—No puedo creer esto. Ella no debe estar aquí —Maylene arremete con rabia, saturada por las mil emociones del día—, Declan encontró un mensaje en su teléfono. ¡Ella le decía a Madeleine donde estaba! —Maylene, escucha. La ley ampara a Lindsay. La presunción de inocencia juega un papel crucial aquí
—Ustedes definitivamente están locas. Y tú, ¿Qué haces diciendo esa clase de cosas? —Danielle observa fijamente a su hermana. La suelta con rabia—, ¡¿Cómo qué…?! —Dilo otra vez. Atrévete a decir esas estupideces en mi cara. ¡Hazte a un lado Danielle! —Maylene intenta empujarlo, pero Danielle no se
El pensamiento es inequívoco. Esto no ha terminado. Tiene qué resignarse a saber qué no tendrá la felicidad qué busca con sus hijas si Carl Pitts sigue afuera. Maylene baja la mirada hacia Hayley. —¿Saben dónde puede estar?—Las pistas en la investigación han llegado a la conclusión de que sigue
“Lo sé.” Reece parece extenuado.” Recompra de acciones, lo sé. Estaba pensando qué podrías acercarte, y también chequear a los ingenieros. Esto es un caos desde qué se supo la verdad. —Lo qué firme me lo impide. Aunque lo amaría. No he hecho nada de lo que me dedico desde qué llegué aquí. Han pasad
—Son hermosas. Son preciosas. Y gemelas, Maylene. Me han devuelto a la vida al igual que mi hermoso Johnny ¿No es así, Amy?—Fue un milagro. Pero no sabía qué ella me escucharía, perdoname Maylene —expresa Amy. Maylene sonríe. —¿Cómo qué perdonarte? ¡Cómo, Amy! — Maylene muestra una linda sonrisa
—Quédate aquí. Ella quiere darle otra visita a su hermana —dice la mujer que está frente a la ventana, sin mirar algún punto fijo—, ahora me entero qué también quiere estar junto a él y eso no fue lo qué yo le había pedido.—Escucha algo, hermosura. Y escúchame bien —le habla un hombre, sentado en u
—Cuando me llame.—¿Te llame? —Lindsay se cruza de brazos—, vaya, quién lo diría. Siempre sabe dónde meter sus narices.—No es tan difícil convencer a los policías de la cárcel. Esa mujer es manipuladora, ¿Qué no ves? Hasta manipuló a su hermana, y lo está haciendo. Va a ser la última cosa qué hará,
El vidrio en el suelo no se quiebra en mil pedazos como lo hace su corazón una vez escucha a Amy. —¿Qué fue lo qué dijiste, Amy? —la señora Ellison también se queda pálida—, ¿Qué estás diciendo? —¡Por eso digo qué no sé que está sucediendo! —jadea Amy, asustada—, es lo qué Jensen me dijo ésta tard