Capítulo 4

Quito mi ropa y me doy cuenta de que en algunos sitios está adherida a mi cuerpo, por la sangre seca y las heridas que tengo. Me quejo por lo bajo y termino de desnudarme, metiéndome debajo del agua.

Ella mencionó sobre arreglar el agua caliente, aunque creo que jamás he tenido una temperatura más agradable en mi vida.

A pesar de que me cuesta quitar el lodo de mi cabello y de mi cuerpo, cuando paso el shampoo siento como casi toda mi piel arde como el infierno, es cuando me doy cuenta de la cantidad de heridas que tengo.

Jadeo y quiero llorar cuando siento la áspera toalla rozar mi piel. La puerta del baño es tocada suavemente, puedo sentir la respiración de Alexia desde el otro lado.

—¿Te encuentras bien, Luna?

—Estoy bien, solo... me duele.

—¿Puedo ayudarte?

Comienzo a morder mi labio inferior, pensando en qué hacer. Tampoco es que esté completamente desnuda si coloco la toalla sobre las partes correctas.

Doy un largo suspiro, ajusto mi toalla y abro la puerta, miranda la chica que me observa con preocupación. Ella ahora se nota más limpia que cuando llegamos, casi impecable si no fuera por su cabello aún cubierto en lodo.

—¿Dónde te duchaste? —la miro sin entender

—Afuera hay una ducha que tiene agua de lluvia, pero se acabó antes de lavarme el cabello —ella sonríe de lado. No te preocupes por eso, luego termino. ¿Qué es lo que te duele?

—Las heridas de mi cuerpo —murmuro—. pero no importa, puedo hacerlo. Eso creo.

—Déjame ayudarte —dice relamiendo su labio inferior—. Siéntate que voy a revisarte. ¿Puedo?

Asiento y voy hacia una silla que hay allí dentro. Ella me sigue y se pone en cuclillas frente a mi luego de traer una crema que tomó del botiquín. Aprieto la mandíbula cuando siento sus manos calientes contra mi rodilla, ella de verdad está examinando mi piel.

—Esta crema no es tan buena como la que guardo en casa, pero servirá. Es para las heridas —ella me muestra—. Te pasaré en las heridas más profundas, lo demás es solo un raspón.

—Gracias —susurro

Hay una herida en mi muslo, que no me había dado cuenta hasta ahora. Alexia levanta la toalla con cuidado y la deja unos centímetros por debajo de mi cintura, haciendo una mueca y metiendo sus dedos en la crema. Muerdo mi labio inferior cuando ella toca la herida, si es profunda y me duele, sin embargo, ella está haciéndolo lo más suave que puede.

—¿Qué hacías por aquí? Es la peor noche para explorar —murmura ella

—No lo hacía. Solo iba de camino a casa, ellas me trajeron.

—No entiendo porque están tan interesadas en ti, quiero decir, eres increíble, pero hacen sus rituales con niños. ¿Ellas fueron a buscarte?

—Eso parece. Me golpearon y me amarraron, es como si lo hubieran tenido calculado. Lo peor de todo es que sabían mi nombre.

—Necesito averiguar el por qué. —suspira—. Solo quiero pedirte que te mantengas cerca, hoy no podemos salir de aquí. ¿Ella dijo algo más?

—Solo mencionaron que una tan Normani estaría feliz de verme.

—Normani es la bruja más poderosa de aquí —mi cuerpo se tensó—. Solo sé que te mantendré a salvo esta noche, ellas seguirán buscándote.

—Gracias Alexia, yo... pensé que moriría.

—No digas eso, Luna —su cara notaba lo aterrada que le resultaba esa idea—. No te pasará nada mientras viva, te lo puedo asegurar.

—¿Porque me dices luna? ¿Podrías decirlo de una vez? —ella suspiró y luego me miró

—¿Tienes idea de que es un mate?

—Lo he leído, pero creí que todo era fantasía.

—Tú eres mi mate —tomó mi mano—. Sé que es extraño, pero así lo quiso la luna, ella es nuestra diosa, pero tú eres la mía.

—¿Entonces nuestras almas están destinadas? ¿Cómo lo dicen los libros?

—Algo así, aunque aún no te he marcado.

—¿Qué?

—Tranquila —acarició mi palma con dulzura—. Jamás lo haré si tú no estás de acuerdo.

—¿Y qué es la marca?

—Es nuestro lazo, tengo que morderte el cuello para que eso suceda.

Okay, esto definitivamente es como en mis libros, aunque es extraño estar viviendo esto.

Se siente raro cuando la veo, puedo sentir que ella de alguna cierta forma extraña está conectada a mí. No sé cómo, pero puedo percibir rápidamente sus sentimientos cuando me mira.

— ¿Entonces vas a morderme?

—Siempre que tú quieras, sí. Nuestro vínculo se fortalecería, podrías sentir lo que siento y podría percibirte.

—¿Entonces eres algo así como el amor de mi vida?

—Si. —sus mejillas se sonrojaron—. Aunque nuestro lazo se fortalece a medida que nos conocemos, como personas normales.

—¿Y tú tienes familia?

—Si —ella asiente—, tengo padres y una hermana menor, pero a ella ya la conociste, su nombre es Lizz.

—Es igual a ti. Ella tiene tus ojos.

—Somos muy parecidas, sí.

Ella termina de untar la crema y se pone de pie, mirándome. No sé qué decir, pero no quiero que se aleje. Si vamos a pasar toda la noche juntas, deberíamos conocernos. Y para ser sincera, no tengo idea de qué pasará mañana, pero ella ahora está en mí vida y quiero saber más.

—¿Y tú qué hacías en el bosque? —cuestiono una vez que salimos del baño.

—Tu aroma me trajo hacia ti. Pude sentirte y no podía dejarte ir. No cuando te busqué por tanto tiempo.

—¿Cómo?

—Anoche soñé contigo, eso sucede cuando estás a punto de encontrar a tu mate, puedes olerlo a kilómetros, es inconfundible. Cuando te vi supe que eras tú, entonces no dudé en rescatarte, no podía permitir que te hicieran daño.

—¿Y no puedes tener otro mate? ¿Alguien más?

—No.

—¿Y ese lobo de hace unos minutos? —cuestiono—. Dijo que eras suya.

—Él ha estado obsesionado conmigo desde hace años, pero nunca quise nada, estaba buscándote. No me interesa ese tipo, por eso le dije que se alejara de ti.

—¿Y no intentará nada contigo?

—Mi padre es el alfa de la manada, no intentará nada. Tampoco creo que sea peligroso, solo tendrá que olvidarse de su enamoramiento. Mi corazón te pertenece.

—Alexia...

—Lo sé, lo sé. No voy a presionarte, tengo claro que eres nueva en este mundo y que te costará. ¿Podrías al menos considerarlo?

—¿Considerar qué? ¿De qué hablas?

—De quedarte, conmigo. ¿Hay alguien que te espere dónde vives? —hago una mueca

—No, no realmente. Pero están mis cosas y voy a la universidad.

—¿A la universidad? ¿De verdad? ¿Qué es lo que estudias?

—Veterinaria —Alexia comienza a reír. La miro sin entender por un tiempo hasta que entiendo el chiste.

—Eso es gracioso, pero sirve. ¿Cuán avanzada estás en tu carrera?

—Estoy a la mitad. Aún me faltan tres años.

—¿Y quieres seguir estudiando? ¿De verdad?

—Si, me gustaría. ¿Porqué?

—Ella hace una mueca

—¿Dónde queda la universidad?

—Está a dos horas, ¿Por qué preguntas tanto?

—Por nada, por nada —ella de queda pensativa.

Siento la angustia de Alexia, pero no entiendo por qué. Ella se queda pensando mientras se sienta en la silla frente a la cama.

Me quedé pensando en toda la información que me había dado, siempre había sido fan de cada libro de hombres lobo, pero ahora lo estaba viviendo en la vida real.

¿Cómo voy a pensar en la posibilidad de quedarme?

Entiendo que siento algo fuerte por ella, es una atracción avasallante y extraña, pero de todas maneras no estoy segura de todo esto.

Mi plan había sido largarme del pueblo y comenzar una vida nueva, lejos de mí padre. Alexia no estaba en mis planes y ahora me estoy sintiendo como la jodida m****a por decirle que quiero irme.

—Yo... Bueno —Alexia está dudosa de que decir—. Puedes dormir o hacer lo que tú quieras dentro del lugar. Solo mantente adentro y nada más —suspira—. Voy a tomar una ducha, si no te importa —hace una mueca—. Y... Dormiré en el sillón, si...

Ella se va sin decir más, simplemente cierra la puerta detrás de si y me deja sola. No sé qué decir, después de que haya mencionado la universidad ella se puso mal.

¿Ella se pondrá triste si me voy? ¿Qué tanto necesita que me quede? ¿Ella puede tener repercusiones en el caso de que no quiera quedarme? ¿Siendo su mate puedo alejarme de ella?

Miro hacia un costado y noto la ropa que me dejó en el borde de la cama, por lo que la tomo y comienzo a cambiarme. Escucho la ducha, así que ella no saldrá por un tiempo.

La camiseta me queda perfecta al igual que el pantalón, parece ser un pijama y puedo notar de que también tiene cierto perfume.

Puedo identificar de que es suyo porque cuando se acercó a lamerme el cuello olía como a pinos, es exactamente así.

Me acuesto en la cama y me tapo, escuchando como la ducha se cierra, pero ella no sale.

¿Por qué me siento como si la estuviera traicionando?

Quiero ir a decirle que todo estará bien, que podemos hablar y quizás se sienta mejor. Pero entonces un ruido nos interrumpe, y escucho que un vidrio está roto ahora.

¿Eso no suena desde el baño?

—¿Alexia? —pregunto con temor.

Pasos marcados sobre el techo, risas atemorizantes y humo saliendo desde abajo de la puerta del baño. Quiero ir a ver qué sucede, pero entonces la puerta es lanzada hacia el otro extremo de la habitación.

Las brujas comenzaron a entrar, mirándome con sus ojos penetrantes mientras que conversan.

—Mira nada más, la ratilla escurridiza —ella se ríe y mira a la otra—. ¿De verdad creyeron que estarían lejos de nosotras por mucho tiempo?

—¿Qué es lo que quieren de mí? —camino hacia atrás, tratando de alejarme. Mi espalda choca contra la puerta del baño

—Te queremos, es todo.

La rubia se acerca aún más, e intenta tomarme de la mano, pero soy más rápida y lanzó un puño. Ella se queja, pero ni siquiera intento fijarme dónde le pegué porque abro la puerta y busco a Alexia.

Hay demasiado humo, el olor es insoportable y hace que mis ojos comiencen a arder. Mis pulmones se llenan de humo y comenzó a toser, entonces la veo.

Me caigo al suelo y comienzo a arrastrarme, puedo notar como su cabeza sangre y está tirada contra el suelo. Incluso antes de que llegue a tocarla le toman de las piernas y me arrastran hacia afuera.

—¡Suéltame! —gritó

—Agradece que no te mato antes de tiempo, rompiste mí nariz, perra.

—¿Que le hiciste a ella? —pregunto con mi garganta cerrada

—Va a morir al igual que tú. Así que cierra la boca de una m*****a vez.

—¡No! —un gemido ahogado sale desde el fondo de mí garganta cuando ella flexiona sus dedos y me rasga la mejilla con sus uñas puntiagudas.

Estoy a punto de replicar y gritarle. No puedo pensar si quiera que a Alexia le está pasando algo. Pero entonces ella abre su palma frente a mí, me muestra un polvo y lo sopla en mí cara, haciendo que quede inconsciente.

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