Gracias por leer "Los hijos ocultos del CEO" a escasos capítulos de su emotivo final. M. DÍAZ - AUTORA
Cap. 128: VINO BLANCOUnos días después...Es el día de la cena familiar, algo que habían acordado desde que regresaron de Londres, con la idea de conversar en familia, afianzar lazos, apoyar y prestar ayuda a cualquier miembro de la familia que así lo necesitara, incluso Sofía se comunicaba vía internet y les acompañaba desde Francia.Esa mañana Isabel se fue, junto con Maita, para hacer las compras de la cena familiar de esta noche, Isabel quiso preparar la comida preferida de los niños y de Ricardo, que es la paella marinera. Durante las compras en el mercado, Isabel se percató que alguien la estaba siguiendo, así que se apresuró en ello.—Maita, usted vaya escogiendo las frutas que yo me encargó de los vegetales para irnos pronto.Maita se fue al puesto de frutas e Isabel sintió pronto a una mujer a su lado, llevaba un tapabocas puesto y una gorra baja a las cejas, se pegó a su espalda y le susurró:—La espero esta noche a las 7 en Juegos Cibernéticos, no se quiera pasar de lis
Cap. 129: ¡¿VINO?!El día que llamó a Dana, después de ponerse de acuerdo con el detective, ella le dijo que la contactaría después para encontrarse. El detective le entregó un micrófono como botón para colocarse y activarlo en el momento en que fuese a encontrarse con ella, para así tener la localización del lugar donde estaban y caerles para apresar a la mujer.***Ricardo entró a la cocina.—¿Dónde está la señora?—Le dejó dicho que no había vino blanco y salió a comprar —respondió MaitaRicardo miró la porta botellas y frunció el ceño.—¿Qué no hay vino?—Señor Ricardo, ella actuó extraño después de una mensaje telefónico y hoy en el mercado una persona extrañamente se le acercó, yo estaba alejada de ella, pero vi que le habló al acercársele, después la señora estuvo nerviosa.Ricardo masculló:—¿Vino?... ¡Vino! —Exclamó convencido—. Claro que vino, esa desgraciada vino y está con ella ahora... Y sin esperar un segundo corrió escaleras arriba.«¡Maldita sea! Isabel, ¿Cómo olvi
Cap. 130: FAMILIAEfectivamente, el hombre se percató del movimiento de la mujer. El aspecto de los acompañantes y la forma en que la mujer la tomó por la espalda fueron suficientes para que el dueño del restaurante entrara de inmediato a su oficina y llamara a la policía.—Espera, Dana, me estas maltratando —le gritó Isabel, y de un tirón en su mano se soltó del agarre.La mujer se volvió a ella molesta y alzó su mano para abofetearla, pero Isabel fue más rápida y largó su mano —¡Paff!—una vez, dejando a Dana tambaleándose con la mano en alto, pero antes de que terminara de bajarla vino el retorno de aquella mano y —¡Paff!—le dio en reverso.—Esto por irrespetar mi casa y mi familia, atreviéndote a tratar de besar a mi marido. ¡Igualada!—Perra —le gritó Dana, encimándose a Isabel, pero una mano fuerte y grande la sostuvo doblegándola hasta arrodillarse… —Te advertí que no te metieras con mi familia —le gruñó Ricardo.Isabel sonrió al ver que estaban todos, los detectives, don M
Cap. 131: A MI LADORicardo insistió en llevarla al médico a revisar después de los acontecimientos de la noche anterior. Fue muy tierna y motivadora la visita al médico ese día, el obstetra les mostró el rostro de Isabelita en el monitor, totalmente nítido, ambos se sorprendieron al verla tan igual a Isabel, y ya formada totalmente.—Todo marcha bien…Ella está muy crecida, hasta creo que es conveniente practicarle una cesárea en unos meses más, apenas entré en la semana 36, ya que la niña está muy desarrollada, lo que pudiera provocar adelantarse el parto.—Pero no soy primeriza —comentó Isabel—. Mi primer parto, a pesar de ser trillizos, fue muy tranquilo y normal y después la pérdida, si fue dolorosa, pero por la caída y la pérdida de sangre. —Igual recomiendo que es mejor no arriesgarse, que sea internada en esos días de la semana 36, además deberían ir considerando la esterilización de una vez, ya que es arriesgado otro embarazo para usted, señora Isabel. —No se preocup
Cap. 132: LA MANCHA Ricardo camina de un lado a otro, Guzmán hace lo mismo. Se detienen uno frente al otro. —¿Oíste algo? —Pregunta Ricardo—No oí nada —contesta Guzmán.—Maldita sea, no se oye un solo llanto—masculle Ricardo.—Ni siquiera un grito más de Brizna, ya me estoy desesperando.En ese momento se oye un llanto de niño, es agudo y muy alto, viene de la sala donde atienden a Isabel, y de seguido otro más alto aún de donde está Brizna. Ambos se ven la cara y un caluroso abrazo surge entre los dos.—Soy padre de nuevo, hermano —dice Ricardo emocionado.—Dios mío soy padre, ahora soy padre —grita Guzmán entusiasmado.Los dos médicos salen y ambos corren a ellos.—¿Cómo esta mi esposa? —se oye al unísono.—Felicitaciones, señor Del Hoyo, ambas están sanas y hermosas —dijo el médico. Puede pasar a verlas.Ricardo iba en carrera al cuarto de batas cuando recordó a Guzmán, al salir lo vio pensativo y se acercó a él.—Hermano, ¿sucede algo?—Esa mujer no quiere verme… —le dijo c
Cap. 133: ¡QUE FELICIDAD, TODA MI FAMILIA AQUÍ! Ricardo está llegando del médico, le acaban de hacer la esterilización, duro menos de 30 minutos, Isabel lo acompañó y viene con él, la niñera de Isabelita esta con ella en el jardín tomando el sol mañanero. —Ricardo, ¿seguro te sientes bien? —Sí, sólo un poco de incomodidad y ardor. El médico dijo que esto pasa pronto. —Vamos a la habitación. Isabel estuvo todos esos días pendiente de la dieta y el cuidado de él, sin descuidar a los niños, sobre todo a Isabelita que tenía que amamantarla. Esa noche Ricardo fue a su habitación y la vio dormitarse desde la puerta. La vio sacudir su cabeza tantas veces luchando con el sueño mientras veía constantemente el reloj. Hasta que sonó la alarma y ella se levantó de inmediato cuando tropezó con él. —Ricardo ¿Qué haces ahí? Es hora de tu medicamento. —¡Maldita sea! ¿Isabel hasta cuando serás tan entregada? Por favor mírate… —Ricardo mesó sus cabellos. —Ricardo, ¿Por qué dices eso? Tr
Cap. 134: RECORRIENDO EL MUNDO(Capítulo final)Un año después, en la mansión del Hoyo…Isabel despierta sobresaltada, y presurosa llama a Ricardo.Ricardo, Ricardo, despierta, hoy es la cena con la familia, los chicos deben ser llevados al pediatra y tú aún no quieres levantarte.Ricardo abre un ojo mientras el otro lo mantiene cerrado y la jala de nuevo a su lado.—Ven aquí… Anoche estuviste muy osada… ¿Quién te dijo que podías ser así? —le dijo, mientras le acariciaba los labios.Isabel se sonrojó y con su mentón un poco nervioso dijo:—¿De veras estuve muy osada? —Ricardo sonrió.—Me siento tan feliz de que seas tú misma en la intimidad, sin miedos y sin tabúes… Libre. Que seamos tú y yo al desnudo…—¿Sí? Entonces ¿puedo? —preguntó mientras se sentaba a horcajas sobre él. —¡Jajajaja! Eres única, mi Isabel —la apretó entre sus brazos mientras ella se mordía el labio inferior metida debajo de la barbilla de él, con mirada pícara.—Ricardo, a veces pienso que todo lo que hemos v
Cap. 1: CALUMNIAS —¡ISABEL! —Ricardo Del Hoyo, la llama desde la puerta. Isabel es su esposa, y él le llama para que lo acompañe a despedir a los invitados que ya se están marchando, ha sido la celebración del cumpleaños 59 del señor Marcos Del Hoyo, el padre de Ricardo. Isabel, oye que su esposo llama y abre sus ojos aún como en una ensoñación de la cual no logra terminar de despejarse, sus ojos ruedan al peso que siente sobre sus piernas, se sorprende y se rueda hacia atrás en la cama, sus ojos muy abiertos al darse cuenta de que tiene encima medio cuerpo desnudo de un hombre desconocido. El hombre levanta la mirada hacía ella: —¿Quién es usted? ¿Qué hace aquí? —le pregunta ella, empujándolo de su lado. Esta como perdida y no entiende la situación, sin embargo se levanta, pero aún da traspiés, busca su vestido, pero no lo ve, jala una sabana y se cubre con ella. —¿Isabel? ¿Eres tu verdad?——su esposo pregunta tocando la puerta. Aquél desconocido, al oír que quien habla es e