La señora Eugenia luego de recorrerla de pies a cabeza, fijó su vista en el rostro de Lía.
—Me saldrán raíces, esperando que me hagas pasar —expresó con un aire de dignidad.
—¿Quién es usted? —preguntó aunque sabía perfectamente de quién se trataba.
—¿Vas a fingir que no me conoces? —respondió con otra pregunta.
—Así como usted está fingiendo venir a socializar —respondió la chica de manera sarcástica.
—Punto para ti señorita, ¿Me dejarás pasar? —volvió a preguntar.
— Yo no la invité a venir y creo que su hijo tampoco ¿Por qué debería dejarla pasar? —interrogó.
—Porque necesito tener
Después de la partida de su suegra, Lía estaba intranquila, un creciente miedo se había apoderado de su ser, recorriéndola de pies a cabeza como una especie de corriente fría, era inevitable temer a lo desconocido, se preguntaba cómo iba a poder darse cuenta de las conspiraciones, si toda esa gente parecían buenos actores.En un principio, estuvo engañada porque creyó que la actitud de la abuela de Marcos no era sino un berrinche y un hecho aislado, mas cuando la señora Eugenia la puso sobre aviso de toda la situación, le costaba procesar de cómo podía haber gente tan intrigante y todo por el amor al dinero, por eso decían el amor al dinero es la raíz de todos los males, aunque bastante falta que hace el desgraciado, se dijo.Estaba muy distraída, al punto de no poder dejar de mover los engranajes de su cerebro, tratando de pensar en las posibles trampas que podían tenderle.—Lía... mi amor… ¡Bebé! —exclamó, fue allí cuando gi
Lía no podía creer el grado de maldad de la vieja cacatúa, ¿Cómo podía tratarla de esa manera, tan inhumana? ¿Qué mal tan grande le había hecho para hacerla blanco de su venganza?, se decía mientras la indignación crecía dentro de ella. Pero no estaba dispuesta a dejar eso así, no se iba a ir lisa, porque le iba a cantar sus verdades en la cara, poco le importaba que en ese momento todo el mundo hubiese salido y estuviera presenciando el espectáculo, hasta grabación estaban haciendo de lo ocurrido. —¡Suéltenme! ¡Brutos! ¿Acaso no saben tratar a una dama? —pronunció indignada. Empezó a moverse con fuerza hasta lograr liberarse de los hombres y caminó corriendo hacia doña Emilia para enfrentarla. —¡Vieja cacatúa! Atorrante, babosa, cretina, déspota, energúmena, Farisea, garrapata, hija del diablo, inhumana, Jalufa y no te sigo diciendo más, porque me da flojera desperdiciar mis insultos en gente como tú, solo respiras por la heri
Lía vio la expresión corporal y de enfado de Marcos y retrocedió, por un momento sintió como su corazón saltó en su pecho y una sensación fría la recorrió, se abrazó a sí misma, le dolía el rostro, tenía hambre y la actitud de su esposo no ayudaba nada, haciéndola sentir más miserable.Quizás se pasó de la raya, no debió haber actuado de esa manera al atacar a la señora y hacerle tragar el cheque, pero no pudo evitarlo, odiaba tanto las injusticias y le indignó mucho que ella quisiera comprarla, minimizando sus sentimientos por Marcos y haciéndola ver cómo una trepadora a quien solo le importaba el dinero.Ahora, allí estaba el hombre con una expresión férrea, apretando la mandíbula en un acto de completa fiereza, sintió miedo de ser echada de su vida, no
Ludovico detuvo sus pasos sin poder controlar sus nervios, el rostro de Marcos era una máscara de absoluta crueldad, vio a todos lados tratando de pedirle auxilio a alguien, aunque sabía que nadie lo iba a ayudar, porque hasta los guardaespaldas temían a su sobrino, por eso su única salida, era tratar de convencerlo que fue un acto no premeditado, solo así podría evitar ser golpeado, no obstante, su postura no presagiaba nada bueno. —¡Espera Marcos! Por favor, discúlpame. No puedes golpearme sin conocer mis razones. Tu mujer atacó a mi madre, ¿Cómo crees que se siente un hijo cuando ve esa situación? No pensé en las consecuencias, solo reaccioné por instinto —se justificó el hombre cobardemente. —¿En serio? ¿Reaccionaste por instinto? —preguntó Marcos arremangándose la camisa a la altura de los codos —. Entonces, voy a dejar que en este mismo momento, mis instintos tomen el control —pronunció con sarcasmo. Sin esperar un minuto más, agarró a Ludovico po
Marcos vio su expresión de molestia y enseguida se acercó a ella para hacerla cambiar de humor.—No te molestes, es que desde el mismo momento de creación de mi empresa, he preferido trabajarla yo mismo, en algunos casos dependiendo de mi agenda, he trabajado teniendo bajo mi supervisión a algunos stocks brokers, pero tú serías la primera que establecería con contrato, trabajando exclusivamente para mí.» Por otra parte, ya ubiqué varios edificios, los cuales deseo que me acompañes para adquirir uno de ellos y montar la sede de la empresa. Además, vamos a iniciar tu entrenamiento con lo relacionado al mercado de valores, su funcionamiento y productos de inversión que ofrecer, así como lo atinente a los fundamentos bursátiles. Marcos ante su sorpresiva llegada no pudo simular, no podía negar los hechos cuando las evidencias estaban claramente expuestas, la bolsa donde estaba arrojando la comida la tenía en la mano y la otra parte, estaba aún en el plato, no podía alegar algo distinto, así como también era notorio el creciente enfado de Lía.—¡No puedo creerlo Marcos! ¿Cómo te atreves a arrojar a la basura la comida que te preparé con tanto amor y dedicación? ¿Qué te costaba ser sincero conmigo y decirme la verdad, que no te gustaba la comida? Hubiese preferido eso, a sentir como despreciabas mis atenciones, con tu actitud pisoteaste mi buena voluntad, como si yo no tuviera ningún valor para ti, —ante su reclamo, las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas.Lía, estaba demasiado enojada, además de sensible y no podía detener su lamento, seCapítulo 36. Vertiginosa caída
Escuchar esa voz al otro lado de la línea sorprendió un poco a Marcos, pese a estar seguro de que las empresas Esteban's tarde o temprano terminarían llamándolo, no pensó sería tan pronto, ni su propia abuela quien lo haría, sobre todo porque era una mujer orgullosa, a la cual no le gustaba dar su brazo a torcer.No obstante, cuando escuchó la noticia financiera, sabía que la caída de las empresas de su familia era inminente y aunque aparentemente eso no debía importarle, aunque si le preocupaba, quizás porque se trataba del patrimonio familiar o porque durante toda su vida creció y fue formado para hacerse cargo de ellas, tenía apego especial, porque vio como su abuelo dejó todo por esa empresa su salud, así como también su padre sacrificó sus sueños por la misma.—Señora Estebans, la última vez cuando hablamos me echó de su familia, diciéndome que no era parte de ella, ¿Por qué ahora debería ceder ante su petición? —preguntó
Todos los presentes se quedaron sorprendidos, cuando vieron a Marcos tomar al médico por el brazo y caminar con él hacia la puerta, ante las protestas del médico.—¿Cómo se atreve a sacarme de mi propio consultorio? ¡Esto es un atropello! —exclamó el hombre indignado.—¿Atropello? Atropello para mí es usted aprovechándose de su condición de médico, quiera meterle la varita a mi esposa… —el médico lo miraba como si fuese un bicho raro o como si se hubiesen vuelto loco, pero Marcos permaneció tranquilo—, por eso se encargará la doctora, porque yo me opongo rotundamente a que usted lo haga.» Ahora siéntense allí en la antesala y espere a que la doctora atienda a mi mujer —y sin dejarlo agregar ninguna palabra adicional, le cerró la puerta en las narice