C75- EL PAQUETE DEL AMOR.Los trillizos retrocedieron instintivamente, escondiéndose detrás de su padre, mientras Alessia los miraba con desdén antes de fijar su atención completamente en Lucien.—¿Con quién piensan que se casará su papi? Lucien respiró hondo, tratando de mantener la calma frente a los niños. —Emma, Olivia, James, ¿por qué no van a jugar un rato? Necesito hablar con Alessia a solas.—Pero, papi… —protestó Emma.—Ahora, pequeños —ordenó Lucien, con un tono más firme pero suave. Los niños asintieron, aunque a regañadientes, y se alejaron, lanzándole miradas de apoyo a su padre antes de salir. Cuando estuvieron solos, Lucien fue al grano y su tono destilaba frialdad y desprecio. —¿Qué demonios crees que estás haciendo? ¡¿Qué necesidad tenías de involucrar a Grace en esto?!Alessia soltó una risa sarcástica, dando un par de pasos hacia él. —Ay, cariño, no te pongas así. Solo estaba mostrándole su lugar a la sirvienta. Dejándole claro en cuál cama dormirás en unos días
C76- MALDICIÓN STANTON Aaron tragó saliva mientras la mujer se acercaba con pasos decididos, su cabello oscuro ondeando como si estuviera en un comercial de champú. Kate seguía observando, claramente divertida por la incomodidad de su esposo. La mujer finalmente alcanzó a Aaron y lo envolvió en un abrazo que duró más de lo que a Kate le pareció necesario. —¡Espera, espera! —Aaron levantó las manos, como si intentara calmar a un grupo de leones hambrientos—. ¿Qué estás haciendo aquí? La chica sonrió y se cruzó de brazos sin responder. Alzo una ceja y tuvo la osadía de mirar a Kate de arriba abajo, luego miro a Aaron. ―Primero dime que haces tu aquí. Y¿Quién es esta? Los ojos de Kate se abrieron y Aaron se apuro a hacer las presentaciones. ―Kate, ella… ella es mi hermana. Lucy Anderson. Y Lucy, ella es Kate… mi esposa. Kate parpadeó, su expresión de enojo dio paso a la sorpresa y escepticismo. —¿Tu hermana? —repitió. —Sí, su hermana menor —intervino Lucy, mirando a Kate una s
C77- PELIGRO Y PASIÓN. Kate se despertó con el sonido de su teléfono y, por un momento, no supo dónde estaba. Luego lo recordó: la habitación de la suite, el sarcasmo de Aaron, y, para su horror, la cama compartida. Había intentado resistirse, pero después de horas de discutir sobre quién dormiría dónde, el cansancio les ganó. Ahora estaba ahí, con la cabeza apoyada en el pecho de Aaron, quien dormía profundamente. Y su brazo descansaba sobre su cintura, como si fuera lo más natural del mundo. Kate se congeló al darse cuenta de la posición en la que estaba. Si él despertaba y la veía así, jamás se lo perdonaría. Con cuidado, levantó su cabeza y retiró su brazo. Se deslizó fuera de la cama tan rápido como pudo, asegurándose de no hacer ruido. —Esto no está pasando —murmuró mientras buscaba ropa en su maleta. Según el itinerario de esa ridícula luna de miel, ese día tenían planeado un paseo en yate. Afortunadamente, a Kate le gustaban los yates. Quizás el día no sería tan malo… si
C77- PASIÓN EN LA ISLA. Kate sintió que su respiración se entrecortaba. La proximidad de Aaron la estaba desarmando por completo. En lugar de detenerlo, algo en su interior la empujaba a dejarse llevar.—No voy a detenerme, Kate —murmuró Aaron con voz ronca—. Te he estado deseando por mucho tiempo.Sus labios rozaron suavemente los de ella, apenas un roce electrizante que la hizo estremecerse. Kate, en lugar de apartarse, respondió al beso con una mezcla de timidez y deseo contenido. —Kate... —susurró él entre besos, su mano deslizándose por la cintura de ella—. Sabes que esto va más allá de un simple momento...Ella no respondió con palabras, sino profundizando el beso, dejándose llevar completamente por la pasión que él había despertado en ella. Aaron la atrajo hacia sí, rodeándola con sus brazos y la levantó sin esfuerzo, sintiendo el calor de su piel contra la suya. Kate rodeó su cintura con las piernas, pegándose a él.—¿Ninguna serpiente por aquí, verdad? —bromeó ella mirando a
C79- DOS EXTRAÑOS.Después de que los guardacostas los rescataron, Kate no dijo ni una sola palabra. Era como si hubiera vuelto a levantar esa barrera invisible entre ellos. Aaron la observaba de reojo cada cierto tiempo, esperando que al menos se dignara a mirarlo o a dirigirle una palabra, pero ella nunca lo hizo. Su actitud no cambió en absoluto durante todo el trayecto de regreso al hotel.Cuando por fin llegaron a su habitación, el silencio se volvió casi insoportable. Y Aaron no pudo seguir aguantándolo.—Kate... ¿no vas a decirme nada? —dijo al fin, con una mezcla de frustración y desesperación en su voz.Ella, que estaba preparándose para dormir, detuvo sus movimientos. Desde que había salido de esa cueva, su mente no había dejado de dar vueltas. Las emociones se agolpaban en su pecho, y los pensamientos se entrelazaban en un nudo imposible de desatar. Todo la llevó a un mismo punto: no estaba segura de que Aaron fuera sincero en sus intenciones. Quizá todo lo que habían comp
C80- DISTINTOS OBJETIVOS. DÍAS DESPUÉS, LONDRES... El motor del auto ronroneaba suavemente mientras Lucien permanecía inmóvil al volante. Sus dedos tamborileaban sobre el cuero negro con precisión calculada. Y el silencio dentro del vehículo era opresivo, como un preludio cargado de tensión. Miró su reloj y luego volvió la mirada a la calle desierta. Estaba comenzando a exasperarse, no era conocido por tener paciencia. Un golpe seco en la ventana del copiloto lo hizo girar la cabeza con lentitud. Sus ojos, fríos como el acero, se encontraron con los de una mujer de cabello desordenado y mirada ansiosa. Ella sostenía un sobre manchado y una pequeña bolsa Ziploc que temblaba en sus manos. Bajó la ventana sin prisa con un movimiento controlado. —Sube. —desbloqueó la puerta sin mirarla. La mujer obedeció, casi tropezando en su apuro por entrar al auto. —¿Lo tienes? —preguntó yendo directo al grano. —S-sí, señor —tartamudeó ella, extendiéndole el sobre y la bolsa con manos temblo
C81- CENA DE COMPROMISO.La mansión Stanton resplandecía bajo el brillo de las luces de araña que colgaban de los altos techos. Cada rincón estaba decorado con un lujo desmedido. Y los miembros más importantes de la familia y otros invitados de renombre comenzaban a llegar, envueltos en trajes impecables y vestidos deslumbrantes, sus voces llenaban el aire con murmullos elegantes.En una de las habitaciones del segundo piso, Grace se encontraba frente al tocador. Estaba peinando el cabello de Olivia, pero sus movimientos eran lentos, casi mecánicos. La presión en su pecho crecía con cada segundo, como si algo invisible la estuviera aplastando desde dentro. Y respiró profundo, intentando calmar la maraña de pensamientos que giraban en su mente.—Grace... ¿qué tienes? —preguntó Olivia de repente, mirándola a través del espejo.Grace parpadeó, saliendo de su trance y forzó una sonrisa, acariciando suavemente la cabeza de su hija.—Nada, cielo... Estoy bien.—Estás diciendo mentiras, Grace
C82- FIN DEL ENGAÑO.El salón estaba lleno, repleto de invitados que habían llegado esperando una velada elegante, pero lo que encontraron fue un espectáculo que nadie olvidaría. —Alessia, ¿de verdad creíste que podrías engañarme? —dijo, con una sonrisa gélida que apenas tocaba sus labios—. ¿Qué soy tan idiota como para no darme cuenta de que me drogaste y te metiste en mi cama para hacerme creer que este hijo era mío? Qué predecible. Pero, lamentablemente para ti, siempre estoy un paso adelante.Los murmullos no tardaron en llenar el salón. Alessia, que al principio había mantenido la calma, comenzó a desmoronarse. Su rostro se tornó pálido, y su voz, al intentar responder, era un caos de palabras erráticas.—¡Eso es mentira! ¡T- todo esto es un montaje! ¡E- eso no es verdad! —gritó, girándose hacia los invitados, buscando en sus rostros apoyo o comprensión. Pero lo único que encontró fueron miradas de juicio y sorpresa. Dio un paso atrás, tambaleándose ligeramente.Lucien la observ