Jamás imaginé que Andrés viniera a buscarme. Es un gran chico, aunque no me siento lista para una relación. ¿Quién querría comenzar un noviazgo con una chica llena de problemas como yo?
Andrés extendió un pañuelo y secó mis lágrimas. Estuvimos en silencio unos minutos hasta que rompió el silencio.
-¿Quieres hablar?
-No sé qué hacer.
-¿Y tú madre?
-Viene en camino de Taxco. Vive allá desde hace algunos años.
-Luz ¿Qué puedo hacer por ti?¿Tienen abogado?
-Sí, bueno, creo, no lo sé. Estoy tan abrumada con la noticia. Todo es tan absurdo. Un día antes de su muerte, mamá, Ángela mi hermana y yo estábamos con él. Lloraba de dolor ¿sabes? Sufría mucho. Fue horrible esa angustia. Tomó a Ángela de la mano y le dijo:
-Quítame este dolor, quítame la vida por favor…
-Abuelito no puedo hacer eso.
-Por favor-le suplicó.
Mi madre llamó al médico, para que le autorizara otra dosis de morfina. Sin embargo, ya no calmaba su dolor. Se quejaba toda la noche. A mí se me contraía todo el cuerpo cuando él gritaba. Ver sus ojitos suplicando compasión. Y yo rezaba, cada vez que lo escuchaba gritar, rezaba para que Dios se lo llevara. Mi hermana es mucho más frágil para estas cosas. Ella siempre terminaba por escapar, no soportaba verlo así. Mientras mi madre dice que yo pude haber sido médico en la guerra porque tolero esas situaciones. Al día siguiente me marché a la escuela. Mamá se quedó con él, en el hospital. Ella no estaba de acuerdo, pero sé que en el fondo deseaba que el abuelo descansara de aquella agonía. Fue una época terrible. Ángela anduvo muy rara varios días. Una semana después, murió el abuelo. Desde entonces Ángela cambió mucho. Empacó algunas cosas y se fue de la casa. Mamá no la pasó bien. Y luego, llegaron los asuntos legales, el testamento, la hipoteca.
-¿No tenía seguro de vida?
-Sí, pero alcanzó para las cuentas del hospital y resolver otros líos. No dejó dinero, pero de alguna manera los asuntos casi resueltos. Mamá tuvo que hipotecar el hotel y rentarlo, con ese dinero paga la hipoteca y lo poco que sobra, nos da una parte a mi hermana y a mi, yo no estuve de acuerdo, sin embargo mi madre insistió, así que con eso he ido haciendo los arreglos de la casa y ahorro una parte.
-Eres una gran mujer.
-No digas eso.
-Lo eres, no sé por qué te minimizas.
-¿Qué esperas de mi Andrés?
-Me gusta la chica divertida, trabajadora, responsable… eres eso y más. Si necesitas apoyo de mi parte cuenta con ello, en verdad eres fantástica y te quiero en mi vida.
No supe qué responder. En otro momento me hubiera lanzado a sus brazos y lo hubiera besado gritando: Sí Andrés, te amo, también me gustas, pero mi cordura se mantuvo en su lugar, le sonreí y le conté todo.
-Hace tres meses me enteré que Ángela le inyectó una sobredosis de morfina al abuelo. Él murió de un infarto. Ángela no dijo nada todos estos años y no ha podido perdonarse, ayer vino a contarme todas sus angustias y se marchó. Me quedé preocupada. Cuando llegaron tus flores recibí su llamada y me dijo: Estoy detenida, llama a mamá.
-¿Fuiste a verla?
-No, no sé dónde está, no sé por dónde empezar.
-Necesita un abogado, déjame llamar al mío por favor.
Asentí. Andrés no tiene por qué cargar con todo esto, sin embargo aquí está, dándome su apoyo y amistad incondicional. Y yo que he sido la más descortés. Toma su teléfono celular, se levanta y camina un poco mientras habla.
-Jaime, soy Andrés, Luz tiene un problema, necesitamos de tu ayuda ¿Puedes venir? Estamos en su casa.
Jaime llegó en cuanto pudo. Mi amiga Clara nos preparó café mientras yo le contaba al abogado los acontecimientos. De inmediato hizo algunas llamadas y localizó a mi hermana. Se encontraba en la delegación XV. -¿Qué procede Jaime? -Necesito estudiar más el caso Luz, pero seguro algo podremos hacer ¿tú hermana tiene abogado? -No tengo idea. Mi mamá tampoco sabe nada, es decir no sabemos por dónde comenzar-se me cerró la garganta, Jaime me toma de la mano y me dice: -Este es el inicio Luz, no sé si será fácil aún, pero tu hermana estará bien, siempre hay opciones, ella se entregó y eso es bueno, faltan pruebas, testigos, etc. Me preocupa más que tu hermana esté tranquila, por lo que me cuentas necesita ayuda psicológica. -Lo sé. -Bien, mañana iré a primera hora a la delegación, puedes acompañarme si quieres, para que veas a Ángela. Andrés afirma que el mismo me llevará. Le sonrío, no pierde oportunidad para
De pronto comenzó a llover, el frente frío número quince al acecho. Es extraño que llueva en invierno. -No te vas a ir en la moto con esa lluvia-agregó Luz. -¿Quieres que me quede? -¿Te quieres quedar? -Preferiría estar en mi casa tomando chocolate caliente y viendo televisión. -Entonces te pido un taxi. Le sonreí, se estaba poniendo interesante la noche. -Luz, ¿me puedo quedar? –le supliqué… no solo por estar con ella, en realidad el regreso a mi casa sería un martirio con aquella tormenta… &nb
Me besa. Me toma por sorpresa y me da un largo e intenso beso. No puedo resistirme, Andrés me gusta, mucho, es un hombre muy interesante y muy sexy. Sé que yo he provocado todo esto, pero me cuesta trabajo pensar en algo más. Aunque se desvive por demostrarme todo lo contrario, quizá él no es para mí. Él tiene la vida resuelta y la mía es tan complicada. Me separo de él, sin embargo vuelve al ataque y me besa de nuevo, resignada pienso en disfrutar el momento. Me envuelve en sus brazos. Pienso en que debo decir, pero me encanta lo que estoy viviendo. En realidad no debo pensar en nada. Tengo mucho tiempo sin recibir cualquier tipo de afecto. El amor no se me ha dado fácil, mi vida desde la enfermedad de mi abuelo ha sido, resolver problemas fuertes, uno tras otro. No puedo quejarme, estoy mejor que muchas otras personas, tengo una casa, un negocio, un trabajo. Pero mi filosofía siempre
Escuché a Luz en el pasillo haciendo coraje, preocupado me puse el pantalón de la pijama y salí a ver qué ocurría, la encontré contra la pared llorando. -¿Luz? ¿Qué ocurre?- de inmediato se lanzó a mis brazos rompiendo en llanto inconsolable - ¿Quién era? -No lo sé, solo me dijo que Ángela no lo delatara, que podía perder su empleo, su trabajo. Supongo que algún cómplice. La tranquilicé. Pero me desconcentraba verla en esa bata. El cabello húmedo cayendo por sus hombros, su escote, sus piernas… -Ve a vestirte, no tardes, ahora llamo a Jaime y le explico. De pronto se escuchó la cerradura de la casa… -¿Esperas a
Mi madre no dejaba de observarme, mientras yo, rápidamente recogía mis cosas, corriendo de un lado a otro por toda la casa. Volví a mi habitación por un abrigo y al salir mi madre me mataba con sus verdes y enormes ojos. -¿No dijiste que era tu amigo? Lo besaste frente a mí. -Lo era mamá, cuando llamaste ayer, aún lo era. -¿Entonces? -Ayer se me declaró, y le dije que sí. -¿Y se queda a dormir? Entendí a mamá, su preocupación era que hubiéramos dormido juntos, tengo diez años viviendo sola y ahora se preocupa por mi vida sentimental.
Jaime ya nos esperaba en la entrada de la delegación. Nos recibió con buenas noticias, Luz y su madre tendrían unos minutos para ver a Ángela. Sólo necesitábamos esperar a que la Sra. Perla llegara para que Jaime revisara los documentos del abuelo y ver que argumento presentar ante el juez. A los pocos minutos llegó la madre de Luz. Casi de inmediato pasaron a ver a Angy, Andrés ya se había presentado ante ella. -¿Cómo te fue?- le pregunté. -Es guapísima, que lástima que se encuentre en esta situación, -¿A qué te refieres? -Está muy vulnerable… llora demasiado, pero me contó todo.  
Entramos a los separos a ver a Ángela. Estaba bien atendida. Al parecer, sin testigos y sin pruebas, todo se solucionaría. Al vernos se lanzó a los brazos de mamá y rompió en llanto. -Angy, no pasa nada, te sacaremos de aquí. -No es eso mamá, tengo años arrastrando esta pena, no me lo puedo perdonar. -El abuelo iba morir, era cuestión de días corazón. El cáncer le invadió sus signos vitales, tuvo un par de paros cardíacos antes de morir, en cualquier momento iba a suceder. -Mamá, pero yo lo inyecté. -Perdónate cariño, el abuelo estaba en sus últimos dí
Luz sale primero. Jaime la lleva a revisar unos documentos, les presenta a algunas personas que podrán ayudarle para estar en contacto con Ángela y se despide, ya que tenía otros asuntos que arreglar. El caso de Angy no se arreglará rápido, pero se arreglará. Mientras Luz vuelve, Perla se acerca a mí, sé que desea charlar conmigo y la invito a sentarse. -Perla, ¿le traigo algo? Agua, un jugo… -Gracias Andrés, no te molestes, ya casi nos vamos. Quiero pedirte una disculpa por la escena de la mañana. Se nota que eres un caballero, y en la vida de mi hija, comprenderás que no puedo dejar de entrometerme, pues quiero lo mejor par