ANASTASIASusurra en mi mente y puedo sentir su emoción. El poder de su pecho latiendo, en busca del mío.“Yo, Anastasia Centuria, te acepto como mi compañero, Hakon Savage, el padre de mis Centurias y el Alfa indomable de mi corazón, para toda la eternidad”El lazo que nos une se ata y por segunda y última vez en mi vida, siento los feroces colmillos de mi lobo, hundirse en mi nuca y marcarme como su hembra.Abre una herida en su muñeca y la lleva a mis labios.Bebo de su fría sangre que baja por mi garganta aliviando el fuego que me consume.“Anastasia, me perteneces. Eres mía para siempre”Lorcan gruñe en mi mente y se derraman en lo profundo de mi interior, llenándome con su poderosa esencia.“Les pertenezco, ahora y siempre”Prometo mirando a la Diosa en lo alto del cielo, que es testigo de mi felicidad, y espero que esta vez, nada ni nadie pueda arrebatármela.*****HAKONAbro mis ojos y no puedo evitar emocionarme al observar la blanca piel que ahora exhibe la marca de mis can
NARRADORA Junto con la exclamación de Hakon, también se escuchó un rugido cerca, en la cabaña donde el Rey y la Reina se hospedaban.— ¡RAVEN! – Cedrick rugió haciendo que todos giraran sus cabezas hacia arriba.— Diosa, ¿qué está sucediendo? Dalila, por primera vez en su existencia, se sintió completamente nerviosa.“¡Dalila, Raven, casi se desmaya, le duele el vientre, ven enseguida!”Cedrick exclamaba en su mente.— ¡¡No me interesa, tienes que ver a Ana, está llorando de dolor, está desangrándose, no puedes desampararla!!Hakon le gritaba por otro lado, dando un paso hacia la Sacerdotisa, para llevársela cargada si era necesario.— ¡Cálmate Alfa! Aaron se paró delante de su mujer antes de que las cosas se salieran de control— Vamos a la cabaña contigo. Dalila, ¿el Rey puede llevar a la Reina a la casa del Alfa? Parece que la Beta está en peores condiciones.Dalila asintió y recuperó algo del aplomo que la caracterizaba, hablando con Cedrick en su mente.Corrieron todos a socor
NARRADORALe rugió en la mente a Dalila.— Puedo intentar salvar a las cachorras a la vez que combato el veneno. Hanko, le das de tu sangre para nutrir a Anastasia y reponer la sangre perdida.— Vamos a intentarlo, ¡Vamos! Aaron, ayúdame a dibujar runas de sanación.Y sin dudarlo, el Alfa se abrió una herida en la muñeca y la llevó a los pálidos labios de su compañera.Anastasia sentía ganas de vomitar y mareos, ni siquiera podía sacar los colmillos o succionar la sangre.La fuerza de su loba interior era quien la mantenía aún con los ojos abiertos.Hanko se mordió salvajemente en la herida, extrayendo la sangre con sus propios caninos y reteniéndola en su boca.Luego la vertió con suavidad en la boca de su hembra, entre sus labios, por donde se escurría un poco, pero algo pasaba por la garganta de la Beta, que luchaba contra la inconsciencia.La magia Centuria llenó de repente la pequeña habitación y Dalila comenzó a recitar sus encantamientos.Destruir ese veneno con sus llamas y re
NARRADORACedrick le dijo de repente con todo su poder de Alfa de Alfas, presionándolo para dominarlo y que no dejara salir a su lobo, eso sería mucho peor.— ¡Si no confías en él, confía en mí! ¡Hanko, soy tu Rey, confía en mí! ¡La salvaremos, te lo prometo, la salvaremos! – lo miró directo al alma.Eamon listo para abalanzarse sobre Lorcan y controlarlo.Entonces la respiración agitada de Hakon cedió un poco y solo abrazó con más fuerza Anastasia, cerrando los ojos con rabia y dolor.Podía sentirlo todo a través de su vínculo y como ella lloraba contra su pecho. Aunque la salvara, si perdía a las cachorras, si no podía ser madre de nuevo, Ana nunca se recuperaría de ese golpe.— Sálvala, por favor, sálvala, haré lo quieras, daré lo que me pidas, mi vida si es necesario, pero salva a mi hembra, por favor Rey, sálvala… Miró a Cedrick confiando por primera vez en su monarca.— Lo haremos Hanko, lo haremos. Druida… — Cedrick estaba apostándolo todo a este movimiento.De verdad, espera
NARRADORA— Ayudamos también a nuestro Druida con nuestra magia interior – Steve le respondió, mirándolo de frente y con valentía — No le hicimos nada a las Centurias, esto es obra de alguien más.Habló en voz baja pero fríamente. Se sentían ofendidos por la desconfianza, pero a la vez entendían. Si fueran sus mujeres, igual buscarían culpables en los más probables.Steve miró a lo lejos a su mate, entre las hembras del pantano que se escudaban detrás de sus guerreros.Ella lo observaba angustiada.— Bien, estoy apostándolo todo a ustedes. La verdad saldrá al final – Cedrick le respondió y Steve asintió, sentándose en el círculo de magia.— ¡Papá, yo lo haré! – Cedrick escuchó la voz de Aidan que venía corriendo.Se le había escapado de las manos a Clárens que lo cuidaba junto con su propio cachorro.— Aidan, estás sin tu lobo de invierno, hijo, eres muy pequeño – Cedrick se agachó a acariciarle el cabello blanco.— Yo puedo, papá, no quiero que nada le pase a Ana, la salvaré – le
HAKONNunca pensé sentirme tan aterrorizado en toda mi vida.Ni siquiera frente a esa pared de hielo que se desmoronaba, dejando pasar el peligro, sentí tanto miedo, como cuando imaginé una vida sin ella.Sé que debo soltarla para que descanse, cambiarla de ropa y las pieles de la cama, sin embargo, no puedo dejar de abrazarla, porque solo el tener su cuerpo respirando contra mi pecho, es lo que me mantiene cuerdo y estable.— Alfa, déjela en nuestras manos, la cambiaremos, ya los otros machos salieron – escucho la voz de la Reina al lado de la cama.— No, no, yo lo hago, yo la cambio – le respondo y escucho mi propia voz que aún tiembla.Ella me mira con ojos complicados, pero asiente.— Gracias – le digo a su espalda – Gracias por salvar a mi hembra.— Anastasia es como una hermana para mí y una hija para Dalila, no importa como, no la dejaríamos morir. Puede estar tranquilo y ahora, disfrute del regalo que la Diosa creó para ustedes.Responde y sale de la habitación llevándose a la
NARRADORATenía una pierna destrozada, llena de sangre y fieras mordeduras.— ¿Qué hacía en el criadero de caimanes?— No sabía que era la zona de los caimanes, escuché… escuché que ahí, crece la fruta Buba.Vincent le respondió aguantando el dolor lacerante en su pierna derecha y parte del torso.— ¿Fruta Buba? ¿Tiene a una hembra preñada? Esa fruta es demasiado ácida, solo les gusta a las hembras preñadas, ¿se emparejó con alguna Centuria? – le preguntaron con curiosidad.“Mi mate, ni siquiera ha nacido” Vincent pensó con ironía.— Lo busqué para la Reina… su majestad el Rey, la mandó a recolectar— mintió totalmente.Solo les daba explicaciones porque lo salvaron de una muerte segura, en la boca de varios caimanes, porque Vincent no era de justificar sus acciones.— Oh, debió preguntar. En nuestro clan muy pocos se acercan a esa zona, es muy peligrosa. Solo un macho loco por su hembra se atreve a eso.Respondieron y Vincent apretó en su mano ensangrentada, la bolsa de piel llena de
NARRADORA— Fue envenenada por una planta que crece aquí en el pantano, que destroza la matriz de las lobas embarazadas. Se parece a las hierbas aromáticas, ¡Nadie más que nuestra propia gente pudo haberlo hecho! - les dijo.— No puede ser…— ¿Cómo es posible? Nunca había escuchado de semejante veneno…— ¿Qué planta es esa? Alfa, por favor investigue bien…La manada del pantano se puso de repente bien inquieta.Entre ellos, Inna pensaba en las contramedidas.¿Cómo era posible que descubrieron todo tan rápido?Al ser una planta extraña, pensó en la posibilidad de que incluso creyeran que venía del sitio donde estaban los Hombres de Invierno.Habría muchos sospechosos, nadie pensaría en alguien insignificante como ella.Pero en un momento la vio y recordó.Era esa vieja loba que tenía que haberse muerto hace muchas lunas, ¡ni siquiera sabía que seguía con vida!La cargaba uno de sus hijos y bajaba de la casa del Alfa, ¡ella fue la que identificó la planta misteriosa!¿Sabrían entonces d