Cap. 50: HERMANA – PARTE IIIRicardo quedó con un sabor amargo en sus labios, cuando Ricardito salió de la clínica, descendieron dos lágrimas lastimeras. Ahora tenía que enfrentar su realidad, y esa era sólo una, Eneida.***Guzmán llegó a donde Brizna y ambas mujeres corrieron afuera. Isabel corrió a tomar a sus hijos en sus brazos, ya estaba más tranquila y ella siempre sonreía para sus hijos.—Mami, papi llegó de su viaje —le dijo Ricardito, Isabel volvió sus ojos a Guzmán y este asintió.—Señora Isabel, el jefe le manda a los niños para que estén con usted hasta que el los vaya a buscar, y será como dentro de un mes, porque… —Guzmán se quedó callado un instante y luego continuó—. Perdón, mañana temprano yo mismo la llevaré al puerto con los niños, mi jefe irá luego por Ricardito y Marcus. Doña Mara le llamará para explicarle, pero el jefe le manda a decir que Maiara no se quedará en la casa de los Del Hoyo.Brizna, que estaba aún echando chispas, tomó a Isabel del brazo y le dij
Cap. 51: SORPRENDIDOSMara se quedó helada en la puerta de la habitación de su hija. Desde allí pudo oír claramente lo que Ricardo le decía a su hermana.—¡HABLA! Son muchas las vainas que me tienes que explicar, ¡hermana! —Eneida estaba temblorosa, trató de zafarse, pero Ricardo no la dejó—. Le metiste en la cabeza a mi padre que le quitara la niña a Isabel. Tú fuiste quien lo hizo.—¡Suéltame! —exclamó Eneida. Ricardo la empujó soltándola y jalando el diván se sentó frente a ella, aún seguía la habitación en penumbras—. No sé de dónde carrizo sacaste esas vainas, yo no sé de qué me hablas.—Lo sabes muy bien. ¿Sabes dónde estaba? ¿Sabes quién me partió la cabeza a traición y luego casi me mata de un disparo en la cabeza?Eneida tartamudeaba.—Se…, se…, seguramente en un riña de bar donde te lo pasas metido.—Yo estaba en Francia y no en un bar precisamente… Fue tu amiguito francés. ¿Lo recuerdas? Lo hizo para que le devolviera su teléfono, porque lo tengo yo…Eneida cayó senta
Cap. 52: DECISIONES Isabel quedó preocupada después de enterarse que Ricardo y Mara estaban lastimados en el hospital. —Guzmán, sé que no debes decirme nada, incluso ahora mismo entiendo a Ricardito que se debate entre una promesa y su deber como hijo conmigo, pero sólo quiero saber cómo esta Ricardo realmente y si puedes lo llames para saber de doña Mara, ella es alguien bien significativo para mí.—Está bien, señora Isabel.Guzmán bajó a llamar a Ricardo, pero este no le contestó. Guzmán entró de nuevo.—Señora Isabel me deja que cargue la pila aquí…—Claro Guzmán, ven aquí.La niñera llamó a los niños para el aseo diario y prepararlos para el agasajo, cuando se bañaban, el teléfono de Ricardito estaba repicando en el estudio, Isabel entró y al ver la llamada entrante era de Ricardo. La aceptó y lo puso en su oído, pero no se percató que era video llamada. Oyó a Ricardo decirle:—También amo tu oreja, tu mejilla… —le oyó reír. Al Isabel ver la pantalla, ya había colgado —ocultó s
Cap. 53: PROYECTODespués de 15 días, Mara se recupera positivamente en la clínica, la estaban pasando a una habitación.Eneida esta con su mamá en la habitación, don Marcos esta medio dormido en el diván que le han colocado al lado de Mara.—Mamá, estás como incómoda, déjame arreglarte las almohadas.Mara se revolvió cuando ella la tocó y le rezongó como pudo.—¡Hum, hum!—Mamá ¿qué tienes?Marcos se despertó con el chillido de Eneida, Mara cuando la sacudió para quitársela de encima, le dio una bofetada con el dorso de la mano.—Mara, ¿qué te pasa? ¿Qué comportamiento es ese con tu hija?Mara se volvió a verla, sus labios estaban tensos y apenas si los podía mover.—¡Ve…, te! —Le soltó enojada.Ricardo ha dejado los moretones y la hinchazón y la herida ha cerrado, aunque todavía no ha cicatrizado del todo. Él estaba llegando a la habitación. Mara desmesuró sus ojos. Ricardo se acercó y la abrazó.—Mamá, quédate tranquila —se volvió a Eneida y le dijo con desdén —. ¡Sal!—Papá —c
Cap. 54: FOTOS Y... MAS FOTOSLos tres niños se sentaron en las escaleras: Esperaban a su mama. Ya eran las 4 de la tarde cuando Isabel llegó, su rostro enrojecido. Marcus y Maiara corrieron a su encuentro.—Mami, roja estás, ¿hay sol mucho hoy?—Sí, hijo. Caminamos un poco —Alberto bajó del auto.—¡Hola chicos! Ya vieron mi auto. ¿No está güey, Marcus?—Sí, tío. ¡Güey está! Pero gusta más auto mío de rojo…—Sí, Marcus, pero este está bonito —opinó Maiara.—Hasta mañana Isa, te llamo luego —dijo Alberto, mirando de reojo a los niños. —¡Hum hum! —respondió Isabel. Ricardito seguía en las escaleras sentado.—Mi hijo mayor no me saluda y eso me pone triste.Ricardito se levantó y al llegar ella hasta él, se abrazó a su vientre.—Mami, estoy feliz que estés de regresa a casa.Ella lo rodeó con sus brazos y besó su cabecita.—Ya están muy altos todos… Me ducho y regreso con ustedes.Isabel regresó con ropa casual y su bolsa de salir. —Vamos a comer helados. La tarde esta calurosa
Cap. 55: OTRARicardo llamó al detective:—Necesito que se vaya A Aguarda de nuevo, es la misma mujer que quiero que me la siga vigilando, ahora mismo salga para allá y se queda allí apostado. Debe seguir con el trabajito que le asigné.—Seguro, ya salgo para allá de nuevo.Ricardo encendió el vehículo y salió a gran velocidad del hospital. Iba llegando a su casa cuando recibió una llamada de Guzmán.—Jefe… La vida es una mierda…Ricardo se sorprendió al oírle-—¿Guzmán, hermano ¿Qué pasó?—Jefe, mi hembrita no es mi hembrita. Tiene su hombre, ya… Ella misma lo escogió. Me lo dijo su padre. Me engañó.—¿Dónde coño estás?—Estoy en el infierno. El viejo Arruti me dio dos patadas y me mandó al infierno, Jajaja ¡Ay!—Estás borracho, dime ¡dónde coño estás! Ricardo dio la vuelta en U y se fue a gran velocidad con el GPS. En unos 20 minutos llegó al bar donde estaba Guzmán.Tenía una botella de Whisky vacía y la otra a medias. Ricardo pidió un vaso y se sirvió un trago, lo saboreó
Cap. 56: CONOCIDOSRicardo levantó la vista al oír el sonido de una cámara. Un hombre que tenía el celular en sus manos, conversaba con otro, mientras simulaba ver algo en él, pero realmente estaba tomando fotos a la mesa de Ricardo. Este se levantó y le quitó el teléfono de la mano y lo tiró al piso dándole un fuerte pisotón.Luego le preguntó:—¿Por qué nos tomabas fotos?—Señor, ¿qué le pasa? Yo sólo estaba viendo las fotos de mi novia en bikini.—Bueno —Ricardo resoplaba—, entonces disculpa, yo te repondré el teléfono para que le tomes nuevas fotos a tu novia mañana en la playa.Ricardo sacó dinero de su bolsillo y se lo puso al hombre en la mesa. Este, recogió los billetes y salió maldiciendo. Ricardo Levantó a Guzmán y se lo llevó hasta el auto.« ¡Maldita sea! Estoy paranoico con toda esta vaina de Eneida, ya desconfío hasta de mi sombra »Ricardo subió a Guzmán hasta una habitación de huésped en su casa y se fue a dormir. Sólo que fue muy poco lo que durmió. No sacaba de su
Cap. 57: TELÉFONOS—Ricardo ¿Cuándo llegaste? — le preguntó Isabel quitándole el teléfono a Brizna que veía las fotos. Ricardo se percató del gesto de Isabel y entonces sacudió la cabeza.—Espera, ¿qué veías, Brizna? —Ella miró a Isabel y sin más lo soltó.—Fotos que le pasaron a Isabel anoche a su celular ¿Dónde está Guzmán? ¿Por qué él también esta fotografiado allí con una linda chica a su lado anoche?Ricardo cerró los ojos y apretó los puños.—¡Maldita sea! Lo sabía, el desgraciado estaba tomándonos fotos —. Levantó la mirada a Isabel. Y sacó su teléfono —Esto también me llegó a mi ayer, permíteme ver si es del mismo número.Isabel abrió sus ojos desmesuradamente y le entregó el celular, iba viendo junto con él todas las fotos de ella con Alberto, y todo lo que le habían pasado a él también. —¡Sí! —exclamó Isabel al ver el mismo número en su pantalla, mientras Ricardo leí el mensaje que ella envió de retorno… Ella apresurada le quitó el teléfono…—Déjame que ponga a mi gente