Xander degustaba el néctar y por un momento la veía indefensa y con lujuria. La cogió de la cintura y la elevó para dejarla a su altura. Poniéndose de rodillas, acercó su vara a la entrada palpitante de deseo, ante el calor del miembro. La embistió con la fuerza que solo alguien en su condición
……. Maximus, Viktor y Rodolfo escucharon atentamente mientras Isa les relataba todo lo que había presenciado y sus rostros reflejaban incredulidad; sin embargo, entendieron la necesidad de tomar medidas drásticas para proteger a Xander. Les explicó que solo ella podía mantenerlo relativamente tra
En cuanto Isa miró a Billy a los ojos, notó que estaba tan aturdido como ella, y en ese instante, supo que de nada había servido tanto esfuerzo, puesto que, el destino había sido intervenido, y un vínculo se estaba rompiendo. , le pidió a su
Isa sintió un espasmo de ira ante las palabras de su padre, pero la visión no terminó ahí, ya que de repente, se encontró en medio de un campo de batalla y su madre estaba allí, aterrada. —¡¿Está embarazada y va a pelear?! —, murmuró Isa, horrorizada. Vio a su madre suplicar a Ranor, pidiéndole qu
Isa no logró avanzar mucho dentro de la manada, debido a que se encontraba acorralada por Ranor, y por varios guerreros. Ella vio a esos lobos que antes no quería lastimar y que ahora estaba dispuesta a matar sin temblarle el pulso, a pesar de ser consciente de que ellos no tenían culpa de su rabia
—Luna, ¿cómo traes al enemigo? —, le reclamó uno de ellos. —No son el enemigo cuando su líder seré yo —. Su anuncio fue recibido con jadeos de sorpresa y desconcierto. En ese momento, Billy llegó y le dedicó una sonrisa a Isa, y luego, tomó su mano con confianza. —Luna, al fin has regresado ……
Xander tenía a Isa abrazada por la espalda, y a pesar de ser más alto que ella la envolvía de manera tierna y amorosa. Dejaba besos suaves y tiernos en la coronilla de su cabeza, a la vez que ambos miraban por las ventanas, perdidos en sus pensamientos y emociones. Ella todavía aturdida por las co
Se retiró de su boca e Isa sintió su cuerpo sobre ella, tocando cada rincón, cada palmo de su piel, sus muslos, que abrió con urgencia para rozarle con su lengua las ingles, su sexo, pero sólo rozar, con mucha suavidad, de manera que ella se derretía esperando que fuera más allá, apremiándolo con su