—No quiero que pasen otra noche aquí en Londres. Esa mujer ni Carl. Es Kieran quien me preocupa y si yo lo veo cerca de mis hijas o de ti va a terminar todo en sangre —Declan arregla el vestido de Hannah, y a pesar que está diciendo palabras fuertes, lo que se es una sonrisa—, qué hermosa eres. ¿Por
—Una larga historia. ¿Puedes sostener a mi bebé un momento? —Maylene se la entrega y Lindsay, mirando otra vez a Declan, concentrado en las directrices de los enfermeros, carraspea—, te lo diré después. —¿Se irán de aquí? ¿La niña se irá de aquí? —Lindsay pregunta. Pero Maylene se acerca hacia los
No tiene respuesta de nadie. Y el departamento de Carl le da una sensación extraña. Todavía recuerda cuando lo vio aquí. Un escalofrío la recorre, pero es por ese recuerdo. —¿Claire? Ya estoy aquí, vámonos. Me cuentas en el carro —Maylene llega a la sala de estar y nada. Está vacío—, ¿Claire? Ni u
—Yo jamás tuve una gemela. Mientes —Maylene trata de zafarse. Por más que lo intente ésta mujer no parece tener las ganas de hacerlo—, ¡Mientes!Escucha una risa por su parte. Vuelven a verse en el espejo y Maylene sabe que ya no puede ocultarlo. Pero le cuesta creer. ¿En qué momento? ¿Cómo sucedió?
—Madeleine —una voz brama de repente—, ¿En dónde estás…? ¡¿Qué demonios?!Tampoco siente su peso, sin embargo, cuando su mente sé da cuenta que ya no están solas, Maylene vuelve a repetir lo único que su conciencia captó.“Madeleine.”Los ojos de Maylene paran hacia el dueño de la voz.Maylene recon
Carl se queda en la puerta y junto al miedo, ya sin salida, Maylene lo divisa horrorizada.—No, no. ¿A dónde me llevan? —Maylene desquita la rabia moviéndose como un animal furioso para que nadie la toque—, ¡No me toquen! ¡Fred! Fred —divisa a Fred con precisión en la puerta y la ilusión se hace rea
Nunca había visto un ángel. Ahora sí puede decir que lo ha visto y su hija es una de ellos. Hayley sigue dormida, de lado y abrazando una almohada. Hannah juega en el sofá con su peluche y en brazos de la prima de Maylene. Él está de brazos cruzados, atento a Hayley y a cualquier movimiento extr
Observa a Hannah con ojos suaves. Besa sus mejillas y se la entrega a la enfermera. —No la despierten, vendré enseguida. Y usted —señala a la enfermera—, no salga de esta habitación. Nadie entra, nadie sale. Si alguien quiere entrar va a la dirección de este cuarto y me dice nombre y apellido de es