Capitulo 19Amelia recibe aquellos dulces besos con la pasión contenida de dias, ella no puede negar que lo deseaba.Se masturbo muchas noches, se subía en su almohada para sentir en roce suave entre sus piernas, gemia cabalgando sobre su imaginación, donde el Alfa la tomaba.El la sube sobre el lavado, ella abre sus piernas en ve mientras Matthew me baja el vestido.Sonríe, aquellos senos con los que deliraba, redondos, suaves y rosados, están frente a el, son su mayor tentación.Los mete a su boca, mientras Amelia se sonroja desde la cara hasta el cuello, su piel blanca la delata, está muy excitada.Gime, jadea, pero no deja de mirar a la puerta con preocupación ¿Y si los ven? , aunque le excita saber que están a escondidas.Matthew recorre su abdomen con suaves besos hasta llegar a su boca, deja una línea de saliva hasta su cuello que succiona —¿Que haces? —lo dice en medio de jadeos—Es mi manera de marcarte... Por que eres mía.Amelia observa como el lobo sube su vestido y lo en
CAPÍTULO 20Amelia abrió los ojos lentamente, su respiración era lenta y agitadaSu cabeza palpitaba con un leve dolor en la sienes y por un momento, su mente se quedó en blanco.Lo primero que vio fue a Matthew.Él estaba inclinándo sobre ella, sosteniendo un pequeño frasco de alcohol.Acercó un paño impregnado con el líquido a su nariz, estaba preocupado por ella.—¿Qué pasó, preciosa? —El Alfa le dijo suavemente —Aún estás débil.El lobo sintió alivio al ver que regresaba en si, y es que una vida sin su Mate no valía la pena.Amelia parpadeó con confusión, mirando al techo, su mente regresó a la última imagen que tenía antes de desmayarse…Vicente, su ex prometido e Iris su amiga traicionera.Los fantasmas de su pasado venian a atormentarla en su momento más feliz, para recordarle que quizás la felicidad no era para ella.—¿Dónde están todos? —Su voz era temblorosa.Matthew frunció el ceño, percibió su angustia al instante.—Mi amor, todo está bien —Tomó su mano —Los invitados sigu
CAPÍTULO 21Amelia se mantenía en silencio, concentrada en preparar su maleta, había seguido las indicaciones de Susana al pie de la letra.Solo lo esencial, nada que levantara sospechas, nada que pudiera retrasarla.Pero, a pesar de su seguridad en el plan, su corazón latía nervioso, Sentía que algo estaba por suceder.Y entonces, una presencia familiar la hizo girarse.Lyra, Su loba, la otra parte de ella estaba presente.Apareció reflejada en la ventana, su silueta blanca ds gran pelaje y ojos penetrantes—Debes cuidarte. —Su voz era grave y alerta por la amenaza —Ares nos está buscando.—¿Ares? ¿El lobo de Vicente ?—susurró—. Vicente me repudia, te recuerdo que Prefiere a Iris y su loba.Lyra negó lentamente.—No entiendes, Amelia —Sus ojos brillaban —Ares me quiere a mí, nos quiere a las dos.Amelia sintió un escalofrío recorrer su cuerpo.—¿Qué estás diciendo?Lyra se acercó más, su reflejo llegaba directo a los ojos de Amelia.—Vicente era tu verdadero Mate.Las palabras hicier
CAPÍTULO 22El mundo de Matthew seguía confuso, Su cabeza le pesaba y dolía como si tuviera una piedra encima.Las sombras de la noche anterior estaban difusas en su cabeza, ninguna era claraIntentaba juntar las piezas, recordar qué había pasado, solo estaba la imagen de Cecilia ofreciendo una copa, todo después del primer trago, era un vacío, una película negra en su cabeza —¿Qué pasó? —Su voz salió ronca, aturdida.Llevó una mano a sus ojos y se los frotó con frustración, y enojo, intentando recuperar el sentido Aún se sentía desorientado.Cecilia se inclinó sobre él, acarició los vellos de su pecho musculoso, Sonrió con dulzura maliciosa.—¿No es obvio, mi amor? —Se acercó a su rostro tomando su mentón le dio un beso —Hicimos el amor Los ojos de Cecilia estaban fijos en Amelia, le agradaba verla sufrir, saber que le causó dañoLa mirada retadora, cruel, saboreaba su victoria.Amelia seguía sin moverse, Sin hablar, su mente estaba en blanco.Los recuerdos de otra traicion del p
Capítulo 23El rugido desgarrador de Matthew rompe el silencio de la noche. Su desesperación mientras la oscuridad envuelve la manada le hace rugir a su lobo interior.Amelia no está. Su ausencia es insoportable y la culpa lo vuelve loco—¡Búsquenla! —ordena con furia a su manada—. No dejen ni un solo rincón del bosque sin revisar. ¡Necesito encontrarla!Sus lobos, obedecen leales, se dispersan entre los árboles, siguiendo cualquier rastro, cualquier olor que les indique que ella aún está cerca. Matthew siente que algo malo le paso.Se deja caer en un sillón de su estudio, sosteniendo una copa de whisky, La botella a su lado está casi vacía. Ha pasado todo el día ahogándose en alcohol, tratando de silenciar su cabeza. De repente, la puerta de la habitación se abre, Catalina entra con el ceño fruncido. Sus ojos reflejan una profunda preocupación mientras se acerca a él —Matthew… —su voz es un susurro—. Creo que se ha ido. —Ella era una loba libre —continúa Catalina—. No tenía ning
Capítulo 24Amelia abrió los ojos lentamente, parpadeando con confusión. Algo dentro empezo a crecer, su cuerpo se sentía diferente… y su corazón latía feliz.Una sensación extraña la invadió, un instinto primitivo le daba la felicidad que parecía pérdida.Estaba embarazada.Su mano temblorosa se puso sobre su vientre. No recordaba nada, ni quién era el padre de su bebé.El miedo la golpeó, se sentía sola y desprotegida.—Quiero cuidar de ti —dijo una voz acercándose.Amelia giró el rostro y vio a Larios, quien la observaba con calma, aunque con los brazos cruzados . Él quería seguir investigando sobre el origen de su huésped.—Cuando te hablé de la Manada Platino, reaccionaste muy mal. ¿Quieres que envíe por su Alfa? Tal vez él te conozca.Amelia de nuevo se puso nerviosa, ese nombre le provocaba escozor. Su loba interior se agitó, inquieta. Algo había sucedido allí. Algo que su mente había bloqueado.—Cuando usted dice ese nombre… siento miedo. Pánico. No sé si allí me sucedió algo
Capítulo 25Cecilia levantó la mirada con una sonrisa triunfal, tomó las manos de Matthew y las colocó sobre su vientre.—Es tuyo… nuestro bebé —susurró, con los ojos brillantes se sentía la ganadora final del amor del Alfa.Matthew retiró las manos, el odio que sentía por Cecilia le hacia aborrecerla.—¡No lo digas así! —rugió, dando un paso atrás. Su expresión era fria, el desprecio en sus ojos era evidente—. Esa noche fue un error, un maldito error que me costó mi felicidad.El recuerdo de aquella noche lo atormentaba. La noche en que perdió todo lo que amaba.Cecilia frunció el ceño, con lágrimas en los ojos.—No me rechaces, Matthew. Tú fuiste el primero, el único. Este bebé es tuyo, te pertenece, yo te di el heredero que tanto necesitas.El Alfa cerró los puños, sintiendo una furia recorre su cuerpo.Un cachorro, por un instante, la idea de ser padre lo conmovió. Pero no que Cecilia fuera la madre.Cecilia había sido la causa de su desgracia. Por su culpa, Amelia ya no estaba.N
Capítulo 26La lluvia caía sin descanso y abundante sobre la Manada Luna Roja. El aullido de los lobos era un canto de lamento que impregnaba el aire de tristeza, un tributo a su Luna.Frente al ataúd de Catalina, Matthew permanecía inmóvil, atrapado en el tiempo. El agua empapaba su ropa, pero no se movía. Era la única forma de disimular sus lágrimas.Catalina había muerto y el no pudo compartir con ella las últimas horas de vida como siempre lo prometió.Su mente lo arrastró a unas horas atrás...—¡Ayuda, mi prima no respira!El grito desesperado lo hizo correr desde el estudio hasta la habitación en cuestión de segundos.Cuando llegó, su corazón se detuvo.Catalina estaba sobre la cama, su rostro pálido, sus labios morados. Sin vida.—¿Qué pasó?! —gruño, mirando a Cecilia incrédulo.La loba sollozaba, fingiendo que le dolía, su cuerpo temblaba, y sus lágrimas salían con dificultad de sus ojos.—No lo sé... estaba en el baño y cuando salí... ella ya estaba así... ¡Está muerta!Matth