C80- DISTINTOS OBJETIVOS. DÍAS DESPUÉS, LONDRES... El motor del auto ronroneaba suavemente mientras Lucien permanecía inmóvil al volante. Sus dedos tamborileaban sobre el cuero negro con precisión calculada. Y el silencio dentro del vehículo era opresivo, como un preludio cargado de tensión. Miró su reloj y luego volvió la mirada a la calle desierta. Estaba comenzando a exasperarse, no era conocido por tener paciencia. Un golpe seco en la ventana del copiloto lo hizo girar la cabeza con lentitud. Sus ojos, fríos como el acero, se encontraron con los de una mujer de cabello desordenado y mirada ansiosa. Ella sostenía un sobre manchado y una pequeña bolsa Ziploc que temblaba en sus manos. Bajó la ventana sin prisa con un movimiento controlado. —Sube. —desbloqueó la puerta sin mirarla. La mujer obedeció, casi tropezando en su apuro por entrar al auto. —¿Lo tienes? —preguntó yendo directo al grano. —S-sí, señor —tartamudeó ella, extendiéndole el sobre y la bolsa con manos temblo
C81- CENA DE COMPROMISO.La mansión Stanton resplandecía bajo el brillo de las luces de araña que colgaban de los altos techos. Cada rincón estaba decorado con un lujo desmedido. Y los miembros más importantes de la familia y otros invitados de renombre comenzaban a llegar, envueltos en trajes impecables y vestidos deslumbrantes, sus voces llenaban el aire con murmullos elegantes.En una de las habitaciones del segundo piso, Grace se encontraba frente al tocador. Estaba peinando el cabello de Olivia, pero sus movimientos eran lentos, casi mecánicos. La presión en su pecho crecía con cada segundo, como si algo invisible la estuviera aplastando desde dentro. Y respiró profundo, intentando calmar la maraña de pensamientos que giraban en su mente.—Grace... ¿qué tienes? —preguntó Olivia de repente, mirándola a través del espejo.Grace parpadeó, saliendo de su trance y forzó una sonrisa, acariciando suavemente la cabeza de su hija.—Nada, cielo... Estoy bien.—Estás diciendo mentiras, Grace
C82- FIN DEL ENGAÑO.El salón estaba lleno, repleto de invitados que habían llegado esperando una velada elegante, pero lo que encontraron fue un espectáculo que nadie olvidaría. —Alessia, ¿de verdad creíste que podrías engañarme? —dijo, con una sonrisa gélida que apenas tocaba sus labios—. ¿Qué soy tan idiota como para no darme cuenta de que me drogaste y te metiste en mi cama para hacerme creer que este hijo era mío? Qué predecible. Pero, lamentablemente para ti, siempre estoy un paso adelante.Los murmullos no tardaron en llenar el salón. Alessia, que al principio había mantenido la calma, comenzó a desmoronarse. Su rostro se tornó pálido, y su voz, al intentar responder, era un caos de palabras erráticas.—¡Eso es mentira! ¡T- todo esto es un montaje! ¡E- eso no es verdad! —gritó, girándose hacia los invitados, buscando en sus rostros apoyo o comprensión. Pero lo único que encontró fueron miradas de juicio y sorpresa. Dio un paso atrás, tambaleándose ligeramente.Lucien la observ
C83- NO TE METAS CON GRACE.Alessia, completamente derrotada, intentó acercarse a Lucien, pero él dio un paso atrás, mirándola con desprecio.―¡Lucien, por favor! Podemos arreglar esto. ¡Te lo suplico! ―Arreglarlo, dices. ―se burló Lucien dándole una sonrisa helada ―Lo único que hay que arreglar aquí es tu dignidad, Alessia. Aunque dudo que te quede algo de eso.El salón estaba en completo caos. Y Alessia, ahora con el rostro rojo de furia y las manos temblando, sintió cómo la humillación ardía en su piel. Los murmullos de los invitados, las miradas de juicio, y sobre todo, la frialdad de Lucien la estaban consumiendo. Pero cuando sus ojos se posaron en Grace, que permanecía en silencio cuidando a los trillizos, algo dentro de ella explotó.Con un grito cargado de rabia, se giró señalándola con un dedo tembloroso.—¡Tú! —gritó —. ¡Esto es tu culpa! ¡Todo es por tu culpa, m*****a niñera barata!Grace levantó la mirada, sorprendida, pero no dijo nada. Alessia avanzó hacia ella, tambale
C84- ¿QUIÉN ES ELLA?El salón quedó completamente en silencio. Los invitados estaban boquiabiertos, y Alessia no era la excepción. Sus ojos brillaban de rabia y confusión mientras se quitaba los restos de pastel del rostro con movimientos rápidos.—¿Qué clase de broma es esta? —bufó con sarcasmo —. ¡Tú eres solo la niñera!Grace miró a los trillizos y sus manos temblaron al igual que su corazón. —No —dijo, con voz firme pero quebrada—. Soy su madre biológica. Yo soy su madre de verdad.Los niños se miraron entre ellos, intentando procesar lo que acababan de escuchar. Y Emma fue la primera en reaccionar.—¿Nuestra mamá..? —murmuró.—¿Eso es verdad? —preguntó Olivia, su pequeño rostro lleno de confusión.James, el más serio de los tres, la miró fijamente.—¿Tú eres nuestra verdadera mamá?Antes de que Grace pudiera responder, el bastón de Alaric golpeó el suelo con fuerza. Todos giraron la cabeza hacia el anciano, quien se había levantado de golpe.—¡Esto es absurdo! —tronó, apuntando
C85- FINALMENTE JUNTOS.—Alexander... —murmuró Alaric entre dientes.La tensión en la sala ya era insoportable, pero con su llegada, todo parecía a punto de explotar. Alexander avanzó con calma, como si nada pudiera alterarlo. Dejó el regalo sobre la mesa con cuidado exagerado y miró a su alrededor, evaluando el desastre: la comida derramada, las copas rotas y el pastel desecho.—Bueno, vine a la cena de compromiso de tu nieto. Aunque... creo que no hay boda, ¿o me equivoco?Alessia se tensó, y su voz cortó el incómodo silencio como un látigo.—¿Y tú quién eres para irrumpir aquí como si te perteneciera todo? —espetó, con un tono ácido que no pudo disimular el temblor en sus palabras.Alexander chasqueó la lengua, girándose hacia ella con una expresión que la desarmó al instante. Su sonrisa seguía intacta, pero sus ojos parecían perforarla. Ella dio un paso atrás, como si hubiera sentido físicamente el error que acababa de cometer.—Alexander Blackwell —respondió, el con una eleganci
C86- BAJO MI PROTECCIÓN.Mientras tanto en el estudio de la mansión Stanton…—Blackwell —dijo Lucien, frunciendo el ceño—. La reunión de la junta no es hasta dentro de unas semanas. ¿Qué haces aquí?Alexander levantó el vaso con una sonrisa burlona y tomó un sorbo antes de responder.—Decidí adelantarme un poco —respondió con calma, dejando el vaso sobre la mesa con un suave golpe—. Me quedaré en la ciudad por un tiempo. Muy cerca, de hecho. Vigilando cada paso.Alaric apretó los puños y dio un paso hacia la mesa, golpeándola con fuerza.—No olvides que los Stanton también tienen parte en la sociedad, Alexander. No puedes venir aquí y actuar como si todo fuera tuyo.Alexander inclinó la cabeza ligeramente, como si estuviera considerando las palabras de Alaric, antes de soltar una carcajada breve y despectiva.—¿Parte? —repitió con burla—. ¿Qué... un 20 %, contra un 70 %? Por favor, Alaric. Tú harás lo que yo diga. Siempre ha sido así. —se inclinó ligeramente hacia adelante, sus ojos c
C87- NECESITO TU AYUDA.Marsella, FranciaLa lluvia no daba tregua, cada gota caía pesada sobre Lucy, empapándola hasta los huesos. Su cabello chorreaba agua, pegándose a su rostro pálido, pero ella no se movía. Sus ojos permanecían fijos en la mansión que se alzaba imponente frente a ella.Su cuerpo temblaba, no solo por el frío que calaba hasta su piel, sino por el peso de lo que estaba a punto de hacer. Las luces de la propiedad eran un faro en la noche oscura, un recordatorio cruel de que su única opción era esta. Su familia no la ayudaría. Lo sabía. Su abuelo no toleraría que se rebelara. Para él, las acciones imprudentes se pagaban con el desprecio, y estaba segura de que preferiría verla muerta antes que arriesgar su apellido.Un sollozo escapó de sus labios, ahogado y lleno de desesperación. Cerró los ojos, pero eso solo trajo de vuelta los recuerdos que tanto quería enterrar. Las palabras de su marido resonaron en su mente como un eco envenenado."Si intentas dejarme, Lucy,