Marcos y Lía se alejaron, sintiendo que sus rostros se ruborizaba hasta la raíz de los cabellos.
—Los niñ0s deben aprender a tocar la puerta de las habitaciones, sobre todo si van a entrar a la habitación de sus padres —habló Lía con un tono de aparente irritación, aunque su expresión era de dulzura.
—Si mamá —respondieron al unísono y corrieron hacia ella quien no dudó en abrazarlos, inhaló su aroma impregnándose de ella.
—No tienen idea de cuánto me gustaría dejarlos así pequeños y disfrutarlos todo lo que no he hecho durante estos años —mencionó con un deje de nostalgia.
Sabía que debía aprovechar cada momento con ellos porque los niñ0s crecían pronto y cuando fuesen adolescentes quizás ya no quisieran estar mucho tiempo con ellos.
—Yo dor
Nueve años y medio despuésLos chicos estaban ansiosos por ir a ese campamento de verano, sin embargo, el problema es que los cuatro querían asistir, pero temían dejar a sus padres solos, nunca lo habían hecho, a pesar de ser unos adolescentes aún los cuidaban para no tener más hermanos. Por eso discutían en la sala de estar ubicada en el primer piso.—¡No podemos irnos los cuatro! Por lo menos uno de nosotros debe quedarse con el déspota y la tirana, ellos no pierden la oportunidad de encerrarse a solas a hacer… eso que ustedes saben —dijo Bianca sonrojándose, porque ya hace mucho tiempo había leído del tema y sabía perfectamente como venían los niños al mundo y lo que les gustaba hacer a sus padres.—Ellos viven teniendo sex0 como mis conejos, si no nos respetan la cara a nosotros estando aquí y s
Esa noche Lía se fue a dormir a la casa que fue de sus padres con sus hijos, antes de irse incluso organizaron todo lo que llevarían a su campamento y aunque los chicos intentaron persuadirla para no irse, no lo lograron.—Mami, quizás deberías hablar con mi padre, no está bien que estén molesto, no nos gustan las discusiones entre ustedes —cuestionó Diego con preocupación, porque a pesar de no querer dejarlos solo por miedo a tener más hermanos, tampoco deseaban que estuvieran separados.—No te preocupes Diego, ninguno de ustedes debe hacerlo, dejen quieto, los problemas entre su padre y yo, solamente nos interesa a nosotros —declaró con firmeza.—La idea de dejar sola a mi mamá no me parece atractiva —habló el sobre protector Marco.—No me voy a quedar sola, llamaré a tus abuelos Eugenia y Marcos, para que me acompañ
Cuando llegaron a las instalaciones del campamento, Marco frunció un poco el ceño, aunque había estado ansioso por ir al campamento de verano, ahora que llegó allí no le pareció buena idea, sobre todo porque no esperó estar casi por completo incomunicado del mundo exterior.—¡Ay madre! Supiste hacérmelo —pensó con un poco de incomodidad—. Creo que me equivoqué al venir, me hubiese quedado con mi padre y así apaciguaba su ira para que no hubiese conflicto entre mi padre y ella. —murmuró para sí mismo. Dio un suspiro de resignación y bajó del autobús, apenas dio tres pasos cuando se acercó una chica con una ropa bastante escotada, tirándosele encima.—Hola, Marco ¿Te acuerdas de mí? —lo interrogó una chica, ojos grises, cabello castaño, con una estatura un poco más baja a
Bianca se quedó viendo al chico, sin poder ocultar su temor, su expresión no auguraba nada bueno, la maldad reflejada en su rostro era demasiado notoria, de manera involuntaria retrocedió, tratando de poner distancia entre ellos dos, iba a echar a correr, cuando él la tomó por el brazo agarrándola con fuerza y clavándole las uñas en la piel.—¿A dónde crees que vas muchachita? —preguntó en tono burlesco.La jovencita trataba de liberarse, sin embargo, mientras más intentos hacía, más fuerte la sostenía.—¡Suéltame! ¡Aléjate de mí! No te me acerques —a pesar de intentar que sus palabras salieran con firmeza, su voz tembló un poco.El muchacho hizo caso omiso de su petición, esta vez la tomó con fuerza de la muñeca y la arrastró hacia la parte trasera de la edific
La chica corrió como si cientos de demonios la persiguieran, sin dejar de reír a carcajadas por la travesura que acababa de hacer, la cola que cargaba en su cabello se soltó y este cayó en cascadas sobre sus hombros, la luz del sol se reflejaba sobre ellos haciéndolos más brillantes, sus mejillas sonrojadas y acaloradas le daban un aspecto travieso y seductor. Iba tan entretenida riéndose de su fechoría, cuando se llevó por delante el cuerpo de un hombre y cayó de bruces en el suelo aterrizando en la tierra, lastimándose los glúteos.—¡Idiota! ¿Acaso no ves por dónde caminas? —espetó el muchacho hecho una furia.Escuchar al hombre insultarla, agitó la furia en su interior, en ese momento agradecía estar disfrazada de Lía, porque al parecer cargar su ropa le daba una valentía que normalmente no ten&iac
Los esposos Esteban Ontiveros, luego del colegio de sus hijos terminaron yéndose a la casa de la infancia de Lía, entretanto Marcos decidió llamar a uno de sus guardaespaldas para que se llevara su auto a la mansión, mientras que él conducía el de su esposa.Apenas entraron a la casa, se desató la pasión de emociones entre ellos y como un día lo soñaron no hub0 ni un solo espacio de la casa donde la feliz pareja no se demostrara su amor, entre besos, caricias, abrazos, se entregaron a todas esas sensaciones que los llevaba al límite más alto del placer una y otra vez.Marcos cargó a Lía, la llevó de nuevo a la cama de la habitación principal sin dejar de abrazarla.—Amor, ¡Es increíble! Dos semanas en el paraíso con mi Eva personal —sonrió con picardía.—Y yo con mi Adán personal,
Doña Eugenia sintió una gran decepción en su interior, esperaba que su nuera negara lo que estaban diciendo sobre ella en las redes sociales, pero ahora la mujer confirmaba tranquilamente lo ocurrido como si se tratara de que estuviese hablando del clima, la rabia se agitó en su interior, respiró profundo para insuflar aire a sus pulmones, no podía creer que se hubiese equivocado con Lía, la miró a la cara, esperando ver su expresión sonriente, símbolo de estar bromeando, mas no era así, ella estaba muy seria. —¿Por qué? ¿Qué te hace falta? ¿Acaso mi hijo no te complace sexualment3? ¿Por qué debes buscar en la calle a otra persona, cuando tienes a mi hijo? Él es un hombre maravilloso… quizás déspota con todo menos contigo… porque te ama profundamente y es como un peluche cariñoso para ti que solo desea que lo mimes ¿Por qué me le haces esto? —interrogó la mujer con una mezcla de tristeza y de irritación. Lía iba a empezar a hablar, no obstante, Marcos parado en el ar
Marco se pasó la mano por el rostro en un gesto de desesperación, estaba metido en tremendo lío sin haber hecho nada.—Señora, está equivocada, yo no besé a esta niña, fue ella quien lo hizo, me ha estado acosando durante dos días ¿Cómo puede usted castigarme cuando yo soy la víctima? ¿Cómo pretende encerrarme a cumplir una sanción con mi acosadora? —expuso molesto.—Eso podrás explicárselo al director del campamento. Ahora caminen todos, ustedes tres niñas y tú ponte el vestido y deja de ser tan exhibicionista.—¿Exhibicionista? Si la gente se viste y anda en traje de baño ¿Por qué yo no puedo andar en brasier y panti? —ante el silencio de la mujer agregó —Hágase de cuenta que ando en traje de baño.Cuando Marco vio a su hermana en ropa interior,