¿Qué me pasa? Yo, dándole explicaciones a Luz. No lo entiendo. Hace unos días, ni siquiera la miraba y ahora me siento mal, porque Cindy vino y ¡ah! que tonterías, Cindy no es nada. Es una amiga ocasional ¿Cómo le explicas eso a una mujer que si te interesa?, tonta historia trillada, además es mi secretaria.
“Hechos, hechos” recordé, esa era la frase de mi abuelo. Necesito ser honesto con Luz. Debo decirle cuanto me gusta. Quizá tomarlo con calma y ver qué sucede, esa es la solución por el momento.
En realidad no sabemos nada el uno del otro. Llamé a RH para que me enviaran el currículum:
-Ya está en su correo ingeniero…-Me aclaró Almendra.
ALVAREZ ROBLEDO LUZ MARIA
FECHA DE NACIMIENTO: 9 de Marzo de 1986
ESTADO CIVIL: SOLTERA
DOMICILIO: Lomas del Pedregal 307-A-II Las Lomas
TELÉFONO: 5565-8595
EDUCACIÓN BÁSICA:
PRIMARIA, SECUNDARIA Y PREPARATORIA: 1992- 2004 Liceo Franco Mexicano
LICENCIATURA: 2004-2008 Administración de la Hospitalidad, Universidad Iberoamericana, México DF
MAESTRIA: 2008-2010 en alta dirección de hoteles y restaurantes.
EXPERIENCIA: 2008-2010 Gerente de Servicios Especiales Hotel Spa “La Mansión de Romina”, San Miguel de Allende, Gto.
IDIOMAS: Español, Francés, Inglés, Italiano, Alemán y Portugués 100%
OTRAS EXPERIENCIAS: Desarrollo de centro de hospedaje eventual ejecutivo. 2010-a la fecha.
¿Sólo un trabajo? ¿Por qué? Con seis idiomas podría trabajar donde quisiera, no como asistente, sino como directora de una gran empresa… ¿Qué ocurre con Luz? Vive en las Lomas, tiene un auto muy viejo ¿Vive Sola?, cuánto misterio. Sus apellidos me suenan “Álvarez Robledo”. Tendré que cuestionarla.
A las dos de la tarde, salí de mi oficina, la encontré hablando por teléfono, alistando sus cosas. Me sonríe tímidamente y al colgar le digo:
-Le pedí a Almendra que mande a su asistente a cubrir tu lugar. Nos tomaremos la tarde libre.
-¿Nos?
-Sí.
Le sonrío y agrego:
-Soy el jefe, y tú necesitas relajarte.
Ni yo mismo podía creer lo que hacía. ¡Secuestrando a mi asistente personal! ¿No estoy haciendo nada malo? Bah, soy el jefe.
La llevé a comer a un lugar que me encanta “La casa del loco”. Es un peculiar establecimiento armado con todo tipo de antigüedades y artefactos extraños. Cuenta la historia del señor Bones, un extranjero que se dedicó a coleccionar cosas raras o poco comunes de todas las épocas y culturas. Cada espacio es un mini museo, lleno de peculiaridades y temas diversos. Agricultura, fotografía, sombreros, máscaras, instrumentos musicales, etc…
A mí me gusta ver la reacción de mis acompañantes a aquel lugar. Siempre de admiración. Pero no fue el caso. Desde que bajamos del auto, Luz saludó a todo el personal, el valet, la hostess, el capitán, el barman, el gerente, el chef…
-Aquí hice mi servicio profesional-dijo sonriendo.
Mi primera jugada para impresionarla había fallado. ¿A quién voy a engañar? Soy buen tipo, con eso debe bastar para conquistarla. Cada vez que intento algo, ella me sorprende con algo más. Luz es alegre, divertida, cuenta chistes, ama la música y odia los libros aburridos.
-Cuéntame un libro aburrido.
-¡El coronel no tiene quien le escriba!
-¿De García Márquez?
-¡Sí! Qué cosa más odiosa, tediosa, la historia más monótona, lo odié.
-Pero es de Gabo…-repliqué ofendido.
-Es sumamente aburrido, en cambio Crónicas de una muerte anunciada, lo amo, qué historia… ¿Qué tal cien años de soledad?
-No lo he terminado, me perdí entre Macondo, Úrsula y toda su parentela. Necesito hacer un árbol genealógico, demasiados personajes.
Pasamos una tarde muy agradable. Así que antes de pedir el café, decidí tomar el control de la conversación y hacerle varias preguntas.
-Tu apellido me suena.
-¿Cuál?- Dijo sorprendida.
- Robledo…
-Don Vicente Robledo de la Prada, era mi abuelo. Fue muy amigo del tuyo.
-¡Muy amigo!-Recalqué- ¿Por qué no habías dicho nada?
-No creí que fuera importante.
-¿No es importante? ¿Sabías que gracias a tu abuelo, mi padre conoció a mi madre?
-¿En serio?
Ahora todo encajaba perfecto. Don Vicente había perdido casi todo su patrimonio desde que enfermó de cáncer. El abuelo me contó mucho de él.
-Donde vives ¿era su casa?
-Sí, nos heredó a mi hermana y a mí su casa y a mi madre el hotel.
-Es una casa muy bonita, alguna vez fui, es muy grande ¿vives sola?
-No, dividí la casa en dos, me hice un departamento y la otra parte la rento. Y todo el terreno excedente, es de mi hermana. Es un terreno enorme. Pero no tiene idea qué hacer con él.
-La debes rentar bien… entonces trabajas por gusto.
-No, por necesidad.
-No entiendo.
Respiró profundo y comenzó a hablar.
-Hice una pensión para huéspedes. Cinco para ser exactos. Pero hay temporadas del año que no tengo inquilinos, así que los gastos me comen. El servicio es un poco como de hotel. Así que me dedico a cubrir incapacidades para ganar el dinero extra que no tengo cuando me hacen falta huéspedes. He trabajado de asistente comercial, de recepcionista, de hostess, recepcionista de hotel, maestra de idiomas…
La miré admirado:
-Me sorprendes.
Ella sonrió y agachó la mirada.
-¿Qué ocurre? -Pregunté.
-Nada, sólo un poco de melancolía ¿y tú?
-¿Yo?
-Sí, cuéntame de ti ¿qué tal la aventura de dirigir la empacadora?
Sonreí, haber sacado adelante Petgourmet, había sido un gran reto.
-Intensa, he pasado de todo. Pero tanto mi abuelo, como mi madre y mi tía, nos enseñaron bien, no me quejo.
-¿Heredar era tu sueño?
-No, en realidad sólo sabía que era mi destino y con el tiempo le tomé cariño ¿y tú?
-En diez años termina mi madre de pagar la hipoteca del hotel de mi abuelo. La idea es sacarlo adelante de nuevo. Tengo diez años para ahorrar.
-¿Ahorrar?
-Sí, habrá que remodelar.
-Eres increíble-le dije y cambié el tema-Luz, necesito preguntarte algo.
-¿Dime?
-¿Te pusiste celosa de Cindy?
Desvió la mirada y luego agregó.
-Andrés, de la nada comienzas a simpatizar conmigo, eres atento, me invitas a salir, y de pronto llega ella, con todo su glamour y pose de mujer cosmopolita y me dice que es tu novia, se mueve en la oficina como dueña y señora... ¿qué quieres que piense? Soy sólo tu asistente.
-Perdón Luz, Cindy fue mi algo, por ahora no tenemos nada y no lo tendremos.
-Pero se siente con derechos…
El ingeniero Andrés me invitó a salir. Me encontraba totalmente desconcertada. ¿Es legal? ¡Es mi jefe! ¿Le gusto? No lo sé. Todas estas semanas se ha dedicado a dar órdenes, a refunfuñar, ni siquiera me mira a los ojos cuando me da indicaciones. Es atractivo, me encanta y más cuando sonríe. En cuatro semanas que tengo de tratarlo, apenas ayer lo vi sonreír. Fue atento y caballeroso. Traerme a casa fue un lindo detalle. Lo noté extraño cuando le indiqué mi domicilio. No tiene idea de quién soy. No sabe nada de nada, dudo siquiera que conozca mis apellidos. Nuestros abuelos fueron grandes amigos. Mi abuelo murió de cáncer terminal. Poseía un hermoso hotel de categoría especial en San Miguel. A raíz de su enfermedad gastó casi toda su fortuna en médicos y tratamientos. Yo no tuve la suerte de Andrés, sin embargo, heredé esta hermosa casona, la cual rento a algunos huéspedes, casi todos jóvenes con grandes sueños y pocos ingresos. Con mis ahorros he ido haciendo cambios
Puso mala cara con mi comentario, Andrés no era claro con sus intenciones, y yo no tengo tiempo para tonterías. No tengo novio porque los hombres se han vuelto egoístas. Nos educan para alcanzar nuestros sueños y luego resulta que debes dejar todo por ellos. -¿Por qué tu cambio de actitud Andrés? -Luz… tuve una decepción amorosa hace un tiempo y me cuesta trabajo relacionarme con la mujeres. -¿A qué viene todo esto?- Le dije molesta. - Me cierro, por eso tener una relación sin compromisos con Cindy, me vino de maravilla, pero tú… no sé, eres diferente. Este hombre me tenía muy confundida, lo observé pensando en que debía decirle cuando me dijo: -Me gustas… las cosas como son. - ¿Y cómo son? ¿Qué es lo que quieres? -Que me dejes conocerte, salgamos. -Pero el trabajo. -El trabajo es temporal-interrumpe- en dos meses te irás, pero si quieres quedarte, quédate. -No se trata de eso Andrés. -Da
¿Cuál es el asunto que tiene tan estresada a Luz? Sé que esconde algo. A mí que me importa… bueno, ella me interesa por lo que sí me importa. ¡Oh! que estrés, me gusta verla sonreír, me gusta verla feliz… sí, la quiero conmigo. Aquel viernes cuando la despedí, me fui a casa de Jaime, mi amigo de toda la vida. Él es quien me presentó a Cindy. Ella es una chica de mundo, creció con muchas carencias y se volvió muy hábil para escalar y llegar hasta donde está ahora. Sin duda es una mujer ambiciosa, ha trabajado muy duro para conseguir el éxito. Pero es fría y calculadora. Fue un gran alivio a mi dolor después de mi decepción amorosa. Pero hacer vida de pareja con Cindy no es agradable. Jaime es abogado. Me ha ayudado con algunos asuntos de la empresa y le tengo toda la confianza. Le conté de Luz y desde aquel día se ha dedicado a molestarme con el asunto. Aquel sábado Luz y yo salimos a cenar. La velada no fue tan romántica como yo esperaba. Luz e
Jamás imaginé que Andrés viniera a buscarme. Es un gran chico, aunque no me siento lista para una relación. ¿Quién querría comenzar un noviazgo con una chica llena de problemas como yo? Andrés extendió un pañuelo y secó mis lágrimas. Estuvimos en silencio unos minutos hasta que rompió el silencio. -¿Quieres hablar? -No sé qué hacer. -¿Y tú madre? -Viene en camino de Taxco. Vive allá desde hace algunos años. -Luz ¿Qué puedo hacer por ti?¿Tienen abogado? -Sí, bueno, creo, no lo sé. Estoy tan abrumada con la noticia. Todo es tan absurdo. Un día antes de su muerte, mamá, Ángela mi hermana y yo estábamos con él. Lloraba de dolor ¿sabes? Sufría mucho. Fue horrible esa angustia. Tomó a Ángela de la mano y le dijo: -Quítame este dolor, quítame la vida por favor… -Abuelito no puedo hacer eso. -Por favor-le suplicó. Mi madre llamó al médico, para que le autorizara otra dosi
Jaime llegó en cuanto pudo. Mi amiga Clara nos preparó café mientras yo le contaba al abogado los acontecimientos. De inmediato hizo algunas llamadas y localizó a mi hermana. Se encontraba en la delegación XV. -¿Qué procede Jaime? -Necesito estudiar más el caso Luz, pero seguro algo podremos hacer ¿tú hermana tiene abogado? -No tengo idea. Mi mamá tampoco sabe nada, es decir no sabemos por dónde comenzar-se me cerró la garganta, Jaime me toma de la mano y me dice: -Este es el inicio Luz, no sé si será fácil aún, pero tu hermana estará bien, siempre hay opciones, ella se entregó y eso es bueno, faltan pruebas, testigos, etc. Me preocupa más que tu hermana esté tranquila, por lo que me cuentas necesita ayuda psicológica. -Lo sé. -Bien, mañana iré a primera hora a la delegación, puedes acompañarme si quieres, para que veas a Ángela. Andrés afirma que el mismo me llevará. Le sonrío, no pierde oportunidad para
De pronto comenzó a llover, el frente frío número quince al acecho. Es extraño que llueva en invierno. -No te vas a ir en la moto con esa lluvia-agregó Luz. -¿Quieres que me quede? -¿Te quieres quedar? -Preferiría estar en mi casa tomando chocolate caliente y viendo televisión. -Entonces te pido un taxi. Le sonreí, se estaba poniendo interesante la noche. -Luz, ¿me puedo quedar? –le supliqué… no solo por estar con ella, en realidad el regreso a mi casa sería un martirio con aquella tormenta… &nb
Me besa. Me toma por sorpresa y me da un largo e intenso beso. No puedo resistirme, Andrés me gusta, mucho, es un hombre muy interesante y muy sexy. Sé que yo he provocado todo esto, pero me cuesta trabajo pensar en algo más. Aunque se desvive por demostrarme todo lo contrario, quizá él no es para mí. Él tiene la vida resuelta y la mía es tan complicada. Me separo de él, sin embargo vuelve al ataque y me besa de nuevo, resignada pienso en disfrutar el momento. Me envuelve en sus brazos. Pienso en que debo decir, pero me encanta lo que estoy viviendo. En realidad no debo pensar en nada. Tengo mucho tiempo sin recibir cualquier tipo de afecto. El amor no se me ha dado fácil, mi vida desde la enfermedad de mi abuelo ha sido, resolver problemas fuertes, uno tras otro. No puedo quejarme, estoy mejor que muchas otras personas, tengo una casa, un negocio, un trabajo. Pero mi filosofía siempre
Escuché a Luz en el pasillo haciendo coraje, preocupado me puse el pantalón de la pijama y salí a ver qué ocurría, la encontré contra la pared llorando. -¿Luz? ¿Qué ocurre?- de inmediato se lanzó a mis brazos rompiendo en llanto inconsolable - ¿Quién era? -No lo sé, solo me dijo que Ángela no lo delatara, que podía perder su empleo, su trabajo. Supongo que algún cómplice. La tranquilicé. Pero me desconcentraba verla en esa bata. El cabello húmedo cayendo por sus hombros, su escote, sus piernas… -Ve a vestirte, no tardes, ahora llamo a Jaime y le explico. De pronto se escuchó la cerradura de la casa… -¿Esperas a