Sin saber cómo o qué momento su madre descubrió la verdad, Declan niega con la cabeza.—¿Cómo sabes…? —se interrumpe a sí mismo—, ¿Cómo sabes qué esas niñas…?—Hijo mío —la señora Ellison cierra los ojos. Pero aún así continúa—; no dejes que Kieran sigue cometiendo más daño. Él no lo sabe, él no sab
—¡Declan!—Escucha —Declan suspira—, Maylene tiene que quedarse aquí, se quedará aquí con escoltas mientras yo me encargó de buscar y demostrar a estos criminales. Cuando Hayley se recupere y se puede trasladar tú te irás con Maylene y con su amiga. ¿Cuánto piensas que puede tardar la recuperación d
—No le pasará nada —Amy acaricia su hombro, reconfortándolo—, la niña se recuperará y todo estará bien, lo prometo.Declan mira hacia atrás, buscando a Hannah.—¿Dónde está Hannah? —no pregunta sino exige a Lindsay—, ¿Dónde está?—Oh, creí que ya la habían visto —Lindsay dice con sorpresa—, pero May
—¿Qué? ¿De qué hablas, Declan? —una sonrisa nerviosa es prueba de que lo que dice es cierto—, ¿Qué cosa estás diciendo? —la ve dándole unas palmadas en la espalda de la niña, meciendola con cuidado—, no entiendo porqué me dices esas clases de cosas.Prefiere cortarse las venas antes que creer que es
—También te dije lo mismo: me dijiste que no hacía falta —Declan inclina el rostro al responder.Cuando ella lo mira otra vez, mantiene su expresión de confusión ligera mientras toma más de una bocanada de aire.—Es verdad. Es que mi mente —hace un gesto de explosión—, no está pensando bien. Por Hay
Sólo tiene que alejar a sus hijas lo más que pueda del peligro. Media hora después se está bajando de la camioneta por detrás. Hayley ha comenzado a sollozar más fuerte así que le murmura en voz baja. Al menos el avión en la pista de aterrizaje lo calma.Le parte el corazón.Pero debe hacer esto.
—¿Hacia dónde se dirige, señor?—¿En dónde está Fred? —Declan sigue acelerando. Ya el sol en el horizonte nutre la mañana, y se adentra a la camioneta.—Con la señora Maylene, señor —responde Fenton—, ¿Se dirige a la compañía?—Jensen quería hablar conmigo acerca de algunos documentos que consiguió.
—Tenemos otro problema —Declan lo interrumpe—, en cualquier momento lo sabrás pero prefiero que lo escuches de mí. Cualquier delito que se me impugne es falso. Tengo razones para hacerlo, pero lo que quiero que hagas es que busques en todos los archivos de ésta ciudad un nombre.“Tienes que explicar