Sara y Azar observaban a Amira, ¿Cómo sucedió eso?, ella sabía que no sería bueno para nadie que quedara embarazada, y lo peor de todo Es que sería una niña, de nuevo una mujer para ella bruja, que quién sabe qué planes tendría con ella. Alan observaba la ventana de su despacho, todo se le había juntado y en este momento no sabía qué hacer. —¿Por qué lo hiciste? —le pregunto su hermano Azar. —Es que no entienden… Quiero ser madre. —¡¡Sí, pero no en estos momentos, Amira y mucho menos con nuestra víbora madre a nuestro alrededor!! —No le digas así, ella me quiere. —Alan gruño y se acercó a su hermana para posicionarse frente a ella. —Mírame Amira —la chica levanto la mirada, encontrándose con la de su hermano, oscura y llena de muchas cosas que ella no podía imaginar. —Nuestra madre jamás nos ha amado, mucho menos a ti, cuando tenías cinco años intentó ahogarte en la alberca de nuestra casa, ¿Lo olvidaste? Sara jadeó y Azar apretó la quijada con fuerza, él no recordaba eso, pero
Sara observó Alan, quería decirle lo que estaba invadiendo su mente, pero sabía que no era el momento adecuado. —No tenemos idea de donde está tu esposa, deja de culpar a los demás y mejor piensa que hiciste tú para que se fuera. —Ella jamás se iría, y sé que estuvo hablando contigo —Alan suspiró, quería sacar a su hermano del lugar a la fuerza si era necesario. —No tengo idea de donde está y no me interesa, aléjate de nosotros y ve a buscarla tú mismo si tanto te preocupa.Rafit observa a la pareja una última vez y luego se da la vuelta y sale del lugar, dejando a Sara y Alan solos. Cuando la puerta se cierra, Sara observa a Alan. —Sé que algo está pasando por tu cabeza, ¿Qué es? —ella asintió. —¿No te parece raro que todas las mujeres que conoces estén embarazadas? —Alan levanta una de sus cejas. —¿Qué quieres decir? —Alan, no creo que sea normal que tu hermana, Sarif y no sé cuantas mujeres más están así.—¿Quieres decir que fue a propósito? —Lo mío no lo fue, pero lo de la
Sara observaba a su pequeña niña mientras su padre jugaba con ella, sin darse cuenta, llevó su mano a su abdomen, lo acarició un más de veces. —¿Tú también? —con rapidez se dio la vuelta para observar al hombre que estaba de brazos cruzados en la puerta del patio del palacio. —Rafit, ¿Qué haces aquí? —él sonríe acercándose a ella. —Vengo a que me digas donde está mi esposa. —Ya te dije que no sé donde está, no sé por qué crees que lo sabría, si no lo recuerda, ella me odia —Rafit sonrió y se acercó hasta donde estaba sentada. —No quiero que regrese porque la quería a mi lado, por mí puede irse al demonio, tengo a la persona que deseo a mi lado frente a mí. —Eso jamás pasará —dijo Sara con fuerza. —Y si no la quieres, ¿Para qué la buscas? —Porque tiene un hijo mío en el vientre y no pienso permitir que crezca lejos de míSara no puede creer nada de lo que esté hombre, diga, aún sigue pensando que ellos están embarazando a las mujeres para algo turbio. —Empiezo a creer que tú y
Alan no dejaba de dar vueltas en su despacho mientras escuchaba lo que su suegra y esposa le estaban contando, ¿por qué nunca lo notaron?, eso era tan extraño. —¿estás segura? —pregunto Alan, aún sorprendido. —Sé que no soy una mujer confiable y está bien, lo entiendo, pero estoy muy segura de lo que estoy diciendo.—¿Cómo no se dio cuenta mi padre? —se preguntaba él. —En realidad nadie nunca lo noto, aunque ellos no se parecieran físicamente, eso no era algo que importara, porque tu abuelo lo hizo a imagen y semejanza de él.Alan sabía que Elena tenía razón, sus demás hijos jamás fueron tan parecidos a él y siempre creyeron que tenía un tipo de preferencia por Raft, ahora entendí por qué era.—Hace poco descubrimos que mi familia era la legítima heredera del trono, pero jamás pensé que fuera porque Rafit era un bastardo —dijo Alan con desprecio y rabia. Ese hombre les había quitado todo, no solo un derecho que les pertenecía, también la tranquilidad y la paz que jamás pudieron te
Alan observaba a su madre, la cual tenía una gran sonrisa en su rostro, hace poco le había pedido a esa mujer y a Sara que lo dejaran solo con su madre, sabía que ella estaba planeando algo y dejaría claro que no pensaba caer en su juego. —¿Qué buscas mamá? —pregunto él con fuerza. La mujer levantó una de sus maquilladas cejas. —No sé dé que hablas, hijo. —Claro que lo sabes, déjate de pendejadas y dime la verdad, ¿Qué buscas? —Bueno hijo, tú primera esposa desapareció de una manera algo extraña, creo que lo mejor es que tomes una nueva esposa, alguien que sea tu imagen frente al pueblo, porque es obvio que esa mujer no puede serlo. Lo sabía, algo como esto podía pasar, pero no pensó que su madre se atreviera a tanto, ¿por qué lo hacía? —¿Así que quieres que ella sea mi nueva esposa? —su madre asintió. —Claro hijo, sería perfecta para ti —Alan río con fuerza. —Si claro, ¿por qué esta vez me traicionará con mi primo? —Faris se estremeció, sabía que ese maldito era capaz de eso,
Un mes, eso había pasado desde que Sara acepto que esa mujer viviera bajo el mismo techo de ella, las cosas estaban calmadas, pero tenía certera de que no sería por mucho tiempo, hace unos días esa mujer intento algo con Alan, el solo pensamiento, la consumía. Cerró los ojos y recordó ese desastroso momento, en donde pensó que perdería los estribos por primera vez en su vida.Alan observaba a la mujer que tenía frente a él, no podía creer que esta mujer estuviera haciendo un tipo de cosa como esa, ¿qué no le quedo claro de lo que le dijo él?—¿Qué crees que haces? —le pregunto él a Madison que lo observaba desnuda frente a él. —¿No te gusta? —le dijo ella con una voz tan falsa que nadie la creería si la escuchaba. —Claro que no, ¿cómo me va a gustar?, estoy casado, Madison.—Pero eso antes no te importo, ¿por qué ahora sí? —Alan gruño se acercó a ella con rapidez. Levanto la bata que está en el piso, pero no tuvo tiempo, porque la puerta fue abierta. Los ojos de Alan se posaron en
Luego de aquella conversación con Alan, Sara regresó al palacio junto con su padre y mejor amigo, decir que no tenía miedo, era una mentira grande, estaba muerta de este, pero sabía que no les quedaba más que soportar lo que vendría. Despertó como de costumbre, llevando a su hija a su baño mañanero, pero no pudo durar mucho en ello, cuando un bullicio en la parte de abajo del palacio hizo que tomara con rapidez a su pequeña y corriera para saber qué pasaba. Cuando llego a ese lugar, sus ojos se abrieron al ver a Alan con esposas y un par de hombres a su lado que querían llevarlo. —¿Qué es lo que está pasando? —dijo Sara observando a Raft, Rafit y su familia que estaba en el lugar. —Esto es tu culpa, ¡¡Tú fuiste la que mató a esa desgraciada!! —gritaba Sarif fuera de sí, al ver que se estaban llevando a su hijo. —Deja de decir eso mamá, ella no ha hecho nada. —Díganme que está pasando, están llevándose a mi esposo para donde.—No sentía importante, al final, ustedes no tiene nada
Sara y Alan llegaron hasta el castillo, aún no podían creer lo que había pasado, su hermana era la persona que los había estado robando, jamás imaginaron que la manipulación que tenía la madre de Alan sobre ella fuera tan grande. Alan entró en su oficina donde su hermano Azar y Ronald los esperaban, el rostro de los dos era de fastidio, no podían creer que los hubiera llamado a las doce de la noche para decirles, no sé qué. —Espero sea importante, estaba esperando a mi esposa que está embarazada —dijo Ronald con fastidio a su mejor amigo. —Sobre ella es. —Ronald levanto una de sus cejas en alto. —¿De qué hablas? —Alan observo a Sara y luego regreso la mirada a ellos. —Sabes que la empresa estaba teniendo un desfalco de nuevo, ¿cierto? —ellos asintieron. —Hoy descubrimos quién era, el caballo de trolla que Sara puso funcionó. —¿Y eso que tiene que ver con mi esposa? —Fue ella, Ronald, Amira era quien estaba robando la empresa por órdenes de mi madre —el hombre grande y fornido s