Una gana con otra gana, son dos ganas que se juntan a la vez… Nolan aguarda que todos estén dormidos y se dirige a la habitación de Violeta, toca a la puerta, ella se levanta de la cama, mira el reloj. ¿Será que su deseo de hacer el amor con Nolan se volvía a hacer realidad? Violeta abre, Nolan entra a la habitación, cierra la puerta; la toma de la cintura, la empuja hacia la pared y sin mediar palabras como dos locos hambrientos el uno del otro, se devoran los labios, sus cuerpos se almodan y mueven incrementando el roce de sus sexos, ardiendo en un mismo deseo que ambos intentan ocultar el uno del otro.—Violeta, te extraño —murmura Nolan sin detener sus movimientos y caricias, sus manos recorren el cuerpo de la pelicastaña, sus labios abandonan los de ella para emprender el recorrido hasta sus pechos. —¡Nolan! —bisbisea la pelicastaña. —¿Qué mi amor? Dime. Ella no responde, los gemidos de ella son más constantes al sentir la puntiaguda lengua de su amante, dibujar con su
La mañana siguiente y antes de que Nolan regresara a la mansión con Esther, Violeta salió de esa casa, con el único deseo de no saber nunca más de Nolan. Ahora estaba en la calle, junto a su padre, sin tener a donde ir. El móvil suena y la voz de su madre, le reconforta. Si tenía una esperanza, y esa esperanza era Lara.—Hija ¿Cómo estás? No supe más de ti desde que te fuiste. Violeta le cuenta a su madre lo que estaba ocurriendo con ella y su padre, no sólo no tenían donde vivir, sino que posiblemente estaba despedida de su segundo empleo. No había forma de que ella pudiera hablar con Vilma, estando de por medio Eleonor. Lara le ofrece su casa para ella y para Eliot. A pesar de todo, la pelicastaña tenía mucho que agradecerle a la vida.En tanto, Vilma esa misma mañana regresa a su mansión, la caída a pesar de ser fuerte, no generó ningún tipo de fractura, excepto el trauma por el golpe. La relación entre madre e hija es fuerte, pero por primera vez, Vilma asume su lugar y se
La detención de Esther, es apenas un ápice de lo que había oculto detrás de aquella mujer. Y eso lo descubriría Lupita, al encontrar el diario de Esther en su habitación. Mientras cambia las sábanas, siente que algo cae en el piso, la empleada se pone nerviosa pensando que puede ser algún objeto de valor, se agacha y ve que es un libro. Lo toma, pero al hojearlo, nota que es un diario.Dicen que todo lo que ocurre no es por casualidad sino que es producto de algo que ya está destinado a suceder. La página que Lupita lee, apenas las primeras líneas son aterradoras. “La maté porque quería quitarme a mi padre, ella no merecía estar con él, mi madre era su esposa y yo, su hija. Ninguna de ellas, podía tener lo que yo no tenía, un hogar.”Las manos temblorosas de la empleada, dejan caer por segunda vez el diario, lo recoge y deja debajo de la almohada, su corazón late a mil por segundos. Cuando sale de la habitación se topa de frente con Nolan, quien al verle el rostro pálido, le pregunt
Las palabras de Fabio, dejan a Violeta en shock. ¿Su padre? —¿Qué dice? No entiendo Sr Sansonetti, como que usted es mi padre. Fabio saca el segundo sobre y lo coloca en la mesa. —Llevo años tras la pista de ustedes dos. Si hablaste con ella debes saber una parte de la historia, Violeta. Sé que cometí un error al dejar a tu madre, cuando más me necesitaba, que fui un cobarde y que no me atreví a enfrentar la realidad —Violeta traga en seco, aquello era realmente increíble— Pero hubo una razón para ello, Alba mi esposa y madre de Aurora, estaba enferma. Y yo como un imbécil tuve miedo de hacerle más daño, diciéndole que la había engañado con una chica menor que yo y que era inocente. Si tienes que buscar un culpable de todo, ese soy yo. —los ojos de Fabio se vuelven cristalinos y aunque evite que las lágrimas salgan, termina quebrándose— ¡Perdóname Violeta, por piedad —sostiene la mano de su hija entre las suyas. Violeta está atónita, los pensamientos van y vienen en su cabeza.
—Creo que te llevaré a la clínica y regresaré a casa para leer lo que está aquí dentro. —¿Seguro que no prefieres que te acompañe? —No, Dai. Tienes tus compromisos, no puedo interferir en tu trabajo.—Sabes que siempre estaré para ti, Nolan. —responde en un tono cálido y sublime.—Eso lo sé, Dai. Tal vez no he sido lo más comprensivo o agradecido contigo, pero eres la única mujer que hasta ahora ha sabido escucharme. —Será porque soy psicóloga —bromea ella.—¡No! Eres realmente una muy buena ami… —ella coloca su dedo índice en los labios del pelirrubio.—No continúes Nolan. Eso que piensas decir, me duele. —exhala un suspiro y besa sus labios— Yo me iré en un taxi, no te preocupes. Cualquier cosa ya sabes donde encontrarme. Dailen sale de la mansión y Nolan se queda un tanto confundido. Ella era una mujer con todos los atributos que un hombre desea, inteligencia, belleza, sensualidad y complaciente. Mas, él no podía amarla, su corazón ya tenía dueña. Mientras, Nolan va h
Cuando Nolan recibió aquella noticia, su corazón dio un salto al vacío. No podía creer lo que aquella mujer al otro lado del auricular, le decía:—Debe ser una broma Vanessa. Si fue Aurora quien te pidió que me dijeras eso, no me parece nada gracioso, es de muy mal gusto a decir verdad —la voz comenzaba a temblarle.—Sr O'Brien, no es un juego, su esposa acaba de ingresar sin señales de vida a nuestra clínica y su hija aunque está con vida, la tienen en observación.Para Nolan esa noticia excedía el límite de lo irreal. Minutos atrás había conversado con Aurora ¿Cómo ahora ella iba a estar muerta? Aún tiene en su cerebro grabadas aquellas palabras y su voz.—Amor, voy rumbo a casa, no te preocupes estaré allí antes de la cena. Llevo vino para celebrar nuestro aniversario. Te amo.A diferencia de otras tantas veces, Nolan olvidó responderle “También te amo” Esa frase se repite constantemente en su cabeza, mientras conduce a toda velocidad hacia la clínica donde él mismo trabaja
—Suba al auto, la llevaré a su casa.—No es necesario, falta poco… —Nolan la sujeta del antebrazo y la jala hacia el auto, ella iba a reaccionar golpeándolo, mas se detiene al ver a Samantha, quien la saluda emocionada desde el asiento de atrás. —¡Violeta! —agita sus manitas. —Suba —le ordena. Ella abre la puerta y entra al auto. —¿Es ella? —pregunta la hermosa mujer que va sentada en el asiento del copiloto y quien observa de arriba abajo a Violeta.—Sí, tía, ella es Violeta. —responde la niña. Esther se acomoda en el asiento y mira a Nolan, mientras él conduce. Esther, es la hermana mayor de Aurora y siempre había estado al lado de ella y su cuñado. Esa noche debían reunirse para celebrar el aniversario de la pareja y ahora debían prepararse para el funeral de su hermana. —Aún no puedo creer que esto esté pasando Nolan —coloca la mano sobre su hombro. Él voltea verla.—Por favor, no hables de eso —dice, mirándola de reojo para que guarde silencio delante de su hija.—L
Las manos de Violeta sudaban, nunca se sintió tan acorralada como en aquel momento; no desde hace cinco años atrás cuando estuvo a punto se ser ultrajada por su tío Bob. Pasa ambas manos por sus piernas, mientras piensa la respuesta que debe darle a Nolan.—Todo fue muy rápido, realmente yo estaba cruzando la avenida cuando escuché el frenazo y el golpe del auto estrellándose contra el a coche de su esposa. —¿Un auto dices? —pregunta con asombro.—Sí, el auto de atrás chocó a su esposa y el carro se fue directo hacia la barda. Cuando corrí hacia ella, el conductor huyó. Me acerqué traté de ayudarla —la voz de Violeta es cada vez más temblorosa y baja— Yo quise ayudarla, pero ella no contestó, fue cuando oí que la niña lloraba y desesperada traté de sacarla del auto. —termina respondiendo entre sollozos, con lágrima en los ojos.Nolan se cubre el rostro y golpea con el puño una y otra vez el escritorio.—¡Maldita sea! No puede ser. Ella no puede estar muerta, ella no. —llora desc