Observa a Hannah con ojos suaves. Besa sus mejillas y se la entrega a la enfermera. —No la despierten, vendré enseguida. Y usted —señala a la enfermera—, no salga de esta habitación. Nadie entra, nadie sale. Si alguien quiere entrar va a la dirección de este cuarto y me dice nombre y apellido de es
—Tú —su madre traga saliva—, tú tienes que proteger a Maylene. — También tengo que protegerte a ti. —No —el pecho de la señora Ellison sube y baja con dificultad, pero aún así toma la mano de su hijo—, no entiendes, Declan. Y tiene razón. No comprende sus extrañas palabras. —Kieran nunca quis
—¿A salvo? —Maylene expresa, más que molesta que aliviada—, ¿A salvo? —intenta acercarse a Bradley, pero López la detiene—, ¿En dónde has estado todos estos años? ¡¿En dónde?!Bradley fuma su pipa sin perder la vista de los ojos de su nieta. Hay algo en él que es difícil de descifrar. Sin embargo, c
—Si estás aquí es porque viste a Lindsay, ¿Cierto? —Danielle le muestra una sonrisa y rodea el escritorio para estrecharle la mano—, me alegra que estés bien.—Sí, vi a Lindsay pero, ¿Cómo sabes que estaría aquí? —no sale de una pregunta para entrar a otra.—Lindsay avisó a López que saldrías —Bradl
Sin saber cómo o qué momento su madre descubrió la verdad, Declan niega con la cabeza.—¿Cómo sabes…? —se interrumpe a sí mismo—, ¿Cómo sabes qué esas niñas…?—Hijo mío —la señora Ellison cierra los ojos. Pero aún así continúa—; no dejes que Kieran sigue cometiendo más daño. Él no lo sabe, él no sab
—¡Declan!—Escucha —Declan suspira—, Maylene tiene que quedarse aquí, se quedará aquí con escoltas mientras yo me encargó de buscar y demostrar a estos criminales. Cuando Hayley se recupere y se puede trasladar tú te irás con Maylene y con su amiga. ¿Cuánto piensas que puede tardar la recuperación d
—No le pasará nada —Amy acaricia su hombro, reconfortándolo—, la niña se recuperará y todo estará bien, lo prometo.Declan mira hacia atrás, buscando a Hannah.—¿Dónde está Hannah? —no pregunta sino exige a Lindsay—, ¿Dónde está?—Oh, creí que ya la habían visto —Lindsay dice con sorpresa—, pero May
—¿Qué? ¿De qué hablas, Declan? —una sonrisa nerviosa es prueba de que lo que dice es cierto—, ¿Qué cosa estás diciendo? —la ve dándole unas palmadas en la espalda de la niña, meciendola con cuidado—, no entiendo porqué me dices esas clases de cosas.Prefiere cortarse las venas antes que creer que es