Yo sólo sé decir de nada
Por islas que traje del marNo ruegas jamás, nunca más, de nadaGenial es mi manera de servirDe nada, de nadaDe nada dudes ya...Lo que menos esperaba al abrirse las puertas del ascensor, fue encontrarme a Louis aun en su traje de chef, cantando y bailando por toda la sala, Sansa siguiéndolo por todos lados y Milena también disfrazada, pero de hawaiana aplaudiendo feliz con el espectáculo que mi ridículo esposo le regalaba.
Yo sólo puedo decir de nada
Por el mundo especial que doyNo hay de qué agradecer, de nadaDe nada hablaré que ya me voyTe toca a ti decir de nada...Me encontré con la mirada brillante de Aiden, vestido en su ropa habitual de jeans y camiseta, sentado en el sofá al lado de su hermanita, divertido por lo ridículo de la situación.
Me divertía ver a Milena vestida de aquella manera,
Le devolví el beso con la misma pasión, sintiéndome desbordada de deseo gracias a la conversación anterior. Comenzamos a quitarnos la ropa con desespero, quedando pronto en ropa interior, y yo siendo lanzada al sofá con poca delicadeza. Gemí cuando su boca se cerró sobre un pezón y comenzó a chuparlo y lamerlo con frenesí a la vez que su mano se adentraba en mi tanga para jugar con mi perforación. ―Te voy a follar con fuerza, nena―Murmuró con sus ojos verde encendidos, su acento haciéndose más evidente con cada segundo―Han sido tres semanas de lo más largas, Eva. Jamás he sentido tanto dolor como lo siento ahora. Se levantó hasta quedar arrodillado entre mis piernas, y, sin preguntar, sencillamente me arrancó el tanga y me abrió aún más para él. ―Mira eso―Murmuró lamiéndose los labios―Cuando lleguemos a casa, me daré un festín contigo. Pero por ahora... Se bajó el bóxer y su polla brincó libre y feliz de ser liberada de aquel confinami
― ¿Empacaste todo? ―Si, nena. ― ¿Seguro? ―Eva... ―Bien, iré a cambiar a Mile y nos vamos. Suspiré sin apartar la mirada de mi mujer mientras se diría a la habitación de la niña para quitarle el pijama y poder irnos a la fiesta. En un momento hablaremos de eso, pero por ahora, hablemos de lo siguiente: Le había mentido a mi esposa. Y casi me atraganto cuando lo hice. Pero, ¿Qué podía hacer? Había entrado en pánico al ver su propio pánico adueñándose de sus facciones. No quiero tu amor, nena. Por supuesto que lo quería, lo quería todo de ella. Deseaba con todas mis fuerzas que mi esposa me amara. Porque, ¿Lo más divertido? En algún momento desde que nos conocimos, yo había comenzado a enamorarme de ella. Me había enamorado de aquellos niños. Me había enamorado de la familia que nos habíamos convertido, la familia que nunca tuve y que jamás llegué a pensa
Levanté la cabeza como un resorte al notar a Eva a mi lado viéndome con preocupación. Ni siquiera había sentido cuando abrió la puerta gracias a mi ataque de pánico. ―Estoy bien―Le aseguré sabiendo que mi voz sonaba más fuerte de lo normal. ―No estás bien―Dijo ella cerrando detrás de sí y mostrándome una botella de whiskey que no había visto antes― ¿Quieres compartir? Definitivamente es algo bueno que compartamos el auto. Le arranqué la botella de la mano y tomé directo de ella con casi desespero, casi ahogándome con el ardor que el licor provocó en mi garganta, pero al instante el temblor en mis manos comenzó a ceder. ―No quiero hablar de ello―Dije pasándole la botella. ―Podemos hablar de otras cosas―Se encogió de hombros antes de beber― ¿Sabes? He estado pensando en la reunión con el asistente social, ¿Y si nos preguntan sobre nosotros? ¿Lo que hacíamos en el pasado? ¿No deberíamos saber esas tonterías? ― ¿Y se te ocurrió esta idea j
― ¿Qué demonios es esto? ―Hmm... ¿Pizza? ― ¿Pizza? ―Repetí yo viendo con horror el plato ante mí― Explícame en qué momento dije que la masa debe quedar como chicle, ¿Qué harina usaste? ―Hmm, bueno... ― ¿Qué? ―Harina libre de gluten ―Murmuró él. ―Pero, ¿Qué m****a? ―Espeté yo apartando el plato de mi vista― ¿Acaso no tomaste notas ayer cuando dimos los pasos del proceso de fermentación? Creo que te inscribiste para ser un profesional gastronómico, que conoce el proceso correcto para producir los platillos que le piden sus comensales. ¿Crees que esto lo pediría yo en un restaurante Michelin? ―No, chef, pero... ― ¿Qué es esto? ―Le volví a interrumpir al detallar más de cerca lo que había ingerido. ―Queso vegano, chef... El chef Mauro a mi lado soltó un sonido de horror. ― ¿Qué había de malo con la mozzarella en tu estación? ―Dijo éste con su acento aún más marcado que antes. ―No me gusta toc
Estaba jodida. Realmente jodida. Sabía que el hombre era un peligro cuando lo conocí, pero, ¿Qué fue lo que hice? Lo invité a mí oficina para que me follara hasta el cerebro. Y ahora mírame: casada, con niños y hasta con una condenada mascota que nos hacía ver cómo la típica familia feliz. Aunque no teníamos que aparentar mucho pues realmente éramos felices. Aiden había ido mejorando mucho alrededor de Louis, ahora hablaban y bromeaban y justo ayer, había sorprendido a Louis con un abrazo apenas llegó de clases pues había sacado un diez en biología. Milena siempre estaba contenta, siempre y cuando tuviese algo qué comer, claro. La niña parecía un pozo sin fondo últimamente y parecía adicta a las galletas de muñequitos que Louis le traía del súper. ¿Sansa? Ella había decidido mudarse a la habitación de la bebé y ahora compartían cama cada noche, cosa que nosotros agradecíamos encarecidamente ya que nos per
―Nena―Comenzó diciendo Louis con nerviosismo. ―Eso fue muy interesante de ver―Comentó Mick divertido. ― ¿Te follaste a esa mujer? ― Escupí entre dientes al ver que unas personas nos veían con interés. ― ¿Ahora quién es la celosa? ― Murmuró Louis con una sonrisa insegura. ― ¡Me importa una m****a si te la follaste o no! Lo que me importa es lo que pueda decir en su informe sobre ese hecho. ―Fue como un año atrás, Eva. No debería repercutir en nada... ―Insinuó que quería volver a acostarse contigo. Prácticamente estaba encima de ti cuando le dije que estabas casado. ―Creo que ambos deberían tranquilizarse un poco... O tal vez no, como quieran―Completó Mick echándose hacia atrás. ― ¡No me van a creer lo que acaba de pasar! ― Dijo Barbie Malibú apareciéndose―Me acaban de llamar y me necesitan con urgencia en casa, yo... No sé preocupen, en el reporte diré que todo estuvo genial, ¡Adiós! Observé como prácticamente co
― ¡¿Que tú qué?! ― Exclamó Mick con los ojos abiertos como platos. ―Es lo que queríamos... ¿Cierto? ― Insistí ansiosa―Lo habíamos hablado años atrás... ―Eva―Me cortó una vez se repuso a la sorpresa―Apenas unos meses atrás aperturamos la discoteca, ¿Y ahora pretendes cerrarla? ¿Acaso no recuerdas lo que invertimos en este lugar? ―No digo que la cerremos, sino que modifiquemos el lugar. ―En un restaurante―Me recordó―Quieres cambiar todo el puto lugar a un restaurante. ―No es tanto trabajo, Mick. Sólo... Sólo se tendría que tumbar la pared que divide los ambientes y crear un gran espacio. ―Esa pared es un muro de carga, Eva. ―Y Christopher sigue en Nueva York―Respondí sonriente―Él podría decirnos qué hacer si tenemos una idea clara de todo. ―Todo esto es idea del hijo de perra inglés, ¿No es cierto? ― ¿Qué? ¡Claro que no! Mick, nuestro sueño siempre fue el de tener un espacio para nuestra música, y nunca nos atrevi
―Entonces, ¿Tenemos un plan? ―Tenemos un plan―Asentimos Alex y yo ante las palabras de Matt. ― ¿Quién va a hablar? ―Tú―Repetimos los dos. ― ¿Para qué estarán ustedes? ―Sólo apoyo―Volvimos a hablar al mismo tiempo. ― ¿Para qué trajimos a Mark? ― Preguntó Matt girándose hacia su hermano. ―Alex necesitaba una niñera―Suspiró este señalando con la cabeza hacia el niño que se encontraba viéndonos a todos desde su silla. ― ¿Por qué no lo dejaste en la guardería? ― Inquirí yo sin poder dejar de verle el cabello al niño. Todos llevábamos a nuestros niños a la misma guardería, la cual se encontraba en el edificio donde todos ellos trabajaban y del cual Mark era dueño. ―No quiso soltarme―Murmuró Alex sonriéndole a su hijo―Abbie está estudiando y me gusta pasar tiempo con Luke cuando ella no está. ―Esto podría ser peligroso―Señalé. ―Y por eso Mark se encerrará con Luke en el auto y se irá con él si e