Lía no pudo contenerse, se abandonó al beso, mientras tomaba el cabello de Marcos, sosteniéndolo con fuerzas, no supo cuanto tiempo estuvo así, hasta escuchar un murmullo entre la gente, el rostro de la mujer se tiñó de carmesí porque se sintió avergonzada.
—Viste que el Hefesto te importa una mierd@, ¿Dónde se metió ese cobarde? —mencionó molesto.
—¡No le digas así! Es muy valiente, siempre nos ha defendido, si no te respondió el puñetazo, fue por respeto a los niños, es un hombre muy considerado que siempre predica con el ejemplo —aclaró Lía.
—¡Sigue defendiéndolo! Mientras más lo hagas más duro lo golpearé —espetó molesto, ella lo miró con un deje de tristeza—. ¿Te gusta? —ella negó la cabeza—Me parece bien, Hefesto no debe gustarte, solo debes amarme a mí y nunca dejar de hacerlo —pronunció sin soltar su mentón—.Te he extrañado cada segundo de mi vida, bebé, me destrozaste el corazón.
—Yo…no recuerdo nada, perdí la memoria, solo recuerdo cuando me
El pequeño Marco vio el rostro de angustia de Bianca y sintió contristarse su corazón, después de correr la niña cayó al suelo, al mismo tiempo que sus lágrimas rodaban presurosamente por su rostro.Su hermano fue el primero en abrazarlo, hasta que segundos después se unieron sus otros dos hermanitos.—Se lo llevaron, todo fue mi culpa, solo quería ver si se ponía celoso como papá —sollozó la niña sintiéndose muy triste.—Tranquila, vamos a encontrarlo, no debes preocuparte todo estará bien —respondió Marco calmándola.Unos minutos después llegó Hefesto que había salido corriendo tras los niños, desde el mismo momento cuando vio a unos hombres tomándoles fotografías, tuvo una corazonada, por eso corrió tras ellos, vio a los cuatro abrazándose y se sintió
Cuando Hefesto escuchó la voz del niño sintió una angustia muy fuerte en su pecho, sin embargo, se contuvo para no quebrarse, no podía preocupar a su hijo ni mostrar ningún signo de debilidad, aunque para él no era fácil, era lo único que le quedaba de Vania Katrina, su amada y difunta esposa, no podía perderlo. —Estoy bien papá, no debes preocuparte, no te dejes intimidar —habló el niño en tono suave. —Evan… Perdóname por mi culpa te llevaron… nunca olvides que te amo con todo mi corazón, solo a ti, y no deseo que te pase nada malo. Vamos a buscarte y a encontrarte y a esos malos le patearemos los traseros —sollozó Bianca. —No llores mi niña bonita, yo también te amo, todo estará bien —dicho eso le quitaron el teléfono y se puso el hombre al habla. —Ya lo escuchó, y estará bien mientras cumpla las siguientes condiciones, debe renunciar a sus cincuenta mejores cuentas recomendando a F4EV Evolution Investments, poner a la venta sus acciones, no d
Cuando los niños escucharon llegar a Marcos y a Hefesto salieron corriendo y emocionados pensando que traían consigo a Evan, más cuando se dieron cuenta de que no venía con ellos sus rostros cambiaron a uno de preocupación, la primera en romper el silencio fue la pequeña Bianca.—¿Y Evan? —interrogó la niña mirando hacia el auto como si tuviera la esperanza de que el niñ0 estuviera escondido para hacerles una broma y fuera a salir en cualquier momento.Los hombres llegaron a la puerta y terminaron de entrar.—Solo encontramos un galpón, donde los secuestradores cambiaron de auto, por lo cual estamos en las mismas y no sé qué hacer, temo por la vida de mi hijo, me angustio en pensar si hago lo correcto en no notificar a las autoridades —mencionó el hombre con una mezcla de preocupación y frustración.—Sabemos q
La pequeña Lía se paró y vio al hombre fijamente, este la tomó por el brazo y la hamaqueó, antes de que Marco pudiera salir en defensa de su hermana, está levantó su pequeña pierna y le propinó una patada con toda su fuerza en su parte noble, y salió corriendo inmediatamente. Miguel se dobló del dolor, su rostro se volvió carmesí y empezó a maldecir a la niña.—¡Maldit@ mocosa! Vas a pagármela —pronunció Miguel con voz estrangulada producto del dolor—¡Detenla! —le gritó a Marco quien lo miró de forma despectiva.—No puedo hacer eso, mi padre me enseñó que a las mujeres no deben tocarse ni con el pétalo de una rosa —mencionó el niño con indiferencia, lo cual hizo molestar más al hombre.—Esa pequeña granuja no es una mujer un engen
Miguel estaba indignado, era verdad que quería vengarse del griego por como lo obligó a pedirle perdón a la mujer, pero no a costa de ganarse la enemistad del hombre más poderoso del país, incluso hasta del continente, se decía que la riqueza de Marcos no estaba centrada en las Empresas Estebans, más bien ese era su negocio para ocultar y simular ante los demás su verdadera riqueza, la cual era incalculable e incomparable, por eso su objetivo era vincular a su familia con los hijos del hombre.Su plan era, lograr que Miguel se hiciera amigo y cercano a los hijos de Marcos y cuando crecieran emparejar a Miguel con la niña y a la tonta de su hija Anaís, quien algún día debía servir para algo, para que al crecer pudiera enamorar al hijo mayor de Marcos quien seguramente lo sustituiría en el poder, ahora por culpa de esa gente, él podría perder todo por lo cual es
Marco y Diego, se giraron un poco para verse, sus corazones palpitaban con fuerza en sus pechos, y un sudor frío recorría sus espaldas, estaban asustados y a pesar de sus ingenios, no sabían qué hacer, estaban a punto de colapsar, hasta escuchar dos leves risitas ahogadas, se giraron y encontraron al par de diablillos de sus hermanas que se burlaban de ellos, mientras cada una de ellas sostenía una pistola paintball.—¡Pequeños demonios! ¿Acaso quieren matarnos de un susto? —reprendió Diego furioso a las gemelas, mientras Marco solo movía la cabeza de forma negativa.—Están de muy buen humor si aún tienen ganas de hacerle bromas pesadas a sus hermanos, después cuando a mí se me ocurran las mías, espero les provoque tanta gracia como esta —expuso con seriedad Marco bastante incómodo, sin embargo, toda rastro de molestia se esfum&oa
Los niños dejaron de celebrar, Marco se sintió culpable por dejarse llevar de la emoción a pesar de ser muy cerebral y ahora por culpa de eso, todos sus esfuerzos habían sido en vano, estaban a punto de ser sometidos por esos delincuentes.—Acérquense aquí pequeños demonios—, ordenó ayudando a liberar a uno de los hombres a quien cubrieron con el saco, sin embargo, unos segundos después, se escuchó un impacto y el hombre cayó juntó con su arma al suelo mientras emitía un alarido de dolor.Los niños se sorprendieron, al darse la vuelta estaba frente a ellos Hefesto, con una expresión fiera que ninguno había visto en el hombre ni siquiera Evan y Bianca quienes solo conocían de él esa faceta dulce, juguetona y amorosa, pero el aspecto de ahorita era indómita, despiadada.—¡Miserable! Ni se te ocurra hacerles da
Hefesto vio la expresión de Lía y Marcos y ambos echaban chispas, no era conveniente dejar a los niños allí, porque dentro de poco se armaría la guerra entre estos dos y no quería convertirse en daño colateral.—Niños, vayamos a la sala de juegos, tenemos unos entretenimientos espectaculares, pueden ver cualquier película que deseen. ¡Vamos! —los invitó al mismo tiempo de tomarlos de la mano para agilizar su salida.Por un breve momento los niños dirigieron sus miradas hacia sus padres, sin embargo, terminaron marchándose con Hefesto porque fueron ignorados por estos, pues estaban sumidos en una discusión.—No puedes obligarme a permanecer casada contigo, tenemos más de cuatro años separados. Entonces ¿Cuál es tu interés de estar conmigo? Tú tranquilamente puedes divorciarte y buscarte otra mujer en quien co