Gracias Leandro por defenderme, aunque yo a este hombre no le tengo miedo porque perro que ladra no muerde.

—Sí, pero este cabrón ya me tiene harto, le ha faltado el respeto a dos mujeres que son intocable para mí… Royer me estás tentando y no quiero sorpresas cuando te vuele la cabeza en esta mesa, ¿quedó claro, Melanie?

—es cierto hermano, estás pasando los límites, así que espero que de ahora en adelante te comportes.

—les pido una disculpa por mi comportamiento, pero deben entender que es difícil para mí ver a Diamante con otro hombre, pensé que habíamos limado todas las asperezas y que por fin podríamos ser felices.

—limamos las asperezas Royer, pero eso no tiene nada que ver con que mi hija tenga el derecho de elegir a la persona con la que desea pasar el resto de su vida. Creo que estás mezclando una cosa con la otra y te dejé bien claro que mi hija no entraba en los negocios, espero que sepas respetar su decisión llegado el momento, o tendré que ponerte en tu lugar.

—estaba pr