ALEXANDRA PEMBERTON
Lucca y yo pasamos todo el día juntos, sin importarnos si alguien nos veía o si los rumores volvían a surgir; en este momento, solo existíamos él y yo, nada más importaba; él me llevó a pasear y por todos los canales posibles, me hizo comer por lo que al final del día, me sentía a reventar, pero siendo honesta no podía quitar la sonrisa de mi rostro.
Aun no me sentía del todo bien y de cierta forma, aun me encontraba emocionalmente frágil por lo que regresar a casa y ver a mi padre no era algo que esperaba con ansias; Lucca intentó darme ánimos y algo de valor, pero era más que obvio que tampoco le entusiasmaba la idea.
La verdad, tenía dos opciones, podía elegir ser cobarde, ocultarme y volver a fingir que todo estaba bien, aunque eso me matara por dentro o podía elegir ser valie
LUCCA ANDREOTTIFamilia, Poder, ObligaciónSegún mi padre, las tres palabras siempre iban juntas; porque la familia era lo principal y era mi obligación hacer todo para asegurarme que el poder y la riqueza siempre fueran parte del legado Andreotti, pero ¿qué pasaba con el amor, la compasión o la felicidad? ¿Acaso eran irrelevantes? ¿Cómo podía ser el poder más importante que todo lo demás? ¿No era más importante ser honesto? ¿No era mejor hacer las cosas de la manera correcta, sin mentiras o atajos?Jamás entendería a mi padre y nunca iba a convertirme en él, porque sencillamente, no aprobaba la forma como manejaba los negocios y la familia; pero hacerlo cambiar de opinión sobre algo era una misión imposible, él era como era y no iba a cambiar.Señor Andreotti
LUCCA ANDREOTTI La reunión estaba por empezar y me sentía mucho peor que antes; el señor Archer era amable y educado, pero su acompañante, el señor Brown no dejaba de observarme y yo conocía perfectamente la razón.Desde el inicio Benjamin Brown había estado interesado en Alexandra, pero yo había arruinado sus planes y seguramente él lo sabía y no creía que mis intenciones eran buenas o nobles, pero… ¿Qué tanto sabía él de mi relación con Alexa?Mi padre y el señor Archer comenzaron a hablar sobre los términos que habían sido presentados en la última reunión y aunque intervine un par de veces, mi mente se encontraba muy lejos de la conversación; ¿Cómo habían cambiado las cosas tan rápido? Inicialmente vine a Londres para enfrentarme a la
ALEXANDRA PEMBERTON No podía respirarLas personas hablaban de un corazón roto, pero a mi me dolía cada centímetro de mi cuerpo y sentía que mi alma ardía.Por la mañana estaba tan feliz, todo en mi vida parecía estar mejorando, pero después de la visita de Benjamin, todo se tornó oscuro; me dijo que había estado en una reunión con los Andreotti y que antes de irse, escuchó a Lucca hablar con su padre sobre mí; cuando me lo dijo, no quise creerle, pero al ver el video que me mostraba, no pude negarme más.Lucca me había usado, me había engañado y todo por petición de su padre; él no me amaba y sus palabras eran una mentira, pero por más que me repetía todo eso, mi corazón seguía doliendo y no podía parar de llorar.No quería creer que tod
ALEXANDRA PEMBERTON Lucca no dejaba de sonreír y prácticamente me miraba embobado; mis palabras habían conseguido tranquilizarlo y al mismo tiempo habían aligerado el ambiente entre nosotros, aunque eso no significaba que todo estuviera bien ahora, porque igualmente Lucca me debía muchas explicaciones.Bien, te escucho – dije una vez que la comida llegóLamento mucho no contarte las intenciones de mi padre desde un inicio, pero estoy dispuesto a hacerlo ahora – dijo y asentí – Él no tiene idea de lo que pasó entre nosotros en esa fiesta de máscaras y me pidió que te conquistara después de que el señor Brown te invitó a salir; a mi padre le preocupaba que entablaras una relación con ese accionista y él te diera el contrato por ello, lo que claramente sé que no sucedería e inte
LUCCA ANDREOTTILas cosas con Alexa se habían solucionado y eso sin duda había mejorado mi humor, por lo que cuando regresé al hotel, no podía borrar la sonrisa de mi rostro; ante mis ojos ella era perfecta y estaba tan enamorado que no había palabras para describir lo que sentía al estar con ella.Sin dejar de sonreír, entré a la habitación e inmediatamente sentí mi celular vibrar en el bolsillo, por lo que me apresuré a responder al ver quien era la persona que llamaba.“Pietro Russo”Ahora si me siento olvidado – dijo y rodé los ojosEres muy dramáticoEs mi sangre italiana – se justificó haciéndome reír – Pero hablando en serio, te vas a Londres, te consigues una chica y te olvidas de tu querido amigoNo me olvidé de ti, Pietro – me d
LUCCA ANDREOTTIHabían sido los dos días más largos de mi vida y aunque había salido con Alexandra, nos habíamos centrado netamente en el acuerdo, ya que ella también estaba al tanto de la reunión que se llevaría a cabo entre nuestros padres y al igual que yo, temía lo peor.Será la tercera guerra mundial, es nuestro fin – la escuché decir y suspiréHabía llamado a Alexa a primera hora de la mañana, ya que a medio día se llevaría a cabo la tan esperada reunión y ambos nos encontrábamos demasiado nerviosos, pero, aunque escuchar su voz solía relajarme, justo ahora parecía que la ansiedad no podía hacer nada más que aumentar y las horas parecían eternas.Tengo fe en que no llegue a tantoPues yo no tengo nada de fe
ALEXANDRA PEMBERTON Por fin el acuerdo estaba firmado y aun me costaba creerlo; mi padre había estado reacio a firmar, pero no podía poner ninguna objeción ya que el acuerdo era detallado y perfecto; además, pese al desagrado que sentía por Francesco Andreotti, hasta mi padre tenía que admitir que una tregua era la mejor opción en estos momentos.La empresa estaba creciendo y expandiéndose cada vez más, los negocios iban excelente y las alianzas que teníamos eran precisas y muy beneficiosas, pero continuar con dispuestas sin sentido con los Andreotti no tenía lógica, así que el acuerdo era lo ideal y él confiaba en mi criterio, después de todo, estuve cien por ciento involucrada en el proceso de este acuerdo y estaba completamente segura de los beneficios que este traería a nuestra familia.Pero si bien este problema ya
LUCCA ANDREOTTI Han pasado varios días desde nuestra fiesta y cada momento libre que tenía lo pasaba con Alexandra ya fuera yendo a comer, paseando por la ciudad o simplemente pasando el tiempo en la antigua casa de su madre que se había convertido en nuestro pequeño refugio libre de todos los problemas.Cuando estaba junto a Alexandra, me sentía en casa y cada segundo a su lado era maravilloso en muchos aspectos, pero no todo era color de rosa ya que cada vez faltaba menos para que la decisión con respecto al negocio de los hoteles Golden fuera tomaba y cualquiera que fuera el resultado, habría problemas.Había insistido a mi padre para que regresara Roma e intenté de todas las maneras posibles hacerle entender que yo podía ocupar de este negocio, pero era un hombre demasiado testarudo y controlador, así que, a pesar de mis esfuerzos, él segu&iacu