Terminé de abotonarme el chaleco y Vivian de acomodar su camisa, intenté pasarme una mano por el cabello.—Dejalo así, te ves muy bien—habló suavemente.Sonreí de lado.—Está bien, lo dejaré así.Ya no se escuchaban los gritos por fuera.—Sabes—comenzó a decir, alisándose el cabello y calzándose las zapatillas—, creo que debe haber un par de reglas entre los dos.—¿Reglas? —escupí estupefacto.—Claro, ahora trabajaré para ti—se aproximó hacia mí, llevó las manos a mi corbata—, lo de hoy no puede repetirse.—¿Por qué?—Porque si hay alguna emergencia, no podemos pasarnos hora y media encerrados en tu oficina—ajustó mi corbata y luego llevó una mano a mi mejilla—, no me malinterpretes lo de hoy fue genial y he cumplido con mi fantasía—sonrió anchamente—, pero ahora seré tu empleada y el jefe no puede acostarse con las empleadas.—Puedo si es a quien amo.—Sí, pero aquí no—me tocó la nariz con la punta de su dedo—, ¿de acuerdo?Bufé.—¿Tengo permitido besarte?—Sí, eso sí, solo si no nos
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022. VivianLa mudanza fue tan silenciosa y efímera que la sentí como una de las hadas madrinas con su varita, solo que en este casi, mi hado padrino es Edward y no tiene una varita, pero tiene grandes dotes… y su dinero, claro.Pero con quien no estoy a gusto es con esa tal Natalie cara de pescado de mercado.Por muy mágico que estuviese mi polvazo con Edward, esa zorrita como quería joder, no estaba segura si había escuchado o no nuestro revolcón, esperaba que no, pero no me había dado buena espina, digo, ¿Quién cambia de expresiones tan rápido?, había estado irritada e impaciente, pero cambió tan pronto me vio ¿por qué?En primera, ya sé que soy hermosa y puede que hasta deslumbrante, pero, no me imaginaba que ella fuera lesbiana, parecía más como si quisiera ser mi amiga, pero es obvio que no tengo ni un pelo de tonta, podré tener mis malos ratos, pero soy buena para detectar las malas vibras.Yo sé que Edward está todo un adonis, y que atrae a muchís
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022. VivianEn teoría, todo está bien, creo.Edward me convenció de ir juntos por Jack a la escuela.La mayoría de las madres que iban por sus hijos estaban impresionadas por el monumento de hombre que llevaba a mi lado, pueden verlo todo lo que quieran, la vista es gratis, pero si se acercan al él, bueno… ya pensaré en otra escuela a la cual llevar a Jack si salgo en conflictos con esta.Mi bebé es del tercer grupo, así que tenemos que esperar hasta que salgan los de segundo.—Tengo muchos recuerdos viniendo a una escuela—me decía Edward mientras me tomaba de la mano, intuí que se trataba de Elle—, ahora tendré muchos más.Me sonrió anchamente.¿A quién no le dan ganas de besar a un hombre así?—Ya no tendrás que contar los momentos bonitos—me acerqué a él para besarlo.—No, ya no.Alguien bufó a nuestro alrededor.—Están dando un espectáculo, señores—replicó una voz que me pareció de gorila, por gruesa—, hay niños aquí.Edward se separó de mi un poco y
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022.ElleTomé la mano de aquel hombre cuarentón.—Trato cerrado—dije con aplomo.Me lanzó una mirada quisquillosa.—Espero que sea la primera de muchas—contestó Tommy el “búfalo” Armone.—Ciao—me despedí con un asentimiento y una seña de despedida.Los hombres de Tommy me abrieron el paso y luego salí como si nada de aquel almacén de descarga.El camión de productos alimenticios que había robado hace un par de horas estaba siendo desempacado.Al fin y al cabo, haber trabajado para ese supermercado meses atrás había servido de algo.Con estos miles de dólares que saldrían de ese camión podía terminar de pagar la deuda en la que mi estúpida madre me había enredado.Es que simplemente no se podía ser más hija de perra.Mira que hacer un puto trato con el maldito mafioso de los Ángeles estaba fuera de lo inimaginable.Tengo una maldita suerte de que este pelón sea el padre de mi amiga, porque si no, aquí mismo moría, sola en un almacén.Cuando mi padre se div
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022.ElleHabía una deliciosa malteada de vainilla con chocolate esperándome en la barra de Amelia, con crema batida y chispitas de chocolate.—Chispas—murmuré.—¿Quieres chispas? Las traeré enseguida.Abrí los ojos.Un chico me miraba afligido, pero no solo el chico me descolocó, sino que, en dónde estaba.Paredes blancas y el olor a antiséptico, la enfermería.Una enfermera entró a la habitación con un vaso de agua y un paño.—Señorita Lovelace—habló la enfermera—Soy Decksheimer ahora—me tomé la cabeza, ahí en la frente, donde me dolía—, ¿Qué me pasó?El chico se removió ansioso.—Discúlpame, no te vi, yo tengo toda la culpa—balbuceó inclinándose arrepentido.—¿Y tú quién eres?—Yo…—Ya he llamado a tus padres—comentó la enfermera—, tu madre estará aquí enseguida.Me levanté de súbito.—No, ella no puede venir aquí—no es que le tenga miedo, esque si ella y mi padre se encuentran, uno de los dos podría ir a la cárcel—solo llámele a mi padre.La enfermera
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022.ElleChad se interpuso entre la puerta y Josephine, por fortuna era más alto que ella.—¿Y tú quién eres? —gruñó ella—, hazte aun lado sino quieres que haga daño.—Señora—titubeó—, usted no puede—sus ojos buscaron los míos, y negué con la cabeza—, llevarse a una alumna de esta institución sin la autorización de dirección.Debemos hacer tiempo hasta que mi padre llegue.—¡Jovencito! —chistó la enfermera roñosa—, hágase a un lado que la señora debe irse con su hija.—Pe… pero, no ha firmado los papeles—objetó él.Sin embargo, la enfermera ya tenía los papeles en mano.—No te deberías de preocupar por eso, muchacho, ya los traigo aquí para que los complete.El agarré de Josephine se aflojó y yo aproveché ese momento para arrebatarle los papeles a la enfermera.—¿Qué estás haciendo? —gruño esta.—Ella no debe firmar nada—casi grito.El rostro de Josephine se debatía entre continuar siendo cariñosa o explotar en ira.—¿Qué haces hijita? dame esos papeles p
Dejé a Jack en el auto con el chofer, mientras escuchaba que fuera de la escuela una mujer gritaba con fuerza.—¡Edward! ¡Edward ella no es tu hija!La piel de mi cuerpo se erizó.No pude observar bien a la mujer, ya que se zarandeaba y agitaba, los guardias la sujetaban. Pero tampoco es que hubiese duda de que ella era Josephine.Edward estaba alterado el resto del camino en cuanto recibimos la llamada, no estábamos lejos, a un par de minutos, pero esos minutos eran cruciales, cualquier cosa podría pasar. Quería ir tras Edward y Elle, pero tampoco podía dejar atrás a Jack, me quedé esperando fuera del auto, resguardando la puerta.Los hombres pasaron cerca de nosotros, la mujer sacudía su cabeza y sus sollozos se detuvieron en cuando nuestras miradas se toparon.—Tu—masculló incrédula—, eres tú—rugió.Tragué en seco, definitivamente no era la misma mujer que había conocido hace cuatro años.—¡Tú, perra trepadora! —forcejeó—, ¡tú me lo quitaste!La ventanilla del auto se bajó.—Mami—J
Nueva York, Brooklyn, marzo 2022.EdwardNo había tenido tanto ruido en casa… prácticamente nunca.Ha pasado una semana.Una hermosa semana en el que hemos convivido como una familia real.Nadie nunca me dijo que los hermanos pelean bastante.Soy hijo único, así que nunca supe que eso pasaba entre hermanos.A pesar de la diferencia de edad, muy considerable, y al tener un carácter casi idéntico, ambos son tan curiosos y preguntones que entre ellos mismos se molestan, me impresiona lo mucho que Jack no le teme a su hermana a pesar de ser mayor, y Aubrielle le gusta molestar a Jack en sus tiempos de ocio.Jack está yendo a otra escuela, donde su educación está siendo mucho mejor que en la anterior, todos los días, después de llegar a casa luego del trabajo, me muestra los trabajos que realizó en el día y lo mucho que le gusta ahora su nueva escuela.Por otro lado, Vivian está…¿Cómo decirlo?Eh notado que está algo cansada, he visto que se lleva muy bien con Aubrielle, pero a veces mi h