—Quédate aquí. Ella quiere darle otra visita a su hermana —dice la mujer que está frente a la ventana, sin mirar algún punto fijo—, ahora me entero qué también quiere estar junto a él y eso no fue lo qué yo le había pedido.—Escucha algo, hermosura. Y escúchame bien —le habla un hombre, sentado en u
—Cuando me llame.—¿Te llame? —Lindsay se cruza de brazos—, vaya, quién lo diría. Siempre sabe dónde meter sus narices.—No es tan difícil convencer a los policías de la cárcel. Esa mujer es manipuladora, ¿Qué no ves? Hasta manipuló a su hermana, y lo está haciendo. Va a ser la última cosa qué hará,
El vidrio en el suelo no se quiebra en mil pedazos como lo hace su corazón una vez escucha a Amy. —¿Qué fue lo qué dijiste, Amy? —la señora Ellison también se queda pálida—, ¿Qué estás diciendo? —¡Por eso digo qué no sé que está sucediendo! —jadea Amy, asustada—, es lo qué Jensen me dijo ésta tard
—¿Maylene? ¿Sucede algo? —Bradley aparece, caminando en su bastón hacia ella, severamente preocupado al verla tan de repente en la casa—, ¿Qué haces aquí tan de noche? —¿Puedo quedarme aquí? —Es tu casa, Maylene. Y de las niñas, pero dime, ¿Qué es lo qué sucede? —Bradley observa a Roxxie con Hayle
Poco a poco dobla la ropa y con Hannah buscándola, ya que se levanta en la cama para qué la tome, Maylene tiene qué trabajar con una sola mano. —Nena, mami tiene qué arreglar todo esto. Dios, cuando estás despierta a esta hora no duermes hasta qué son las 3 de la mañana. —¿Eso? —el chupete de Hann
—¡Sí, mil veces sí acepto ser tu esposa! —había dicho una Maylene hace cuatro años atrás, abalanzándose hacia el único hombre cuya presencia le había hecho sentir emociones como ninguna otra persona en su vid. Le había pedido matrimonio en una cena en la playa. Ese hermoso atardecer junto al sonid
—¿Aceptas ser mi esposa? —pregunta Declan, entregándole a Maylene su corazón para que ella haga lo que quiera con él. Hannah observa a sus padres, y aunque no dice nada, está sonriendo. Maylene la mira y solloza con una sonrisa. —Tengo miedo —susurra Maylene. —Haré qué nunca más vuelvas a tene
—Declan, eso es…¿Qué pasará ahora? Eres el CEO de esa compañía, ¿Cómo pudiste…? —Por un beso de tus labios hago lo qué sea. Ahora eres mía —Declan besa sus labios—, ahora eres mi esposa. Declan vuelve a darle otro profundo beso. —Ahora sí te irás de aquí. Bradley, necesito qué ésta vez si prep