NARRADORA— Me llaman para el Concilio con los lobos más importantes de la manada, le diré mi decisión - le explicó solemne.El corazón de Anastasia latió con fuerza. Él enfrentaría sus costumbres y a su gente para estar con ella.— Mandaré a Clárens que venga y te muestre los alrededores— acarició su cintura.— ¿Soy libre de andar por todos lados?Anastasia necesitaba esa respuesta para sus planes.De repente se puso algo nerviosa cuando él se quedó mirándola fijamente, como evaluando sus palabras.¿Estaría sospechando que venía con dobles intenciones?— Puedes ir a donde sea, solo, nunca te pongas en peligro, este sitio no es un juego Anastasia, dime si deseas salir de la isla y te llevaré. Regreso más tarde, te presentaré a todos hoy.Le dio un beso en la frente y se giró tomando otra pieza de cuero, porque era muy consciente del fresquito que le entraba por atrás.Hakon no era estúpido.Sabía muy bien que a pesar de sus sentimientos, ella venía buscando algo, al igual que el Beta
NARRADORA— Sé que hay especulaciones y murmuraciones, se los informo por lo claro, esta hembra a mi lado, es mi compañera destinada, mi mate y la única para mí. — Las leyes cambiarán, a partir de ahora y al que no le guste ya sabe, dos soluciones: o viene por mi cabeza o se marcha para el carajo de mi pantano.Sencillo y simple. Siempre hablaba así, a pura fuerza y nada de diplomacia. Este era el lenguaje del pantano.Por supuesto los guerreros del Concilio fruncieron el ceño, muchos en la manada no estaban de acuerdo y miraban de manera un poco hostil a Anastasia.— Y les advierto una vez más - agregó mirando al Concilio— Quien se atreva a faltarle el respeto a mi mujer, tan solo mirarla de malas maneras y me entere, si es hombre, que se prepare a perder como mínimo los dientes y si es mujer, solo la expulsión le espera. — Anastasia Centuria es su Luna, la única que tendré y quiero respeto para ella, más del que me tienen, ¿quedó claro?— ¡¿HE DICHO SI QUEDÓ CLARO MANADA?! Rug
NARRADORA “¡Hakon, hay algo mal con mi hembra! ¡Esa maldit4 mujer le hizo algo!” Lorcan le gritaba en su mente y Hakon ya se había dado cuenta. “¿Hueles a veneno?”, preguntó “No, pero sabes que hay ciertos preparados que no se huelen tan lejos, ¡tenemos que intervenir!” “¡No, Lorcan!, solo si Anastasia se encuentra en peligro real. Ella está haciendo esto para demostrar su fuerza y su valor, no nos perdonará si intervenimos, confiemos en nuestra mate, ¡ella vencerá!” Hakon le dijo con convicción, pero igual atento, porque tampoco dejaría que le sucediese nada grave. Algo había cambiado en la pelea y no solo Hakon se dio cuenta. Anastasia estaba más lenta, recibiendo golpes que antes esquivaba, confundida y fallando ataques. — Nnmmm – gimió de dolor con los dientes apretados, cuando le hirieron el brazo con un despiadado zarpazo. Tatiana iba con todo. “¡Aine, ¿para cuándo?!” Le gritó a su loba, dando un salto lateral para esquivar una patada a la vez que atacaba de frente
NARRADORA La Beta los miró a todos y en sus ojos, algo había cambiado. La manada del pantano valoraba la fuerza sobre todo y esta hembra, había demostrado sus ovarios, sin embargo, siempre hubo una última resistencia. — ¡Disculpe Alfa, pero creo que, al inicio, se dijo bien claro que no se usaría el poder de su mate! Uno de los guerreros más ancianos refutó, frunciendo el ceño. — Si tus ojos no vieron como los míos que mi hembra fue envenenada, entonces creo que ya es hora de que te retires de tu cargo. Hakon bajó al fin, cabreado y angustiado por las heridas de Anastasia. — ¡Alfa!— el viejo guerrero palideció ante la amenaza. Claro que lo sospechaba, sin embargo, esperaba el apoyo de los demás, solo que nadie salió a hacerle la seguidilla. Esto sería una pelea perdida, todos lo veían muy claro, el Alfa estaba metido hasta los calzones con esa loba Centuria. — Esta daga está envenenada con jugo de varias plantas nocivas, pero sobre todo, Arcadíz. Sentenció después
NARRADORA— Detente – lo haló por el recogido en el cabello, escuchándolo gruñir insatisfecho.— Luna… La voz lobuna le advirtió y al abrir los ojos, el gris y el amarillo danzaban, sin embargo, se quedó arrodillado a sus pies, solo esperando por sus deseos.— Llévame a la cama y hazme el amor mi Alfa, todavía no se te permite marcarme…— Anastasia…— No, no hasta que esté segura de que solo aceptarás a mis cachorras y sin tratos a medias Hakon. Por hoy, solamente me puedes montar.— Estoy bien, lo que necesito para sanar es tu esencia de macho Alfa aquí, en mi interior.Señaló su vientre y se quedaron mirando por unos segundos, enfrentando sus voluntades, hasta que el Hakon claudicó.Se levantó cargándola y llevándola a la cama, apagó las velas y la habitación se iluminaba por la luz de la luna que entraba por la ventana semiabierta.Sonidos nocturnos amortiguados, a lo lejos, se podían escuchar.Hakon la miró sobre las suaves pieles, que contrastaban con sus cabellos de fuego.La p
RAVEN— Raven, no estoy cien por ciento segura, pero existe una gran posibilidad de que Vincent sea el mate de tu cachorra y hay otro detalle más… digamos preocupante… Me suelta de golpe, explicándome sus descubrimientos.— ¿Algo peor que saber que mi hija no nacida ya tiene quien la reclame? ¿Sabes cómo se pondrá Cedrick? – le pregunto frunciendo el ceño.Dalila delante de mí me mira con ojos complicados y siento que lo viene detrás, sí que es peor.— Esa bruja lo hechizó con una maldici0n de amor que afectará a su hembra destinada. Una flor devoradora de llamas que solo anhela las de Amber.Me suelta así, sin más, y me alegro ahora de haberme sentado o me caería de nalgas.Su padre incluso ya le dio hasta nombre a nuestra cachorra. Esto será un desastre.— Me dices que no estás segura, ¿hay alguna posibilidad de que te equivoques?— Lo sabremos bien cuando des a luz a la princesa… sin embargo… ¿Cuántas veces me has visto equivocarme?Sus viejos ojos me observan, sentada frente a mí
RAVEN— ¿Por qué hueles a Vincent?Es lo primero que me pregunta mi Alfa dominante en cuanto me ve y me abraza, olisqueando mi cuello.— Bueno, me ayudó en el pasillo a salir al jardín, no seas tan celoso Acaricio su cabello mientras me tiene cargada de lado sobre sus piernas y me abraza con suavidad.— ¿Te sientes mal? ¿Tienes mareo? Vamos a alimentarte…— No, no, estoy bien. Estoy llena, solo salía tomar el aire. Dime ¿De qué me querías hablar? Le cambio la conversación porque si no, es capaz de regresarme al cuarto y engatusarme para que siga acostada.La barriga ni siquiera está grande y ¡ya me siento como una muñeca de cristal!— Anastasia envió esta misiva con un mensajero. Dice que extraña mucho a Aidan, que si podemos enviárselo de visita, que ella promete cuidarlo.Me pasa una carta sobre la mesa y la leo.Como en efecto es la letra de mi leal Centuria.— No sé qué responderle – confiesa suspirando— Creo que a Aidan le haría bien cambiar de ambiente y más que en sus sueños
ANASTASIA Ya estoy corriendo, buscándolo, porque no me responde, internándome en el bosque, hasta que aparto unos arbustos y llego a una laguna oscura y entonces veo al cachorro. — ¡Ana, mira los huevos! – me señala unos nidos en la orilla. — Aidan, no me hagas más eso, que sabes que lo odio – le digo suspirando de alivio – Este no es el palacio, no corras imprudentemente. Me acerco y se disculpa. Nos entretenemos un rato, pero observo a mi alrededor a este sitio que por alguna razón me da escalofríos en la columna vertebral. ¿Dónde está Hakon? Debería de haberme seguido, sin embargo, giro mi vista a todos sitios y no lo veo. — Vamos Aidan, busquemos al Alfa – lo agarro de la mano porque siento que me quiero alejar de aquí. Damos unos pasos, cuando de repente, Aidan se detiene y mira a un sitio más allá, por un camino pedregoso que rodea la laguna y del otro lado, tiene unas altas rocas. — Ana, hay algo por allá. Es… algo que me está llamando – me señala con su dedo hacia ese