La recuperación de Dan fue notable al reconocer la voz de su madre, Eliot se encontraba un poco agotado del viaje y Violeta no había dormido mucho, por no decir casi nada. Por indicaciones médicas sólo era necesaria la presencia de un familiar directo, por lo que Violeta y Eliot no tenían mucho que hacer allí. —Vayan a la casa de mi hijo, Violeta. Eliot necesita descansar y tú también. —Gracias, Danielle. Prometo que mañana veré donde buscar algo para mí y mi padre, sé que necesitarás quedarte con Dan y es lógico que estés a su lado.—No es necesario Violeta, allí vemos como nos acomodamos. Mi padre decía donde cabe uno, caben dos y hasta tres. En el buen sentido de la palabra —bromea Danielle. —Está bien, nos vemos luego.Violeta salió con Eliot de la clínica, no quería permanecer mucho tiempo allí y volver a toparse con Nolan. Subieron al taxi que ya esperaba por ellos, Violeta se recostó del hombre de su padre, quien conocía perfectamente a la chica a pesar de no ser su ver
—¡Samantha, viniste a verme y trajiste a Honey! —sonríe emocionada Vilma, mientras toma a su cachorro en brazos.—Sí, pero no se llama Honey, se llama Chispita —responde la niña cruzándose de brazos y haciendo pucheros. —Sami, recuerda que puede tener ambos nombres, sí —murmura Violeta y la pequeña asiente, mostrando su sonrisa más amplia al ver a su niñera. —¿Por qué no has ido a casa, Violeta? —pregunta ahora con evidente melancolía.—Mi amor, es algo complicado de explicar. Pero digamos que fue un cambio, tú cuidas a Chispita y yo, cuido a Doña Vilma. ¿O prefieres que ella se quede con tu mascota? Sin pensarlo mucho, la niña niega con su cabeza rápidamente. Era feliz con su mascota pero no podía entender por qué Violeta ya no estaba con ella. Como suele ocurrir con los niños cuyo pasado no existe, Samantha se dedica a disfrutar con Violeta.—Conoce a mi padre, él es Eliot. —La pelicastaña se aproxima a su padre con la niña, quien al ver al hombre un tanto mayor se sorprend
La puerta principal se abre y entra la hermosa rubia con su habitual estilo. —Nolan, por fin te encuentro —la presencia de Esther es un alivio para Camelia— ¿Nos dejas a solas, sirvienta? Nolan respira profundamente, habia estado evitando toparse con ella, pero esta vez no tiene escapatoria. —Con su permiso, señor —dice Camelia y se retira de la sala con paso apurado. —¿Cómo estás Esther? —se gira hacia ella para darle la cara. —Realmente decepcionada de la manera en que me estás tratando, Nolan —se aproxima a él y acaricia con su dedo el contorno del rostro de Nolan.—No vuelvas con lo mismo Esther, he estado ocupado. No sé a qué te refieres con tratarte mal. —Sé que me evitas y eso me hace sentir muy mal, porque todo lo que quiero es que seamos como antes, cuando Aurora estaba viva. Antes compartíamos juntos, charlábamos y hasta bebíamos una copa, pero tú cambiaste mucho.—Antes cuando Aurora estaba viva, cada uno tenía un lugar en esta cada y fuera de ella, eras la he
Después de ver que Samantha se quedará dormida, Nolan se levantó cuidadosamente de la cama y regresó a su habitación. Había perdido el control de sus emociones y eso era algo que para él provocaban una situación caótica. Debía buscar la manera de controlarse. Esa noche estuvo pensando en cada una de las cosas que lo afectaban y como debió reaccionar ante ellas. —¿Violeta, dónde estás? —se pregunta una y otra vez. El domingo amaneció lluvioso por lo que Nolan tardó en levantarse de la cama. La presencia de Esther en la casa tampoco le era motivante, si bien no recordaba lo que ocurrió, imaginar que la hizo suya lo perturba. En tanto, Violeta despertó muy temprano, conociendo a Eliot debía estar despierto desde las 5:00, y también debía estar hambriento. Vilma continuaba durmiendo, la pelicastaña notó que la casa estaba silenciosa y sigilosamente bajó hasta la cocina. Preparó el café y un buen desayuno para todos, inclusive para Benjamín. Después de preparar la mesa para la co
Mientras Camelia cura la rodilla de la pequeña Samantha, Nolan permanece en su oficina mirando desde la ventana hacia la citadina Manhattan ¿Qué hacía el padre de Violeta allí? ¿Quién era la mujer que vino por él en ese lujoso auto? Mientras ata cabos en su cabeza, recuerda a la chica que vio subiendo al auto a pocos metros de su casa, ¿Era Violeta? Tenía que encontrarla, pero tenía también que controlar su temperamento, por poco golpeó a aquel hombre a pesar de saber que sufría de perdida de la memoria, pero ¿cómo no hacerlo si vio a su hija gritar asustada?. La única que podía decirle quien era aquella elegante mujer, era su empleada de confianza. Luego hablaría con ella.La tarde transcurre velozmente y cuando Nolan percibe la hora, ya eran casi las 6:00. Sale de su oficina para darse una vuelta por el área donde aún permanece Dan recuperándose y se encuentra de frente con Danielle. Al verlo ella, decide confrontarlo de una vez.—¿Qué es lo que tanto busca? —pregunta en tono ho
Durante algunos minutos de embestidas, Nolan alcanza el clímax pero la espectacular morena aún no, es una mujer ardiente e insaciable en el sexo, luego de una segunda sesión de sexo oral, la morena se relaja y experimenta el primer orgasmo. —Eres mucho más ardiente de lo que imaginaba —Dailen sonríe y besa los labios de Nolan. Ambos se tienden en la cama, aún agitados. La psicóloga logró lo que tanto deseaba, tener sexo con el CEO de la clínica. Ahora Esther no le llevaría ventaja, realmente le sorprendía la astucia de la rubia. Nolan se levanta y va a la ducha, necesitaba estar a solas unos segundos; la apasionada morena no le dio respiro durante esas dos horas de sexo continuo. Abre la regadera, el agua cae sobre su cabeza, como caen también los primeros vestigios de razón. Nolan había estado con su colega. ¿Era lo correcto? No, no lo era. Pero esperaba que Dailen asumiera lo ocurrido con absoluta madurez, ambos eran adultos y en la actualidad, follar sin compromisos posterior
Nolan llegó a su oficina, dejó el maletín a un lado, le pidió a su asistente ir hasta su oficina. La chica tocó la puerta un par de veces, abrió lentamente y entró.—Buenos días Sr O’Brien, dígame en que puedo servirle.—Buen día Layla, por favor comuníquese con este número y póngame en contacto con el Dr Stephan Hasher. —le entregó el trozo de papel y la asistente lo tomó. —En seguida lo comunico señor. En lo que Layla salió de la oficina, Nolan se ocupó en resolver los asuntos que tenía programado para esa mañana. La puerta volvió a sonar y el CEO se sorprendió por la eficiencia de su empleada.—¡Adelante! —respondió sin levantar el rostro, pero al subir la mirada, frente a él estaba la exuberante morena, dándole una visita de buenos días. Llevaba el mandil blanco abierto, y debajo apenas un conjunto de ropa íntima negro que dejaba muy poco a la imaginación de Nolan.— Dailen qué haces aquí y vestida de esa manera. —preguntó asombrado.—¿Así recibes a tu mujer? —se acerca, co
Nolan regresa a su oficina luego de almorzar, no deja de pensar en todo lo que está ocurriendo y en todo lo que se le avecina. No era un hombre de escandalos, muy por el contrario, era rígido y considerado por sus compañeros de trabajo, como un hombre moralista y muy reservado; pero el estilo de vida que llevaba hasta ahora estaba por cambiar drásticamente, para él. Su interés por buscar a Violeta desaparece también de su mente, mas no de su corazón. Era ilógico que pensara en buscarla, ella jamás lo aceptaría sabiendo que él había estado con Esther. Y él tampoco podría ofrecerle nada, excepto que fuese su amante. Eso más que ninguna otra cosa lo hacía sentirse mal. Quizás no debían estar juntos y todo lo que había pasado entre ellos era una señal a la que Nolan no quería prestarle interés. Primero, fue el hecho de que ella le había mentido, que tuvo que ver con el accidente de su esposa; luego el incidente con Eliot, e padre de Violeta, lo cual no era nada bueno para el y su hija