RAVEN— Raven, no estoy cien por ciento segura, pero existe una gran posibilidad de que Vincent sea el mate de tu cachorra y hay otro detalle más… digamos preocupante… Me suelta de golpe, explicándome sus descubrimientos.— ¿Algo peor que saber que mi hija no nacida ya tiene quien la reclame? ¿Sabes cómo se pondrá Cedrick? – le pregunto frunciendo el ceño.Dalila delante de mí me mira con ojos complicados y siento que lo viene detrás, sí que es peor.— Esa bruja lo hechizó con una maldici0n de amor que afectará a su hembra destinada. Una flor devoradora de llamas que solo anhela las de Amber.Me suelta así, sin más, y me alegro ahora de haberme sentado o me caería de nalgas.Su padre incluso ya le dio hasta nombre a nuestra cachorra. Esto será un desastre.— Me dices que no estás segura, ¿hay alguna posibilidad de que te equivoques?— Lo sabremos bien cuando des a luz a la princesa… sin embargo… ¿Cuántas veces me has visto equivocarme?Sus viejos ojos me observan, sentada frente a mí
RAVEN— ¿Por qué hueles a Vincent?Es lo primero que me pregunta mi Alfa dominante en cuanto me ve y me abraza, olisqueando mi cuello.— Bueno, me ayudó en el pasillo a salir al jardín, no seas tan celoso Acaricio su cabello mientras me tiene cargada de lado sobre sus piernas y me abraza con suavidad.— ¿Te sientes mal? ¿Tienes mareo? Vamos a alimentarte…— No, no, estoy bien. Estoy llena, solo salía tomar el aire. Dime ¿De qué me querías hablar? Le cambio la conversación porque si no, es capaz de regresarme al cuarto y engatusarme para que siga acostada.La barriga ni siquiera está grande y ¡ya me siento como una muñeca de cristal!— Anastasia envió esta misiva con un mensajero. Dice que extraña mucho a Aidan, que si podemos enviárselo de visita, que ella promete cuidarlo.Me pasa una carta sobre la mesa y la leo.Como en efecto es la letra de mi leal Centuria.— No sé qué responderle – confiesa suspirando— Creo que a Aidan le haría bien cambiar de ambiente y más que en sus sueños
ANASTASIA Ya estoy corriendo, buscándolo, porque no me responde, internándome en el bosque, hasta que aparto unos arbustos y llego a una laguna oscura y entonces veo al cachorro. — ¡Ana, mira los huevos! – me señala unos nidos en la orilla. — Aidan, no me hagas más eso, que sabes que lo odio – le digo suspirando de alivio – Este no es el palacio, no corras imprudentemente. Me acerco y se disculpa. Nos entretenemos un rato, pero observo a mi alrededor a este sitio que por alguna razón me da escalofríos en la columna vertebral. ¿Dónde está Hakon? Debería de haberme seguido, sin embargo, giro mi vista a todos sitios y no lo veo. — Vamos Aidan, busquemos al Alfa – lo agarro de la mano porque siento que me quiero alejar de aquí. Damos unos pasos, cuando de repente, Aidan se detiene y mira a un sitio más allá, por un camino pedregoso que rodea la laguna y del otro lado, tiene unas altas rocas. — Ana, hay algo por allá. Es… algo que me está llamando – me señala con su dedo hacia ese
CEDRICKA media noche, Anastasia llegó con una noticia que cambiaría el destino de todo el reino.Veía cómo Dalila revisaba a mi pequeño cachorro que había sido envuelto en una gruesa capa para darle calor.— Dalila, por favor, acábanos de decir ¿qué sucede? – la voz angustiada de Anastasia le pregunta.Todos estamos iguales en el salón del trono, Raven, Vincent, Dalila, Anastasia, Aidan y yo.— Aidan ha encontrado el paradero de los Hombres de Invierno.Nos anuncia y nos quedamos estupefactos.— Reina, el cachorro está muy agotado, ha utilizado demasiado de su poder y aún es muy inmaduro. Creo que mejor lo lleva a descansar. Todo lo que él descubrió, ya lo sé.La anciana Centuria le dice a Raven que asiente y se levanta para abrazar y besar a Aidan.— Hablen ustedes, luego me cuentas mi Alfa, ve cachorro, despídete de Ana.La suave voz de mi hembra le dice y Aidan abraza a Anastasia que le acaricia la frente con ternura y le da las gracias.Luego viene corriendo hasta a mí.Me levant
HAKON Estoy como un animal enjaulado dando vueltas en la plaza central del palacio. Todo se siente en silencio, la luna en el cielo ilumina a lo lejos las Centurias que patrullan por encima de las murallas. De repente, pasos apresurados se escuchan por el pasillo y el dulce aroma de mi mate. Me giro para verla avanzar y arrojarse sobre mí. — Ana… La abrazo, cargándola sobre mi cintura donde ha envuelto sus piernas y mis manos agarran con fuerza sus nalgas para sostenerla. Baja la cabeza y me da un beso apasionado, lleno amor y comprensión. Lo sé, ella ya descubrió mis motivos, el porqué la he torturado todo este tiempo y he puesto en riesgo nuestra unión. Nos besamos como locos, devorándonos, con intensidad, queriéndonos decir tantas cosas. — Lo lograremos. Tendremos a nuestras cachorras sin temor— susurra contra mis labios y juro que por primera vez en mi vida, siendo un nudo que se aprieta en mi garganta. Gotas de lágrimas caen sobre mi rostro y miro hacia arriba, directo
CEDRICK Los habitantes del pantano han recogido sus cosas necesarias y han preparado sus rutas de escape urgente. No saben los detalles, pero supongo que siguen las órdenes de su Alfa a ciegas. Fuera, en los límites, mis guerreros y las guerreras Centurias aguardan, tampoco sin conocer el porqué, pero al primer peligro, están listas para defender y proteger. No hemos querido divulgar este asunto todavía hasta no traer de regreso a mi clan. Espero no tener que utilizar ninguna de estas precauciones. Al fin entramos en esta enorme caverna más oscura que la boca de un lobo y avanzamos hacia nuestro objetivo. ***** NARRADORA En la cueva problemática, Hakon miraba hacia la enorme pared. El cuenco estaba sobre el pedestal de hielo y él, listo para desangrarse si era necesario. No sabía qué repercusiones podía haber en este lado. El Beta estaba más nervioso que nunca. El no saber y solo enfrentar a lo desconocido, a veces era lo peor. Por otra parte, el grupo de cinco llegó al
NARRADORA— ¡No, no, no, vamos, funciona, funciona! Hakon gruñía, desesperado, haciéndose cortes en la muñeca, como un demente que ya no quiere su vida.No importaba cuantas veces la pared se reparara, el hielo se derretía con mayor rapidez.La última barrera de defensa, estaba cada vez más delgada.“¡Ana, tienen que parar, no podré contenerlo!”Le gritó en la mente a su mate, que enseguida dejó de avivar el fuego Centuria.— ¡Alto, Dalila, se está afectando la otra barrera, Hakon no puede aguantar! – gritó en pánico, pero era imposible detenerse.Al menos Dalila, cesó, pero a su lado, Aidan continuaba en su estado de magia inducida.La magia de fuego fue cediendo, el cabello de Dalila bajó, su boca se detuvo de pronunciar encantamientos y sus ojos enrojecidos, volvieron a su color habitual.Miró hacia Aidan, pensando que se había detenido también, pero no era el caso.— ¡Aidan, ya basta, no sigas cachorro! ¡Continuaremos de otra manera! ¡Aidan!No parecía escucharla.— ¡Aidan hijo,
NARRADORAEn el fondo de la cueva, donde antes estaba una pared de hielo, ahora había un pasaje excavado en una gruta.Un pasillo sinuoso que los llevaba, a lo que parecía un bosque lleno de pinos.El olor a madera, a fresco, a nieve, se filtraba en una brisa que los transportaba a un bosque invernal.— Aidan, ¿está bien? Anastasia de repente salió de su trance y miró hacia Cedrick y Raven que estaban con el cachorro.El Rey lo cargaba y Raven le acariciaba el cabello con el rostro angustiado.— Consumió demasiada energía mágica y además, ahora su lobo de invierno, Theo, es el que está sosteniendo la otra pared, de manera temporal. — Alfa del pantano, no tiene nada que temer. Su pacto ya no es eficaz y su silencio, es innecesario - Dalila les explicó.Hasta ella había sido sorprendida por la acción del príncipe.¿Cuánto poder en realidad guardaba ese cachorro dentro?La magia hoy era tan poderosa, que tomó control y autonomía de su propio pequeño cuerpo. Eso era algo prodigioso, pe