C141- ADIÓS LUCRECIA.El agente puso en marcha un plan. Tras la confesión del mecánico, decidió que era hora de vigilar a Lucrecia. Puso a la policía en alerta y pronto se enteraron de sus movimientos. Una tarde, Rivas llamó a Lucien y Grace para informarles.—Estamos vigilandola —dijo con voz seria—. Parece que está intentando encubrir algo, pero necesitamos más pruebas antes de arrestarla.Mientras tanto, Lucien y Grace se pusieron manos a la obra. Con el futuro matrimonio entre familias... El esposo de Lucrecia había hecho negocios con Alaric y esa antigua alianza daba pie a una red de comunicaciones que se había mantenido en la empresa familiar.Así que buscaron en correos electrónicos y cuentas bancarias anexadas de Lucrecia. Querían encontrar algo que la incriminara de forma definitiva.Casi sin esperarlo, Grace encontró algo.Entre varias líneas de datos, halló un extracto bancario. La transacción mostraba un pago grande, realizado unos días antes del accidente. Con el corazón
C142- ¡FELÍZ CUMPLEAÑOS! ¿SIN MI?Aaron caminaba de un lado a otro frente al mostrador del encargado en el aeropuerto privado. Su camisa oscura impecable contrastaba con la furia en su rostro. Porque el sostenía el teléfono con una mano y con la otra presionaba su sien, tratando de mantener la paciencia.—Esto es inaceptable —dijo con voz firme y dominante—. Mi jet privado debería estar listo para despegar. ¿Qué demonios está pasando con el papeleo?El encargado, un hombre de mediana edad, intentó mantener la calma, aunque la tensión era evidente en su expresión.—Señor, el problema es que falta la autorización de aduana para el vuelo. Sin ese permiso, no podemos despegar. Esto puede llevar horas, tal vez hasta mañana.Aaron clavó su mirada helada en él y se inclinó levemente sobre el mostrador.—Escúchame bien. Ese vuelo tiene que salir hoy. No me importa cuánto tengas que mover tus contactos. Si no estoy en Londres esta noche, te aseguro que no tendrás trabajo mañana.El encargado t
C143- TÚ, YO Y NUESTRO HIJO.Toda la sala guardó silencio cuando Aaron empezó a caminar hacia Kate. Ella se quedó inmóvil, con la respiración entrecortada. No esperaba verlo allí, su corazón latió desbocado y sus ojos se clavaron en él, incapaces de apartarse de aquella mirada intensa, como si nadie más importara en la sala.Cuando Aaron se detuvo frente a ella, lanzó una mirada rápida a Sergio, quien, con una sonrisa tranquila, levantó las manos en un gesto de paz, como diciendo “todo está bien”. Kate, nerviosa, volvió a enfocarse en Aaron.—Pensé que no ibas a venir —dijo en voz baja.Aaron frunció levemente el ceño.—¿No leíste el mensaje?—¿Mensaje? —parpadeó Kate, confundida—. ¿Cuál mensaje?Sin esperar respuesta, Kate se giró de manera febril y corrió hacia la mesa donde dejó su teléfono. Lo tomó con prisa y revisó los mensajes. Al ver el de Aaron, su expresión cambió en un instante; se sintió estúpida.«¡Qué tonta soy! ¿Cómo pude dudar de él?», pensó.Volvió hacia Aaron con el
C144- PARTE DE NUESTRA FAMILIA.Aaron se quedó inmóvil al verla. Sus ojos, normalmente imperturbables, se abrieron con sorpresa. No esperaba verla allí, y menos en esas circunstancias. Había cerrado ese capítulo de su vida con determinación, y verla ahora, irrumpiendo en su hogar, lo tomó completamente desprevenido. Sin embargo, su sorpresa duró solo un instante. Rápidamente, su rostro recuperó la frialdad habitual, aunque sus manos se tensaron ligeramente.Cristine caminó con paso decidido hacia el centro de la sala, ignorando las miradas curiosas y las expresiones de sorpresa. Su llegada era como una tormenta que amenazaba con arrasar todo a su paso. Con los ojos brillando por lágrimas contenidas, alzó la voz, cargada de veneno.—¡Esto no puede estar pasando! —exclamó, mirando directamente a Aaron—. ¿Cómo pudiste? Esto es una farsa. Ustedes dos no están destinados a estar juntos.Kate sintió cómo el suelo parecía abrirse bajo sus pies. No dijo nada, pero su rostro reflejaba el golpe
C145- REGALO EXTRAVAGANTE.Después del episodio con Cristine, Kate no hizo demasiadas preguntas. En realidad, no quería dañar su relación con Aaron. Además, le había quedado demasiado claro que a él no le interesaba su exnovia. Si algo tenía Kate D’Winter, era que no discutía por tonterías.Sin embargo, Aaron era otra cosa.No entendía cómo Cristine estaba fuera. No era seguro después de su diagnóstico. Por eso, en ese momento hablaba con su exagente, su mandíbula tensa y la mirada fría.—¿Dime por qué está fuera de la clínica?El hombre del otro lado resopló, sin paciencia.—Ya no tengo nada que ver con los asuntos de Cristine. Si está fuera es porque los médicos decidieron que ya estaba bien.Aaron apretó el teléfono con fuerza.—Ella no está bien —gruñó.—¿Crees que no lo sé? Estaba igual que tú cuando supe que estaba libre. Es más, incluso cambié de dirección. No voy a arriesgarme a que intente apuñalarme de nuevo con el abrecartas. Mi recomendación es que te alejes de ella, Aaron.
C146- EXNOVIA PELIGROSA.Aquella mañana, Aaron bebía su café como de costumbre y decidió revisar sus redes sociales sin imaginar lo que estaba por venir.Apenas vio la pantalla, por poco y escupió el café.—¡Qué mierda! —gruñó, mirando el teléfono con ganas de incinerarlo.El titular era directo y humillante: Kate D'Winter: La Zorra Traidora Que Destrozó Un Hogar. Cómo Sedujo y Robó a Aaron Anderson De Los Brazos De Su Prometida, Destruyendo Una Relación Sagrada"Sintió cómo la furia le subía por la garganta. Su vista se nubló de ira y, sin necesidad de pensarlo mucho, supo exactamente quién estaba detrás de esto. Cristine.Ella tenía una base enorme de seguidores y un talento enfermizo para manipular la narrativa en redes sociales. Sus publicaciones nunca pasaban desapercibidas y, en cuestión de minutos, los comentarios maliciosos se habían vuelto virales, arrastrando a Kate con ellos. Y, por extensión, a él.Mientras tanto, Kate, ajena a la tormenta digital, terminaba de servirse
C147-PLAN DE ACCIÓN.―¡Vete a la mierd@, Cristine! ―espetó Aaron antes de colgar.No iba a quedarse de brazos cruzados. Si Cristine quería pelea, él se la iba a dar. Pero no con gritos ni rabietas infantiles como las de ella. No. Él iba a jugar con inteligencia, con estrategia. Y cuando terminara, ella se lamentaría de haber siquiera pensado en meterse con Kate.Por eso, ese mismo día, estaba reunido con Richard Langley, el director de uno de los grupos de medios más influyentes de Londres. Un hombre que no solo tenía poder, sino que también sabía cómo mover los hilos correctos para hacer que una noticia desapareciera de la faz de la tierra.Richard tomó un sorbo de su whisky y miró a Aaron con interés.—Sabes que esta clase de "limpieza" no es sencilla. Cristine tiene seguidores fieles y una red bien tejida. Pero… dime, ¿qué tan rápido quieres que esto desaparezca?Aaron apoyó los codos en la mesa; su expresión era dura y fría.—Para ayer.Richard soltó una leve risa.—Bien. Tendremo
C148-PROVOCACIÓN.Aaron regresó a casa después de haber pasado horas planeando cómo acabar con Cristine. Su mente estaba nublada, no solo por la estrategia, sino por la culpa que lo carcomía. Sabía que todo lo que estaba pasando con Kate era su culpa. Al estacionar frente a su casa, su ceño se frunció al instante. Un auto conocido estaba aparcado frente a la entrada. Lo reconoció de inmediato: era el auto de Sergio, el mismo que vio el día de la fiesta. Su estómago se retorció y una ola de malestar lo invadió.Con un movimiento brusco, cerró la puerta del auto con fuerza y avanzó hacia la entrada. Justo en ese momento, Sergio salió de la casa con una sonrisa despreocupada, como si estuviera en su propio hogar. Aaron lo observó con una mezcla de rabia y desdén siendo incapaz de contenerse.—Vaya… ¿Qué tanto hace el “mejor amigo” de mi esposa rondando por aquí? ¿No tienes otra cosa que hacer? —preguntó con sarcasmo y desdén.Sergio, lejos de inmutarse, se metió las manos en los bolsill