Estaba en mi cuarto poniéndome el vestido después de pasarme una hora y media arreglándome el pelo con la ayuda de Alli.
Ella había regresado a su cuarto a arreglarse también. Me puse un vestido discreto pero elegante.Era precioso y estaba pareciéndome a mi amiga. Me puse unos tacones negros al igual que mi bolsita donde guarde mi móvil y salí del cuarto.Allison estaba esperándome en el salón jugando con su móvil, ya suponía que se vería mucho más elegante que yo.—¡Wau! —se me quedó mirando —Estás hermosa, si tan solo te vistiera así siempre.—No te ilusiones tanto, haces que parezca que me visto fatal.—No, te vistes muy bien solo con un estilo diferente e informal.Salimos de la casa y conseguimos un taxi que en diez minutos nos condujo a nuestro destino.Cuando nos bajamos del taxi me quedé observando el lugar al que teníamos que entrar, teníamos que subir unos cuantos escalones para llegar a la entrada. Allison me alcanzó y me tomó del brazo.—No te preocupes, solo es una celebración, te divertirás, créeme. —Eso espero.Dejé que me condujera por las escaleras. Entramos por la puerta y alguien nos guió hacia la recepción donde estaba tomando lugar la ceremonia. Entramos y justo se estaba dando un discurso, procuramos no llamar la atención y nos sentamos en una de las mesas.Había mucha gente y ninguna de esas caras me era familiar, normal. En una esquina había distinto tipo de alimento y al otro lado había una barra donde se acercaban algunos a beber.—¿Necesitan beber algo señoritas? —Se nos acercó una chica con una bandeja de vasos de champán.—Gracias. —dijo mi amiga mientras cogía uno, me miró —¿No quieres?—No, estoy bien por ahora.No me apetecía nada todavía, mi concentración estaba en todo lo que sucedía en esta enorme sala, era todo elegante y decente. Se acabó el discurso y todos aplaudieron, ahora todo el mundo era libre de hacer lo que queria; algunos se reunían para conversar y reírse, otros en cambio se abrazaban, comían, bebían....—¡Hola! —Se acercó a nosotras el hombre que hacía un rato daba el discurso—Me alegra que hayáis venido ¿puedo sentarme? —Por supuesto —contestó Allison emocionada. Él se sentó a la mesa con nosotras.—Jessica, éste es Matt, el dueño de la escuela. Matt, ésta es Jessica, mi mejor amiga.Le di la mano.—Un placer conocerla. —Dijo con mi mano unida todavía a la suya.—El placer es mío. —Nos soltamos. —Es un poco joven como para ser dueño de una escuela como ésta. —Treinta y dos años. —Me dijo. — Llevo siete años en esto y he de confesar que al principio no fue mi fácil, pero toda constancia y sacrificio merece una recompensa ¿no cree?—Por supuesto.—Me alegra que os llevéis bien—habló mi amiga—porque aparte de ser el dueño de la escuela, también será nuestros chef.—¿En serio? —Pregunté, no me lo esperaba.—¡Es genial! —Parecía entusiasmado — Me alegrará mucho poder enseñarlas a las dos, el mundo de la gastronomía es muy interesante.Hablamos durante un buen rato, cuando hablaban los dos hacía parecer que la cocina lo era todo en la vida y por muy bello que lo pintaran sabía que no era para mí, pero no podía desanimarlos, iba a hacer mi mejor por ella. Matt parecía un tipo interesante, era amable y muy atento y tenía una sonrisa contagiosa, me estaba cayendo bien el tipo y sabía que a mi amiga mucho más, parecía que hablaban el mismo idioma. Se acercaron a nosotros otro chico y una chica atraídos por Matt, claro. Se presentaron, parecía que iban a ser nuestros compañeros. Mientras conversaban mi mirada viajó por la sala hasta la barra, no entendía por qué, pero me quedé quieta observando a un hombre que estaba charlando con una pareja, lo estaba mirando, lo estaba observando y no conseguía dejar de hacerlo. Era moreno y su corte de pelo le quedaba muy bien, era bastante atractivo, pero a parte de todo eso había algo en él que me llamaba tanto la atención que no sabía exactamente qué era. La pareja se despidió de él y se quedó solo sentado en el taburete y se giró a dar un trago de su bebida mientras sacaba de su chaqueta su celular.—Jess ¿estás con nosotros? —preguntó Allison y volví a la realidad, todos me estaban mirando raros.—Lo siento mucho, creo que necesito beber algo.—Pediré que traigan más copas. —Se ofreció Matt, ya mencioné lo atento que era, qué adorable. —No, no hace falta—me puse de pie— me acercaré a la barra a pedir algo.—De acuerdo, nos encuentras.Los dejé, en realidad quería acercarme a ese tipo que me llamaba mucho la atención e intentar entablar una conversación con él.Me paré unos segundo para respirar profundo y procurar no asustarle. Me armé de valor y me acerqué con pasos firmes a él. Cuando ya estaba justo frente a él intentando pronunciar alguna palabra, él se estaba poniendo en pie con su vaso que accidentalmente se me cayó encima. Me quedé con la boca hecha una o, ¡se me había manchado el vestido!—¡Lo siento mucho, señorita! —se preocupó el tipo regresando el vaso a la barra. Metió su mano en su chaqueta y sacó un pañuelo ofreciéndomelo para que me limpiara, pero parecía que se empeoraba, no podía estar así. Se quitó la chaqueta y la envolvió por mis hombros.—Ponte eso, te ayudará a disimularlo.—En realidad la culpa ha sido mía, creo que lo sorprendí, debía haber tenido más cuidado.—Ha sido un accidente y no ha sido culpa de nadie, cúbrete con esto y espero que te sirva.—Muchas gracias. —me puse la chaqueta e intenté cubrime y taparme —Iré al baño un momento a intentar limpiarme y secar el vestido y después le devuelvo la chaqueta.—De acuerdo y suerte.Lo dejé y me dirigí al cuarto de baño, algunas chicas estaban abandonando el lugar. Me puse frente al espejo, me desprendí de la chaqueta y remojé el pañuelo intentando quitarme la mancha del vestido, ¡estaba funcionando! Sonreí. Solo deseaba por primera vez en mi vida ser valiente e intentar entablar una conversación con alguien que me atraía, ¿por qué tenía mala suerte? Procuré limpiarme lo más pronto posible para regresar, devolverle la chaqueta y hablar con él, aunque tuviéramos que reírnos por lo sucedido.Cuando ya lo tuve listo, me acerqué al secador de manos y con ello intenté que se me secara algo el vestido, estaba ansiosa por regresar y volver a ver a ese hombre que a parte de todo parecía agradable.
Cuando tuve el vestido ya más o menos seco lo agradecí de verdad, recogí la chaqueta, me aseguré de que todavía tenía bien el pelo y regresé a la sala. Volví a la barra para encontrarme de nuevo con el hombre misterioso pero ¡no estaba! Miré por todos lados por si había cambiado de lugar, pero nada. Me acerqué a la barra para preguntar por él al camarero, pero me dijo que había recibido una llamada que parecía urgente y se había marchado. De repente me sentí decaida; se había ido y no sabía nada de él, no volvería a verlo nunca más. Eso no podía acabar así. Salí corriendo a la salida por si lo encontraba, miré por todos lados pero ya no estaba, lo había perdido, ni siquiera conocía su nombre.Me senté en uno de los escalones y me sintí una fracasada. ¿por qué me importaba tanto este tipo si ni siquiera lo conocía?
Allison me alcanzó, suponía que estaría preocupada.—Jess ¿qué haces aquí sentada? Puedes ensuciarte. —Me obligó a ponerme en pie. —¿Estás bien? ¿Quieres que regresemos a casa?—No, no, estoy bien, no me pasa nada.—¿Segura?—Sí, segura.—Y ¿qué haces con esa chaqueta? — preguntó mientras regresábamos al salón.—Estaba buscando al dueño, se ha ido.—¿No será el hombre con quien te vi hablar en la barra?—Ese mismo—me había visto. — ¿Sabes quién es?—No, sabes que no ¿Te interesa?—¿Que si me interesa? —Me puse a la defensiva —Dijiste que debíamos conocer a gente interesante, solo estaba haciendo eso.—Está bien, no sabía que te lo tomarías en serio, nunca tomas mis palabras muy en serio.—Pues deberías estar feliz por que ahora lo haga ¿No crees?—Tienes razón, preguntemos a Matt, seguro que sabe quién es.Nos acercamos a él, estaba de pie charlando con un hombre cuando nos vio se le alumbró la cara y se acercó a nosotras.—Pensé qu
Me observé en la puerta de cristal que había en la tintorería mientras esperaba a que me trajeran la chaqueta.Lo había llamado anoche y habíamos quedado en una cafetería que le indiqué, no fue fácil, pero me armé de valor y lo hice, no iba a hacerme ningún daño intentarlo. Me aseguré de que estaba bien arreglada y me veía bien; estaba nerviosa sí, pero eso no iba a impedir que volviera a ver.—Señorita, aquí tiene su chaqueta— me giré para ver a ese hombre que me devolvía la chaqueta bien lavada y planchada envuelta en un plástico. La tomé en mis brazos.—Muchas gracias.Salí a la calle después de pagar lo que debía, el día era perfecto. Solo tenía que caminar unas cuantas calles para llegar a mi destino, la cafetería donde habíamos quedado no se encontraba muy lejos. Miré la hora en mi celular, tenía un par de minutos. Caminé lo más rápido que pude procurando no despeinarme. Divisé el lugar cuando me encontraba cerca, era de cristal por lo que se podía ver todo lo q
—Solo dame una razón por la que no podemos alquilar un auto y quizás abandone la idea. —le estaba exigiendo a Allison.La había arrastrado hasta el puesto de alquiler de autos y durante la trayectoria no había parado de decir que no le parecía buena la idea sin darme una razón.—Pronto comenzaremos las clases de cocina. —me dijo como si eso solucionara alguna duda.—Me sorprende que no entiendas que me estas dando la razón.—Estaba pensando en que si no teníamos coche, tal vez Matt se ofrecería a estar llevándonos a casa.Me sorprendió su respuesta, la miré y estaba aparentemente ruborizada, no me miraba a los ojos y entonces lo entendí todo y la comprendí.—¿De verdad te gusta tanto? —dije tomándole del hombro.—¿Es tan obvio? —sonrió con desgana —Parezco tonta.—No está mal, creo que te haría bien. Nunca te había visto antes así, eso es muy nuevo.La abracé.Nos quedamos a sentarnos en una heladería cercana, ya que habíamos llegado hasta a
Su coche se detuvo y yo le dije al taxista que se detuviera también. Le pagué y me bajé del coche.Seguí a distancia a Harry que llevaba a su perro de la correa al parque. Me compré un gorro que vendían por allí para que no me descubrieran. Parecía toda una espía, solo me faltaban las gafas oscuras y una peluca, pero sería aún más exagerado de mi parte.Los vi caminar por el parque hasta detenerse en el campo con césped. Le dio algo para que jugara mientras lo observaba agachado. No pude evitar coger mi cámara y sacarles fotografías.Unas chicas se acercaron a hablarle mientras intentaban tocar al perro, en cambio parecía no agradarle, las gruñia; será que no le gustaba desconocidos.Le sonó el móvil y se levantó para contestar. Tenía una buena compostura, era muy atractivo y parecía simpático. Ojalá pudiera acercarme y hablarle, pero ya me conocía y que nos viéramos dos veces en un solo día y en menos de cuatro horas sería muy sospechoso sobre todo después de lo o
—Te has enfadado. —le dije a Allison que estaba recogiendo la mesa.—Para nada, simplemente he decidido ser un poquito más realista. Está claro que él nunca se fijará en mí, debo dejarlo estar y seguir con mi vida.—Sabes que yo nunca me fijaría en él si es que te gusta. —se detuvo un rato, suspiró y me miró.—Tampoco lo harías aunque no, estás obsesionada.—Intentaré ignorar eso último. Entonces ¿cuál es el problema?—No lo hago por ti. Simplemente quiero dejar de sentirme así. Y lo conseguiré si dejo de intentar inútilmente que se fije en mí. — continuó con lo que hacía.—¡Has comprado un coche! Lo has tomado en serio.—En algún momento tenía que hacerlo ¿por qué importa tanto que sea ahora? Ya pagaré el resto con el tiempo. —suspiré e intenté relajarme.—¿No te has parado a pensar que quizás solo necesita más tiempo? — sonrió irónicamente.—No lo tomes a mal, pero no creo que haya necesitado tiempo para fijarse en ti.—Que no siente na
Había amanecido. Abrí los ojos y suspiré recordando lo que me deparaba el día. Allison solo había tocado a mi puerta una vez y se había alejado, no estaba segura de si seguía enfadada o no; ya se la pasaría cuando quisiera, no iba a preguntárselo. Los problemas entre nosotras se resolvían cuanto menos hablábamos.Me levanté de la cama, miré mi computadora que se encontraba sobre ella y pensé en lo último que le había escrito a Harry, tenía miedo de abrirla y ver que no me había contestado todavía.Entré en el cuarto de baño, me cepillé los dientes y me di una ducha tranquila. Me até a la toalla y regresé a mi cuarto. Me miré al espejo y me desanimó que tenía que lidiar con mi pelo, no podía pedirle ayuda a Allison por la situación de anoche.Cogí el secador y me dispuse a secarme el pelo. Desde el espejo pude ver mi computadora, maldije y me acerqué a la cama para abrirla. Me senté y la abrí. Para mi sorpresa sí había un correo de Harry, sonreí antes de abrirlo. Lo
Habíamos terminado la clase. Allison estaba cambiándose las zapatillas para volver a poner sus tacones, ya lo había dicho, muy ella. Habían dos compañeras charlando con ella.—Me encantó tu plato, ¿qué le pusiste? —le preguntó una de ellas.Yo estaba en una esquina esperando. Regresé mi mirada en mi móvil.De: Harry SmithNo creo que sea muy buena admiradora, no se molesta en contestarme los mensajes a tiempo.@SoyDanielaMis disculpas, es que acudo a unas clases y me han reñido mientras leía su último mensaje.Me lo había pensado dos veces antes de escribirle que tomaba clases de cocina. Él era el patrocinador y le daría motivos para sospechar.De: Harry SmithVaya, entonces a parte de admiradora es estudiante. ¿Todavía va al instituto o estudia algo en particular?@SoyDanielaJa ja, buen intento. Pero si le consuela, me limitaré en decirle que ya he superado la fase del instituto.De: Harry Smith
Durante la trayectoria a casa tuve que aguantar el sermón de Allison. No dije nada en absoluto, me consideraba una acosadora y manipuladora, con eso último no estaba muy de acuerdo.—¿Puedo encender la radio? —quizás no debería haber dicho aquello.—¡Jessica! —frenó el auto y me miró— ¿Es que te parece que hablo demasiado?—Claro que no —intenté sonar lo más tranquila que pude —es solo que creo que lo estás exagerando demasiado. No quiero que le des mucha importancia.—¿Que yo le doy importancia? Eres tú la que no pierde ninguna oportunidad para espiarlo. ¿Qué persona normal hace eso?—Está bien, —suspiré —si te hace sentir mejor, quiero decirte que me he puesto ya en contacto con él y ya hablamos. ¿Podemos irnos ya?—¿Hablas en serio? —preguntó incrédula.—Totalmente.—Y ¿Por qué no te has acercado a saludarlo?—Porque acababa de despedirme de él, no quería que pensara que lo espiaba.—Vaya ironía. —Puso el auto en marcha de nuevo. Volvió a mirar