Lía se sentía complacida al verlos con esos rostros como si le hubiesen drenado la sangre, el primero en levantarse fue don Tulio el bisabuelo de Marcos, ninguno podía soportar ver a la mujer y a una niña exactamente igual a la pequeña Lía que aún se mantenía sentada en la mesa con una sonrisa, disfrutando el espectáculo.
—¡Esto no puede ser! ¿Quién eres tú? No puedes ser ella, porque Lía tiene más de cuatro años muerta —mencionó el hombre tratando de levantarse de su asiento, mas su impresión era tanta, que volvió a caer en el asiento, mientras llevaba su mano al pecho, como si estuviera a punto de infartarse.
—¡Debe ser una impostora! —exclamó Oswaldo.
—Esto debe ser un sueño —habló doña Emilia.
Todos estaban consternados, la veían como si se
Ante las palabras de Marcos, los presentes se miraron unos a otros, algunos preocupados, otros con incredulidad. —No te creo capaz de poner en peligro a tu familia —expresó tratando de quitarle importancia don Tulio. —¿En serio son mi familia? Para mí hasta ahora mi única familia son mis hijos y mi esposa, en cuanto ustedes para mí ahora no son nada. Mientras no se decidan a hablar les va quedando menos minutos, si no creen en mis palabras, deberán tomar el riesgo, de esperar que transcurra el tiempo y allí sabrán si les digo o no la verdad —pronunció con tranquilidad. » Como mi padre y los niños de la familia son inocentes, les suministraré el antídoto de inmediato. La primera en romper el silencio fue su madre. —Hijo, voy a contarte lo que sé...Voy a decirte la verdad, yo jamás hubiese querido ser partícipe de lo sucedido con Lía… —se pasó la mano por la cabeza en un gesto de desesperación—. Pero Oswaldo tu tío me mostró unas pruebas donde t
Marcos llamó a la policía, quienes se presentaron en la casa y detuvieron a don Tulio, a Oswaldo padre e hijo, Halley y hasta a su madre, los niños miraron con tristeza como era apresada y subida en la patrulla.Sus miradas se cruzaron con la de ella, mientras observaban cómo las lágrimas surcaban su rostro, y ellos sentían su corazón encogerse, porque después de todo habían sido criados por su abuela quien siempre les dio amor, fue la única que les habló de su madre y hasta les colocaba videos y la mantenía siempre presente entre ellos, incluso mantuvo vivas sus esperanzas de que algún día aparecería y así fue. —Papá no dejes que se lleven a la abuela —habló en tono suplicante Diego. Marcos se acuclilló poniéndose a la altura de su hijo. —Diego, sé cuánto te angustia ver a tu abuela ser detenida, pero ella hizo algo no debido. —No la escuchaste decir que envió a un médico para proteger a mi madre, si no es por esa acción de su part
Marcos y Lía se alejaron, sintiendo que sus rostros se ruborizaba hasta la raíz de los cabellos.—Los niñ0s deben aprender a tocar la puerta de las habitaciones, sobre todo si van a entrar a la habitación de sus padres —habló Lía con un tono de aparente irritación, aunque su expresión era de dulzura.—Si mamá —respondieron al unísono y corrieron hacia ella quien no dudó en abrazarlos, inhaló su aroma impregnándose de ella.—No tienen idea de cuánto me gustaría dejarlos así pequeños y disfrutarlos todo lo que no he hecho durante estos años —mencionó con un deje de nostalgia.Sabía que debía aprovechar cada momento con ellos porque los niñ0s crecían pronto y cuando fuesen adolescentes quizás ya no quisieran estar mucho tiempo con ellos.—Yo dor
Nueve años y medio despuésLos chicos estaban ansiosos por ir a ese campamento de verano, sin embargo, el problema es que los cuatro querían asistir, pero temían dejar a sus padres solos, nunca lo habían hecho, a pesar de ser unos adolescentes aún los cuidaban para no tener más hermanos. Por eso discutían en la sala de estar ubicada en el primer piso.—¡No podemos irnos los cuatro! Por lo menos uno de nosotros debe quedarse con el déspota y la tirana, ellos no pierden la oportunidad de encerrarse a solas a hacer… eso que ustedes saben —dijo Bianca sonrojándose, porque ya hace mucho tiempo había leído del tema y sabía perfectamente como venían los niños al mundo y lo que les gustaba hacer a sus padres.—Ellos viven teniendo sex0 como mis conejos, si no nos respetan la cara a nosotros estando aquí y s
Esa noche Lía se fue a dormir a la casa que fue de sus padres con sus hijos, antes de irse incluso organizaron todo lo que llevarían a su campamento y aunque los chicos intentaron persuadirla para no irse, no lo lograron.—Mami, quizás deberías hablar con mi padre, no está bien que estén molesto, no nos gustan las discusiones entre ustedes —cuestionó Diego con preocupación, porque a pesar de no querer dejarlos solo por miedo a tener más hermanos, tampoco deseaban que estuvieran separados.—No te preocupes Diego, ninguno de ustedes debe hacerlo, dejen quieto, los problemas entre su padre y yo, solamente nos interesa a nosotros —declaró con firmeza.—La idea de dejar sola a mi mamá no me parece atractiva —habló el sobre protector Marco.—No me voy a quedar sola, llamaré a tus abuelos Eugenia y Marcos, para que me acompañ
Cuando llegaron a las instalaciones del campamento, Marco frunció un poco el ceño, aunque había estado ansioso por ir al campamento de verano, ahora que llegó allí no le pareció buena idea, sobre todo porque no esperó estar casi por completo incomunicado del mundo exterior.—¡Ay madre! Supiste hacérmelo —pensó con un poco de incomodidad—. Creo que me equivoqué al venir, me hubiese quedado con mi padre y así apaciguaba su ira para que no hubiese conflicto entre mi padre y ella. —murmuró para sí mismo. Dio un suspiro de resignación y bajó del autobús, apenas dio tres pasos cuando se acercó una chica con una ropa bastante escotada, tirándosele encima.—Hola, Marco ¿Te acuerdas de mí? —lo interrogó una chica, ojos grises, cabello castaño, con una estatura un poco más baja a
Bianca se quedó viendo al chico, sin poder ocultar su temor, su expresión no auguraba nada bueno, la maldad reflejada en su rostro era demasiado notoria, de manera involuntaria retrocedió, tratando de poner distancia entre ellos dos, iba a echar a correr, cuando él la tomó por el brazo agarrándola con fuerza y clavándole las uñas en la piel.—¿A dónde crees que vas muchachita? —preguntó en tono burlesco.La jovencita trataba de liberarse, sin embargo, mientras más intentos hacía, más fuerte la sostenía.—¡Suéltame! ¡Aléjate de mí! No te me acerques —a pesar de intentar que sus palabras salieran con firmeza, su voz tembló un poco.El muchacho hizo caso omiso de su petición, esta vez la tomó con fuerza de la muñeca y la arrastró hacia la parte trasera de la edific
La chica corrió como si cientos de demonios la persiguieran, sin dejar de reír a carcajadas por la travesura que acababa de hacer, la cola que cargaba en su cabello se soltó y este cayó en cascadas sobre sus hombros, la luz del sol se reflejaba sobre ellos haciéndolos más brillantes, sus mejillas sonrojadas y acaloradas le daban un aspecto travieso y seductor. Iba tan entretenida riéndose de su fechoría, cuando se llevó por delante el cuerpo de un hombre y cayó de bruces en el suelo aterrizando en la tierra, lastimándose los glúteos.—¡Idiota! ¿Acaso no ves por dónde caminas? —espetó el muchacho hecho una furia.Escuchar al hombre insultarla, agitó la furia en su interior, en ese momento agradecía estar disfrazada de Lía, porque al parecer cargar su ropa le daba una valentía que normalmente no ten&iac