Cap. 48: ¿HERMANA? – PARTE IHoras previas al festejo del Tricumpleaños…Eneida iba al garaje y vio a Marcos, desayunando solo en el jardín, se acercó y le preguntó:—¿Por qué desayunas solo? ¿Mara sigue molesta contigo?Don Marcos le contó lo acontecido esa mañana.« Si Mara sigue presionando a Marcos, este va a devolver a los niños, y si Ricardo queda sólo, Sofía se meterá en su cama y eso no me conviene »—Quédate con la niña. Todos los trillizos se sienten incompletos si no están juntos durante su primera infancia. Tú, con una llamada, tienes la custodia en un tris.Como si decía cualquier chiste, se rio y subió a su auto.Don Marcos quedó calentando la idea. Luego, cuando iba al jardín, Sofía venía con los niños después de las compras. Don Marcos conversó con ellos sobre los regalos y luego que los niños siguieron a la habitación, él preguntó a Sofía:—¿Cómo te está yendo con los niños? Veo que te llevas bien con ellos ¿te hacen caso?—Ah, sí, pero hoy están tristes, su herma
Cap. 49: HERMANA – PARTE IIRicardo sintió que su corazón dio un vuelco al oír la voz de su madre en el umbral de la puerta. Sabía que tenía que actuar con cautela, porque sus padres tampoco podían tener impresiones fuertes. Se quedó de espalda bajando la cabeza y poniéndose sus dos manos en ella.—Mara, es algo entre Ricardo y yo —dijo don Marcos.—Ah, ¿no me piensan decir que está pasando? — Mara se dirigió a Guzmán.—Por favor, muchacho, ve y trae a la niñera, que Ricardo quiere decirle algo.—Mamá ve a dormir, luego hablaré contigo.Mara caminó hasta donde estaba Ricardo y le quitó las manos de la cabeza, al ver la venda se ofuscó:—¿Ricardo, hijo que te pasó? ¿Por qué estás así?—No me ha dejado llamar al médico —dijo Marcos.—Mamá, este hombre te dijo que le iba quitar la niña a Isabel cuando viniera hoy al cumpleaños de los trillizos.—¿Qué dices? —Preguntó Mara y se volvió a Marcos y le habló molesta —: ¿Qué fue lo que hiciste? ¿Hasta cuándo te metes en la vida de Isabel
Cap. 50: HERMANA – PARTE IIIRicardo quedó con un sabor amargo en sus labios, cuando Ricardito salió de la clínica, descendieron dos lágrimas lastimeras. Ahora tenía que enfrentar su realidad, y esa era sólo una, Eneida.***Guzmán llegó a donde Brizna y ambas mujeres corrieron afuera. Isabel corrió a tomar a sus hijos en sus brazos, ya estaba más tranquila y ella siempre sonreía para sus hijos.—Mami, papi llegó de su viaje —le dijo Ricardito, Isabel volvió sus ojos a Guzmán y este asintió.—Señora Isabel, el jefe le manda a los niños para que estén con usted hasta que el los vaya a buscar, y será como dentro de un mes, porque… —Guzmán se quedó callado un instante y luego continuó—. Perdón, mañana temprano yo mismo la llevaré al puerto con los niños, mi jefe irá luego por Ricardito y Marcus. Doña Mara le llamará para explicarle, pero el jefe le manda a decir que Maiara no se quedará en la casa de los Del Hoyo.Brizna, que estaba aún echando chispas, tomó a Isabel del brazo y le dij
Cap. 51: SORPRENDIDOSMara se quedó helada en la puerta de la habitación de su hija. Desde allí pudo oír claramente lo que Ricardo le decía a su hermana.—¡HABLA! Son muchas las vainas que me tienes que explicar, ¡hermana! —Eneida estaba temblorosa, trató de zafarse, pero Ricardo no la dejó—. Le metiste en la cabeza a mi padre que le quitara la niña a Isabel. Tú fuiste quien lo hizo.—¡Suéltame! —exclamó Eneida. Ricardo la empujó soltándola y jalando el diván se sentó frente a ella, aún seguía la habitación en penumbras—. No sé de dónde carrizo sacaste esas vainas, yo no sé de qué me hablas.—Lo sabes muy bien. ¿Sabes dónde estaba? ¿Sabes quién me partió la cabeza a traición y luego casi me mata de un disparo en la cabeza?Eneida tartamudeaba.—Se…, se…, seguramente en un riña de bar donde te lo pasas metido.—Yo estaba en Francia y no en un bar precisamente… Fue tu amiguito francés. ¿Lo recuerdas? Lo hizo para que le devolviera su teléfono, porque lo tengo yo…Eneida cayó senta
Cap. 52: DECISIONES Isabel quedó preocupada después de enterarse que Ricardo y Mara estaban lastimados en el hospital. —Guzmán, sé que no debes decirme nada, incluso ahora mismo entiendo a Ricardito que se debate entre una promesa y su deber como hijo conmigo, pero sólo quiero saber cómo esta Ricardo realmente y si puedes lo llames para saber de doña Mara, ella es alguien bien significativo para mí.—Está bien, señora Isabel.Guzmán bajó a llamar a Ricardo, pero este no le contestó. Guzmán entró de nuevo.—Señora Isabel me deja que cargue la pila aquí…—Claro Guzmán, ven aquí.La niñera llamó a los niños para el aseo diario y prepararlos para el agasajo, cuando se bañaban, el teléfono de Ricardito estaba repicando en el estudio, Isabel entró y al ver la llamada entrante era de Ricardo. La aceptó y lo puso en su oído, pero no se percató que era video llamada. Oyó a Ricardo decirle:—También amo tu oreja, tu mejilla… —le oyó reír. Al Isabel ver la pantalla, ya había colgado —ocultó s
Cap. 53: PROYECTODespués de 15 días, Mara se recupera positivamente en la clínica, la estaban pasando a una habitación.Eneida esta con su mamá en la habitación, don Marcos esta medio dormido en el diván que le han colocado al lado de Mara.—Mamá, estás como incómoda, déjame arreglarte las almohadas.Mara se revolvió cuando ella la tocó y le rezongó como pudo.—¡Hum, hum!—Mamá ¿qué tienes?Marcos se despertó con el chillido de Eneida, Mara cuando la sacudió para quitársela de encima, le dio una bofetada con el dorso de la mano.—Mara, ¿qué te pasa? ¿Qué comportamiento es ese con tu hija?Mara se volvió a verla, sus labios estaban tensos y apenas si los podía mover.—¡Ve…, te! —Le soltó enojada.Ricardo ha dejado los moretones y la hinchazón y la herida ha cerrado, aunque todavía no ha cicatrizado del todo. Él estaba llegando a la habitación. Mara desmesuró sus ojos. Ricardo se acercó y la abrazó.—Mamá, quédate tranquila —se volvió a Eneida y le dijo con desdén —. ¡Sal!—Papá —c
Cap. 54: FOTOS Y... MAS FOTOSLos tres niños se sentaron en las escaleras: Esperaban a su mama. Ya eran las 4 de la tarde cuando Isabel llegó, su rostro enrojecido. Marcus y Maiara corrieron a su encuentro.—Mami, roja estás, ¿hay sol mucho hoy?—Sí, hijo. Caminamos un poco —Alberto bajó del auto.—¡Hola chicos! Ya vieron mi auto. ¿No está güey, Marcus?—Sí, tío. ¡Güey está! Pero gusta más auto mío de rojo…—Sí, Marcus, pero este está bonito —opinó Maiara.—Hasta mañana Isa, te llamo luego —dijo Alberto, mirando de reojo a los niños. —¡Hum hum! —respondió Isabel. Ricardito seguía en las escaleras sentado.—Mi hijo mayor no me saluda y eso me pone triste.Ricardito se levantó y al llegar ella hasta él, se abrazó a su vientre.—Mami, estoy feliz que estés de regresa a casa.Ella lo rodeó con sus brazos y besó su cabecita.—Ya están muy altos todos… Me ducho y regreso con ustedes.Isabel regresó con ropa casual y su bolsa de salir. —Vamos a comer helados. La tarde esta calurosa
Cap. 55: OTRARicardo llamó al detective:—Necesito que se vaya A Aguarda de nuevo, es la misma mujer que quiero que me la siga vigilando, ahora mismo salga para allá y se queda allí apostado. Debe seguir con el trabajito que le asigné.—Seguro, ya salgo para allá de nuevo.Ricardo encendió el vehículo y salió a gran velocidad del hospital. Iba llegando a su casa cuando recibió una llamada de Guzmán.—Jefe… La vida es una mierda…Ricardo se sorprendió al oírle-—¿Guzmán, hermano ¿Qué pasó?—Jefe, mi hembrita no es mi hembrita. Tiene su hombre, ya… Ella misma lo escogió. Me lo dijo su padre. Me engañó.—¿Dónde coño estás?—Estoy en el infierno. El viejo Arruti me dio dos patadas y me mandó al infierno, Jajaja ¡Ay!—Estás borracho, dime ¡dónde coño estás! Ricardo dio la vuelta en U y se fue a gran velocidad con el GPS. En unos 20 minutos llegó al bar donde estaba Guzmán.Tenía una botella de Whisky vacía y la otra a medias. Ricardo pidió un vaso y se sirvió un trago, lo saboreó