Nolan.—No vuelvas con lo mismo Esther, he estado ocupado. No sé a qué te refieres con tratarte mal. —Sé que me evitas y eso me hace sentir muy mal, porque todo lo que quiero es que seamos como antes, cuando Aurora estaba viva. Antes compartíamos juntos, charlábamos y hasta bebíamos una copa, pero tú cambiaste mucho.—Antes cuando Aurora estaba viva, cada uno tenía un lugar en esta cada y fuera de ella, eras la he