Mi madre no dejaba de observarme, mientras yo, rápidamente recogía mis cosas, corriendo de un lado a otro por toda la casa. Volví a mi habitación por un abrigo y al salir mi madre me mataba con sus verdes y enormes ojos.
-¿No dijiste que era tu amigo? Lo besaste frente a mí.
-Lo era mamá, cuando llamaste ayer, aún lo era.
-¿Entonces?
-Ayer se me declaró, y le dije que sí.
-¿Y se queda a dormir?
Entendí a mamá, su preocupación era que hubiéramos dormido juntos, tengo diez años viviendo sola y ahora se preocupa por mi vida sentimental.
Jaime ya nos esperaba en la entrada de la delegación. Nos recibió con buenas noticias, Luz y su madre tendrían unos minutos para ver a Ángela. Sólo necesitábamos esperar a que la Sra. Perla llegara para que Jaime revisara los documentos del abuelo y ver que argumento presentar ante el juez. A los pocos minutos llegó la madre de Luz. Casi de inmediato pasaron a ver a Angy, Andrés ya se había presentado ante ella. -¿Cómo te fue?- le pregunté. -Es guapísima, que lástima que se encuentre en esta situación, -¿A qué te refieres? -Está muy vulnerable… llora demasiado, pero me contó todo.  
Entramos a los separos a ver a Ángela. Estaba bien atendida. Al parecer, sin testigos y sin pruebas, todo se solucionaría. Al vernos se lanzó a los brazos de mamá y rompió en llanto. -Angy, no pasa nada, te sacaremos de aquí. -No es eso mamá, tengo años arrastrando esta pena, no me lo puedo perdonar. -El abuelo iba morir, era cuestión de días corazón. El cáncer le invadió sus signos vitales, tuvo un par de paros cardíacos antes de morir, en cualquier momento iba a suceder. -Mamá, pero yo lo inyecté. -Perdónate cariño, el abuelo estaba en sus últimos dí
Luz sale primero. Jaime la lleva a revisar unos documentos, les presenta a algunas personas que podrán ayudarle para estar en contacto con Ángela y se despide, ya que tenía otros asuntos que arreglar. El caso de Angy no se arreglará rápido, pero se arreglará. Mientras Luz vuelve, Perla se acerca a mí, sé que desea charlar conmigo y la invito a sentarse. -Perla, ¿le traigo algo? Agua, un jugo… -Gracias Andrés, no te molestes, ya casi nos vamos. Quiero pedirte una disculpa por la escena de la mañana. Se nota que eres un caballero, y en la vida de mi hija, comprenderás que no puedo dejar de entrometerme, pues quiero lo mejor par
Salimos de la delegación cerca después del mediodía. Andrés debía ir a la oficina, por lo que tuvimos que separarnos. Como cambian las cosas en unas horas, ahora es mi novio y quiero estar con él todo el tiempo. -¿Seguro que no quieres que vaya contigo a la oficina? -No Luz, tómate el día, mañana te reincorporas. Yo hablo con Almendra. No te preocupes por nada. -¡No avisé que no iría, qué pena! -Descuida, yo lo hice. Ese tema me pone nerviosa, muchos se han dado cuenta de la amistad que tenemos desde aquel día que nos tomamos la tarde juntos. Para muchos eso no era un tema agradable, a partir de ahora seré para el personal de la empresa la “novia oportunista” del jefe. Excepto Almendra, que realmente es una mujer prudente y con mucha experiencia. Ella si sabe que soy la nieta del gran amigo de Don Francisco, Don Vicente Robledo y sabe parte de nuestra historia. -Llamaré a Philip para que venga por nosotros. &n
Andrés pasa por mí ese lunes por la tarde. Papá me avisa que ya está en el aeropuerto de Cancún, esperando su vuelo, llegará por la noche. -Yo voy por ti papá. -¿Segura? Puedo tomar un taxi… -Que sí, segurísima, te quedarás en casa ¿no? -¿No hay problema con tu madre? -Descuida, ya hablé con ella. -¿Pudiste ver a tu hermana Ángela? -Si papá, está triste, pero bien en general. Te veo en un rato, besos…-cuelgo y pregunto a Andrés si está listo para conocer a su suegro. Sonríe y asiente con la cabeza. Andrés me mira sorprendido, sabe que mi relación con mi padre es mejor que la que llevo con mamá. Es verdad, sin embargo espero que la plática que tuve con mi madre unas horas atrás, sea el comienzo de una nueva etapa. -¿Entonces a dónde vamos?-pregunto sorprendida al ver que nos dirigimos a un centro comercial -Es una sorpresa… -No me gustan las sorpresas Andrés. -No seas amargada, es una sorp
Tal vez debí consultar con Luz la idea de ir de compras. Fui algo torpe en llevarla a una tienda tan cara. Se ofendió un poco, pero no me importa, ya sé acostumbrará a mis reacciones extravagantes. Vamos a varias tiendas, al fin llegamos a un aparador donde vemos un vestido color rojo. Se lo prueba y es la más encantadora y atractiva mujer que he visto en mi vida. No fue muy costoso. Me quedó claro que tiene razón, comprar algo caro sólo por comprar no es una buena opción. Es una chica muy administrada, estoy seguro que conseguirá todas sus metas financieras. Contentos por la adquisición, nos marchamos al aeropuerto. Estábamos a tiempo, con un poco de suerte alcanzaríamos a tomar un café. Sin embargo, el tráfico de ésta ciudad es impredecible. Llegamos al aeropuerto derrapando. Pensando que su padre se tardaría unos quince minutos en bajar del avión, esperar su equipaje etcétera, estábamos en el momento justo para llegar a esperarlo. Lu
Papá no para de hablar. Me da pena con Andrés, pero al fin es mi padre y tendrá que acostumbrarse a él. -Chicos, llévenme por unos tacos que muero de hambre y en Cancún, tacos de pastor como en la ciudad ¡jamás! Andrés sonríe, creo que le cae bien mi padre. En el auto papá sigue con su interrogatorio. -Y dime Lucita ¿Philip está aquí? -Sí papá, pero mañana se va a Taxco. -Uy, mañana estaré sólo con tu madre, que miedo, es mucha tentación… -¿Papá? ¿Qué dices? -La verdad hija, tu madre es… el amor de mi vida. -¿Y luego? -Pues se casó con el gringo ese y, después conocí a Irene, nos casamos y ya conoces el resto de la historia. -Irene es una gran mujer papá, deberías estar agradecido que te aguanta… -Sí, lo es… Sospeché que algo sucedía. Tal vez no era el momento de tocar el tema. Llegamos a la taquería. Papá seguía hablando y hablando, que si los tacos, que si el tráfico, que si los Albert
Llegué entusiasmado por ver a Luz. Todo mi ánimo se fue por el caño cuando vi el carro de Cindy estacionado. Entré nervioso, a Luz no le cae nada bien, con justa razón. Cindy al verme se acerca efusiva, procuro mantener la distancia, pero es insistente ¿Qué se hace en estos casos? Luz me observa, sé que analiza mi reacción ante la insistencia de Cindy, es importante para ella. -Hola Cindy- me mantengo serio, doy la vuelta y saludo a Luz con un beso. -Hola “Pequi”, ¿ya conoces a Luz, Cindy? Te dije que estaba saliendo con alguien cuando me llamaste para avisar que ya habías vuelto de Londres. Cindy no supo qué decir, sé que se molestó mucho, pero no creía que fuera a ser tan importante que yo tuviera novia, nuestro trato era sin compromisos. Ya veo que ella sí tenía otros sentimientos. -¡Cínico!- Me da una bofetada, se da la vuelta y se marcha. Atónito por la reacción de Cindy, no sé qué hacer. Me giro con Luz, per