Puso mala cara con mi comentario, Andrés no era claro con sus intenciones, y yo no tengo tiempo para tonterías. No tengo novio porque los hombres se han vuelto egoístas. Nos educan para alcanzar nuestros sueños y luego resulta que debes dejar todo por ellos.
-¿Por qué tu cambio de actitud Andrés?
-Luz… tuve una decepción amorosa hace un tiempo y me cuesta trabajo relacionarme con la mujeres.
-¿A qué viene todo esto?- Le dije molesta.
- Me cierro, por eso tener una relación sin compromisos con Cindy, me vino de maravilla, pero tú… no sé, eres diferente.
Este hombre me tenía muy confundida, lo observé pensando en que debía decirle cuando me dijo:
-Me gustas… las cosas como son.
- ¿Y cómo son? ¿Qué es lo que quieres?
-Que me dejes conocerte, salgamos.
-Pero el trabajo.
-El trabajo es temporal-interrumpe- en dos meses te irás, pero si quieres quedarte, quédate.
-No se trata de eso Andrés.
-Dame la oportunidad, mira, seamos amigos lo que resta de tu estancia en Petgourmet y luego vemos.
-Andrés, vas muy rápido-me quejé-creo que en este momento de mi vida-pensé qué tenía que decirle. De pronto se acercó a mí, me miró a los ojos fijamente.
-¿Tienes miedo?
-Sí- le respondí sosteniendo la mirada.
-No te voy a defraudar. Soy un hombre serio. Me gustas mucho Luz, mucho, me encanta estar contigo.
-Lo voy a pensar.
-¿Qué tienes que pensar?
-Es…-debía ser honesta con él-no me conoces Andrés, apenas hemos conversado un poco. No sé si estoy en el mismo canal que tú.
-Bien, vamos por partes. ¿Qué es lo que quieres?
-Ese es el problema Andrés, no sé qué es lo que quiero-. Se hizo el silencio… nervioso y confundido se alejó de mí.
-¿Estás bien?- Pregunté para romper el hielo de nuevo.
Andrés se puso muy serio, me di cuenta que no estaba conforme con mi respuesta, la verdad me gustaba pero esta parte me tenía confundida. ¿Será Andrés la persona indicada? Sólo tenemos unas semanas de conocernos y un día de convivir.
“Debes abrirte” me dijo mi amiga Clara la última vez que tuve una cita. Pero mis problemas personales no me dejan darle prioridad a mi vida personal. Mi pasado está lleno de errores que han dejado algunas heridas muy fuertes, algunas ya están casi curadas, son problemas que debo resolver tarde o temprano.
-¿Qué pasa Luz? ¿Qué es eso que no te deja en paz?
-No es el momento Andrés, quizá algún día.
-Dime Luz ¿de qué tienes miedo?
-No puedo Andrés-Cerré los ojos, y lo recordé, ese triste momento que no me ha dejado ser feliz al cien por ciento. Mi psicólogo dice que debo liberarme, ya no puedo regresar el tiempo, aún puedo recuperar algo, mis recuerdos.
-Por favor no llores-se acercó de nuevo a mi cuando una lágrima se escapó de mis ojos.
-Perdón Andrés, es sólo algo de nostalgia, no quiero abrumarte con mis cosas. Quizá algún día te lo cuente.
-No me gusta verte triste. Todo lo contrario Luz. En unas horas te has vuelto tan importante. Me gustas mucho, ya te lo dije y es en serio.
-¿Y Cindy?
-Es mi amiga.
¡Qué molesto! ¿Es muy pronto para estos sentimientos? La odio. No la soporto. Me privó su presencia y su cercanía a Andrés. Quizá estoy loca pero no me gusta esa mujer.
Por fin a media tarde pidió la cuenta y me llevó a la oficina por mi coche.
-¿Cenarás conmigo mañana?-Preguntó temeroso.
-Sí- le sonreí, te veo mañana.
Se acercó a mí, por un momento creí que me besaría, pero sólo me besó la mejilla.
-Espero a que te subas a tu coche-me dijo.
Agradecida me subí y me marché diciendo adiós con la mano.
¿Cuál es el asunto que tiene tan estresada a Luz? Sé que esconde algo. A mí que me importa… bueno, ella me interesa por lo que sí me importa. ¡Oh! que estrés, me gusta verla sonreír, me gusta verla feliz… sí, la quiero conmigo. Aquel viernes cuando la despedí, me fui a casa de Jaime, mi amigo de toda la vida. Él es quien me presentó a Cindy. Ella es una chica de mundo, creció con muchas carencias y se volvió muy hábil para escalar y llegar hasta donde está ahora. Sin duda es una mujer ambiciosa, ha trabajado muy duro para conseguir el éxito. Pero es fría y calculadora. Fue un gran alivio a mi dolor después de mi decepción amorosa. Pero hacer vida de pareja con Cindy no es agradable. Jaime es abogado. Me ha ayudado con algunos asuntos de la empresa y le tengo toda la confianza. Le conté de Luz y desde aquel día se ha dedicado a molestarme con el asunto. Aquel sábado Luz y yo salimos a cenar. La velada no fue tan romántica como yo esperaba. Luz e
Jamás imaginé que Andrés viniera a buscarme. Es un gran chico, aunque no me siento lista para una relación. ¿Quién querría comenzar un noviazgo con una chica llena de problemas como yo? Andrés extendió un pañuelo y secó mis lágrimas. Estuvimos en silencio unos minutos hasta que rompió el silencio. -¿Quieres hablar? -No sé qué hacer. -¿Y tú madre? -Viene en camino de Taxco. Vive allá desde hace algunos años. -Luz ¿Qué puedo hacer por ti?¿Tienen abogado? -Sí, bueno, creo, no lo sé. Estoy tan abrumada con la noticia. Todo es tan absurdo. Un día antes de su muerte, mamá, Ángela mi hermana y yo estábamos con él. Lloraba de dolor ¿sabes? Sufría mucho. Fue horrible esa angustia. Tomó a Ángela de la mano y le dijo: -Quítame este dolor, quítame la vida por favor… -Abuelito no puedo hacer eso. -Por favor-le suplicó. Mi madre llamó al médico, para que le autorizara otra dosi
Jaime llegó en cuanto pudo. Mi amiga Clara nos preparó café mientras yo le contaba al abogado los acontecimientos. De inmediato hizo algunas llamadas y localizó a mi hermana. Se encontraba en la delegación XV. -¿Qué procede Jaime? -Necesito estudiar más el caso Luz, pero seguro algo podremos hacer ¿tú hermana tiene abogado? -No tengo idea. Mi mamá tampoco sabe nada, es decir no sabemos por dónde comenzar-se me cerró la garganta, Jaime me toma de la mano y me dice: -Este es el inicio Luz, no sé si será fácil aún, pero tu hermana estará bien, siempre hay opciones, ella se entregó y eso es bueno, faltan pruebas, testigos, etc. Me preocupa más que tu hermana esté tranquila, por lo que me cuentas necesita ayuda psicológica. -Lo sé. -Bien, mañana iré a primera hora a la delegación, puedes acompañarme si quieres, para que veas a Ángela. Andrés afirma que el mismo me llevará. Le sonrío, no pierde oportunidad para
De pronto comenzó a llover, el frente frío número quince al acecho. Es extraño que llueva en invierno. -No te vas a ir en la moto con esa lluvia-agregó Luz. -¿Quieres que me quede? -¿Te quieres quedar? -Preferiría estar en mi casa tomando chocolate caliente y viendo televisión. -Entonces te pido un taxi. Le sonreí, se estaba poniendo interesante la noche. -Luz, ¿me puedo quedar? –le supliqué… no solo por estar con ella, en realidad el regreso a mi casa sería un martirio con aquella tormenta… &nb
Me besa. Me toma por sorpresa y me da un largo e intenso beso. No puedo resistirme, Andrés me gusta, mucho, es un hombre muy interesante y muy sexy. Sé que yo he provocado todo esto, pero me cuesta trabajo pensar en algo más. Aunque se desvive por demostrarme todo lo contrario, quizá él no es para mí. Él tiene la vida resuelta y la mía es tan complicada. Me separo de él, sin embargo vuelve al ataque y me besa de nuevo, resignada pienso en disfrutar el momento. Me envuelve en sus brazos. Pienso en que debo decir, pero me encanta lo que estoy viviendo. En realidad no debo pensar en nada. Tengo mucho tiempo sin recibir cualquier tipo de afecto. El amor no se me ha dado fácil, mi vida desde la enfermedad de mi abuelo ha sido, resolver problemas fuertes, uno tras otro. No puedo quejarme, estoy mejor que muchas otras personas, tengo una casa, un negocio, un trabajo. Pero mi filosofía siempre
Escuché a Luz en el pasillo haciendo coraje, preocupado me puse el pantalón de la pijama y salí a ver qué ocurría, la encontré contra la pared llorando. -¿Luz? ¿Qué ocurre?- de inmediato se lanzó a mis brazos rompiendo en llanto inconsolable - ¿Quién era? -No lo sé, solo me dijo que Ángela no lo delatara, que podía perder su empleo, su trabajo. Supongo que algún cómplice. La tranquilicé. Pero me desconcentraba verla en esa bata. El cabello húmedo cayendo por sus hombros, su escote, sus piernas… -Ve a vestirte, no tardes, ahora llamo a Jaime y le explico. De pronto se escuchó la cerradura de la casa… -¿Esperas a
Mi madre no dejaba de observarme, mientras yo, rápidamente recogía mis cosas, corriendo de un lado a otro por toda la casa. Volví a mi habitación por un abrigo y al salir mi madre me mataba con sus verdes y enormes ojos. -¿No dijiste que era tu amigo? Lo besaste frente a mí. -Lo era mamá, cuando llamaste ayer, aún lo era. -¿Entonces? -Ayer se me declaró, y le dije que sí. -¿Y se queda a dormir? Entendí a mamá, su preocupación era que hubiéramos dormido juntos, tengo diez años viviendo sola y ahora se preocupa por mi vida sentimental.
Jaime ya nos esperaba en la entrada de la delegación. Nos recibió con buenas noticias, Luz y su madre tendrían unos minutos para ver a Ángela. Sólo necesitábamos esperar a que la Sra. Perla llegara para que Jaime revisara los documentos del abuelo y ver que argumento presentar ante el juez. A los pocos minutos llegó la madre de Luz. Casi de inmediato pasaron a ver a Angy, Andrés ya se había presentado ante ella. -¿Cómo te fue?- le pregunté. -Es guapísima, que lástima que se encuentre en esta situación, -¿A qué te refieres? -Está muy vulnerable… llora demasiado, pero me contó todo.