Doña Eugenia sintió una gran decepción en su interior, esperaba que su nuera negara lo que estaban diciendo sobre ella en las redes sociales, pero ahora la mujer confirmaba tranquilamente lo ocurrido como si se tratara de que estuviese hablando del clima, la rabia se agitó en su interior, respiró profundo para insuflar aire a sus pulmones, no podía creer que se hubiese equivocado con Lía, la miró a la cara, esperando ver su expresión sonriente, símbolo de estar bromeando, mas no era así, ella estaba muy seria.
—¿Por qué? ¿Qué te hace falta? ¿Acaso mi hijo no te complace sexualment3? ¿Por qué debes buscar en la calle a otra persona, cuando tienes a mi hijo? Él es un hombre maravilloso… quizás déspota con todo menos contigo… porque te ama profundamente y es como un peluche cariñoso para ti que solo desea que lo mimes ¿Por qué me le haces esto? —interrogó la mujer con una mezcla de tristeza y de irritación.
Lía iba a empezar a hablar, no obstante, Marcos parado en el ar
Marco se pasó la mano por el rostro en un gesto de desesperación, estaba metido en tremendo lío sin haber hecho nada.—Señora, está equivocada, yo no besé a esta niña, fue ella quien lo hizo, me ha estado acosando durante dos días ¿Cómo puede usted castigarme cuando yo soy la víctima? ¿Cómo pretende encerrarme a cumplir una sanción con mi acosadora? —expuso molesto.—Eso podrás explicárselo al director del campamento. Ahora caminen todos, ustedes tres niñas y tú ponte el vestido y deja de ser tan exhibicionista.—¿Exhibicionista? Si la gente se viste y anda en traje de baño ¿Por qué yo no puedo andar en brasier y panti? —ante el silencio de la mujer agregó —Hágase de cuenta que ando en traje de baño.Cuando Marco vio a su hermana en ropa interior,
Marco no podía creer que Evan se hubiese atrevido a golpearlo, miró a Diego y una mirada de entendimiento se reflejó entre ellos, el joven dio un leve asentimiento de cabeza y como si estuvieran sincronizados se le fueron encima a Evan haciéndolo caer de platanazo de espaldas en el piso, pues el chico no se esperaba ese ataque.— ¡¿Qué diablos están haciendo?! —preguntó Evan un poco molesto.—Mi hermana es intocable, Evan Kyriakidis —declaró Marco rechinando los dientes con molestia—. Además, ya no eres persona grata en nuestra familia —mencionó con firmeza.—Sí, no eres bienvenido, porque Bianca sufrió mucho por ti, siendo tan pequeña lloraba porque tú la terminaste y rompiste no solo tu promesa, sino también su corazón ¡Eres un hombre sin palabra! Y ni locos te dejaremos que te acerques de
Todos miraron el lugar señalado por Marco, no supieron en qué momento el chico pudo haber descubierto esa salida, eso solo los hizo pensar que el chico tenía una mente muy aguda.—¿Cuál es el plan? —interrogó Evan.—Dos de nosotros y una de las chicas, escaparemos por este ducto, dejaremos varios regalos a la instructora y a su hija, tengo entendido que a primera hora de la mañana hay una conferencia con todos los alumnos en el auditorio del campamento. Justo allí al momento de su exposición, le daremos el regalo más importante.» Aunque previamente, dejaremos ciertos invasores en su habitación y en la litera de su hija ¿Qué les parece?—¡Genial! Y ya que es tan moralista deberíamos darle una sorpresa que provoque rumores sobre ella —habló Evans con una pizca de travesura en sus ojos.&
La profesora Conrado, salió de ese auditorio hecha una fiera, sin importarle cómo desde su cabeza se destilaba el barro, gusanos y desperdicios por todo su cuerpo, mientras era señalada y burlada por los estudiantes, no podía soportar semejante humillación, por lo cual su odio se fue propagando en su interior como un peligroso veneno. —¡Ya cállense infelices! Si no lo hacen voy a agarrar las lombrices y se las meteré en la boca para callarlos por las malas, si no quieren hacerlo por las buenas —espetó furiosa. La amenaza surtió efecto y enseguida las risas cesaron, y un tenso silencio se apoderó del lugar. Ella caminó por el pasillo, hasta llegar al aula de castigo dónde había dejado encerrado a los Estebans, al abrir la puerta los encontró acostados en las colchonetas, Marco tenía abrazada a Bianca y del otro lado estaba Evan, mientras Diego abrazaba a Lía y Zeus estaba acostado al otro extremo, en cuanto a Amadeus y a la chica que estuvo con Diego est
Cuando los chicos escucharon el tono de miedo en la voz de Evan empezaron a gritarle a la instructora.—¡Deténgase ahora mismo! Porque no respondo de mis actos —mencionó Marco. No obstante, la mujer estaba tan cegada por el enojo que hizo caso omiso de las palabras del joven.—Seguro está fingiendo, yo no volveré a caer en los juegos de unos diablillos que se creen más inteligencia a los demás —señaló riéndose hasta que Lía corrió hacia ella y utilizando su fuerza la derribó en el piso.En ese momento Marco tomó la manguera, pidió a su hermana apartarse y colocó el chorro de líquido a la mujer en el rostro haciéndola tragar agua y toser como loca, mientras ella le pedía detenerse.—Sí, me detendré tanto como lo hiciste tú cuando atacaste a mi hermana —
Cuando Bianca besó a Zeus pasaron tres cosas casi de forma simultánea, primero, se dio cuenta de su error, porque con ese acto ofendió a dos de las personas que más amaba, segundo, no sintió las mariposas que le hacía sentir Evans con los suyos, ni calidez, ni nada. Fue como si se hubiese puesto un cubito de hielo entre los labios, frío y sin sabor, tercero, percibió el enojo de Lía en su pecho, su hermana la odiaba y ella sintió ganas de llorar, le faltó de nuevo el aire y empezó a respirar con rapidez.No obstante, a los pocos segundos apartó a Zeus y se limpió la boca con el dorso de la mano de una forma desesperada, como si hubiera estado limpiándose de algo desagradable, mientras el chico la observaba de modo inexpresivo; ya Lía y Evan se habían ido, aunque al parecer se detuvieron en la entrada, porque ella los escuchó hablando con Diego en el ex
Escuchar las palabras del director fueron un tormento, quizás era un cobarde y no tan valiente como él se creyó, pero pensar que su pequeña había sufrido un paro respiratorio encendió las alarmas en su interior, con anterioridad escuchó sobre el tema y esa era una de las causas principales de muerte súbita, por eso sintiendo su vida en un hilo, preguntó. —Por favor, ¿Dígame cómo está mi hija? ¿Está viva? ¿Mi hija vive? —preguntó mientras se pasaba la mano por la cabeza sin poder contenerse y llamando la atención de su esposa, quien se acercó con un semblante de miedo. —Marcos ¿Qué pasa con mis hijas? ¿Qué les ocurrió? —interrogó desesperada, mientras un presentimiento se abría paso en su interior y el miedo surgía como una densa y fría nevada congelando hasta sus tuétanos. —Es nuestra niña, nuestra pequeña, nuestro angelito… sufrió un paro respiratorio —el rostro de Lía palideció, sintió que la tierra se abría bajó sus pies y la tragaba sin poder sosten
Lía respiró profundo, y como estaba a solos escasos minutos de agarrar a la vieja cacatúa, lanzarla al piso y dejar reluciente el piso de la clínica, cerró los ojos y pidió al cielo paciencia porque estaba segura de que si pedía fuerza terminaría matando a la cara de caballo de la abuela de Marcos.—¿No sabes de lo que estoy hablando? No te diré nada, solo toma mi celular y revisa las redes sociales, allí te darás cuenta de lo que te hablo —extendió el celular hacia el joven, él se quedó viendo con aprehensión, sin embargo, al final lo tomó y revisó.—¿Distingues a esas personas? —preguntó doña Emilia con una sonrisa de triunfo dándose cuenta de que había logrado su objetivo, buscar un aliado entre los hijos de Marcos.—La mujer es mi mamá —dijo el chico bajando